Kim jonghyeon nacido en 1970 era un hombre complejo, orgulloso de su legado familiar y con la determinación necesaria para imponer su ley en la familia Kim, hijo menor pero con la inteligencia necesaria para sobrepsarlos y ganarse los contactos necesarios para escalar en su carrera politica.
Ese hombre era el responsable del camino al que estaba arrojado en esta vida, sin posibilidades de destacar en cualquier área que lo amenazara. Decidí incursionar en las artes, un mundo que le daba igual. No podía pensar en entrometerme en la carrera de su primogénito, Kim Jong-dae.
No podia opinar sobre los negocios ilícitos que a puertas abiertas manejaban con el favor de las autoridades, pero tampoco podía mostrarme débil cuando veía desfilar a mujeres jovenes todos los días con señales de haber sido violentadas, incluso ofrecermelas mientras ellas me veían destrozadas, con los ojos húmedos pero con sonrisas forzadas.
Kim Jong-dae es mi hermano mayor, tenía los ojos de mi madre pero su mirada no tenia el mismo brillo, incluso mas cruel que mi padre y con un delirio de poder que lo hacía mas peligroso, evitaba tener cualquier relación a lo que decía eran "sus asuntos", él mismo me había propuesto enfocarme en las artes, algo inútil a sus ojos.
-Puedes entretenerte con tus conciertos y tus recitales, puedes irte a donde quieras y gastar lo que quieras mientras no hagas preguntas.
Con las amenazas que siempre me imponían de mantenerme al margen y no causarles problemas, manejaba cada detalle minuciosamente. Debía terminar la universidad, proyectar una imagen de hijo prodigio en la música y mantener la perfecta fachada de hipocresía que sostenía la mayoría de los lujos a los que estaba acostumbrado
Kyungsoo llegó un día como un capricho más, transparente y con esa mirada de ciervo que incitaba a hacerle daño, caminaba por los pasillos en automático, como un ratón asustado, la imagen de sus labios y su cabello despeinado no dejaba de llegar a mi mente por las noches, era un imán que poco a poco me incitaba a acercarme mas a él.
Un día me acerque lo suficiente, finalmente estaba a unos centimetros tentadores, al alcance de mi manos y como una presa fácil que ignoraba las intenciones que derramaba mi imaginación.
Kyungsoo quien era maleable e inocente había despertado una pasión que no se apagaba, que humeba amenazando con desaparecer pero se encendía con facilidad al enfocarme con esos ojos.
Debía alejarme por mi propio bien, debía conseguirme alguna novia para apagar la necesidad de embestirlo en cuanto entraba a la habitación, no podía saciar la sed que tenía desde que lo vi, tenía miedo que Kim Jong-dae le hicera daño, que al sentirse amenazada su carrera política no tuviera piedad.
La homosexualidad era un tema que no debía tocarse en la casa y eran repudiados por el partido que cobijaba sus campañas, una hipocresía de su parte.
Yulhee llegó para ayudarme, impuesta por Jong-dae para terminar con el asunto del marica de su hermano.
Al entrar a su oficina estaba ella con un vestido rosado y un miedo que se dejaba ver por la forma en la que tronaba sus dedos, me pareció ordinaria pero con un encanto que resultaba atractivo para cualquiera, al entablar una conversación con ella notaba que era una mojigata encubierta.
-¿Que estás haciendo?- Jong-dae parecía tranquilo pero cuando hablaba así significaba que venía algo peor
-¿Qué hago?- respondía esa tarde cuando me llamó para hablar a solas en su oficina, esa tarde donde todo comenzó.
-¿Que haces paseandote así como si fueras un maldito perro en celo?- en su escritorio habian fotografías comprometedoras con Kyungsoo, eran inocentes, eramos nosotros tomandonos de la mano y besándonos.
-No creo que esto te. .
-¡¿Te dije que podías hablar?!- los gritos asustaron a Yulhee que seguía parada a su lado.
-No puedes hacer nada bien, no eres un jodido cualquiera, no puedes hacer eso a plena luz del día, ¿eres idiota?, ¿no podías hacerlo en privado; tienes las habitaciones a tu disposición pero te crees mejor y nos miras como si fueras diferente a nosotros? ¿Crees que puedes andar por ahí como si nada?
-¿Que tiene que ver ella?- señalé a Yulhee sin mirarla.
-Ella es tu tapón, no pude encontrarte algo mejor, vas a tener que conformarte, no voy a seguir arreglando todo lo que haces mal, no quiero que vuelvas a verlo, ya me he tomado el tiempo de estar a solas con él y creo entender por qué te descuidaste, pero no vale la pena romperme las bolas por un culo como ese.
-¿Qué, debes estar bromeando verdad?
-No tengo el humor de bromear contigo- soltó mientras pasaba sus dedos por la fotografías haciendo énfasis en el rostro de Kyungsoo.
-¡¿Qué hiciste?!- en un segundo estaba sobre él.
-¡No!, ¿Jongin que estás haciendo?- Yulhee estaba gritando como loca alrededor.
Había golpeado a mi hermano con todas mis fuerzas hasta que un par de hombres entraron a separarnos, ambos me dejaron encerrado por horas en una habitación oscura hasta que mi madre entro por mi aterrada por la sangre que manchaba mi camiseta.
No había nada que discutir, no podía decirle que no a él y no podía poner en peligro a Kyungsoo por un deseo egoista, debía ser mas fuerte que mis instintos.
Pasé mis días como lo que una vez noté en él, otro fantasma que no transmitía ningún sentimiento, era una hoja en blanco incluso en los momentos en los que debía sonreír, cuando mi nueva "novia" me presentaba a sus padres, cuando me invitaba a su departamento para escuchar música, incluso había dejado de tocar y estaba pensando en abandonar mi carrera, Yulhee aunque amable, no podía esconder su cara de fastidio.
Sabía que era una empleada más, desconocía cuanto le pagaban para distraerme, pero la paciencia que una vez me tenía empezaba a desaparecer.
Día a día imploraba morir, era absurdo, tenía todo, dinero, una carrera prometedora y la oportunidad de alejarme siempre y cuando no causara más problemas, ¿Quién era Kyungsoo y por qué tenía la necesidad de correr hacia él?
Me hubiera salido con la mía, hubiera podido cumplir con las ordenes de mi hermano, todo habría pasado tranquilamente, pero lo vi.
Estaba vagando por el centro, buscando la excusa de sentir dolor para no pensar en él, planeaba caminar sin rumbo hasta que no supiera donde estaba y algo me golpeara hasta perder el sentido, pasaba las calles esperando que un auto terminara conmigo.
Entonces lo vi, Kyungsoo estaba frente a mi, mis pupilas se dilataron y mi pulso comenzo a incrementarse, mis manos comenzaron a sudar y mi voz temblaba al pronunciar su nombre.
-¿Jongin?- Estaba a punto de derrumbarme y abrazarlo, pero me contuve, me contuve lo más que pude.
-¿Kyung-soo?
*Shot por cada vez que escribí Kyung-soo* jajajaja <3
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Charming (Encantador)
Fiksi PenggemarUna historia sobre el acoso, el sentimiento de culpa y una idea errónea sobre el amor. En un principio, el destino jugaba una verdadera importancia en la vida de las personas, cuando era desafortunado formaban una bola de estambre inmensa, sin cuid...