Charming (Encantador)

Cap. XII La toalla

 Pasión: Sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad y perturbar la razón, como el amor, el odio, los celos o la ira intensos.

La primera sensación fue de dolor, intenté moverme pero una cuerda me atrapaba por completo, cuando mis ojos se adaptaron a la luz que emanaba  con fuerza desde lo que percibí como un ventanal, recordé donde estaba.

Una  figura masculina entraba a la habitación con una especie de navaja, comencé a sudar frío y mis ojos se cerraron de impotencia.

-No tengas miedo, ya vine por ti. 

-¿Baek?- mi voz temblaba y  sin poder contenerme comence a llorar.

-¿Que sucede contigo, por qué lloras?

-¡Todavía me preguntas porqué?, ¡Me dejaste con un idiota que me ha dejado amordazado!

-Pero fuiste por tu cuenta,  cuando salí a buscarte estabas caminando hacia el auto de  Chen, pensé en seguirte pero Chanyeol me detuvo, no soy un héroe, ese tipo tiene dinero para desaparecerme y arrojarme a la basura. 

-¡Pero que a mi me lleve el diablo!

-No digas tonterías- el tono despreocupado de su voz me hacía enojar- cuando me dejaron entrar a la habitación estabas noqueado por completo, me dijeron que habías pedido irte pero preferí pasar la noche aquí.

-¿Has estado aqui antes?- el frío del metal cuando introdujo la navaja me hizo sentir escalofríos.

-Si, me han pagado por venir aqui.

-Baek,  quiero irme a casa- cuando mis manos se liberaron sequé mi rostro con las sábanas, dándome cuenta de las manchas de sangre. 

El taxi me dejó a una cuadra del departamento, tenía un enorme abrigo café prestado, mi ropa estaba deshecha, parecía que me había perdido en una isla por todo un mes con algún demente sexual, cuando entré al departamento me encontré con los ojos de preocupación de Sehun, sonreí ante la forma nerviosa que se acercaba a revisar mi rostro, miré sus maletas alrededor de la mesa, acababa de llegar de sus días de descanso.

-¿En qué estabas pensando?, al llegar al departamento me dijeron que ahora tu estabas perdido- soltó tan solo vio mi cabeza asomarse ante la puerta de madera del departamento.
-Exageras, no estuve perdido, solo sali con un amigo-
-Y luego llegas en este estado, ¿quién te hizo esto?-, sus dedos acariciaban mi barbilla e inspeccionaba con cuidado los leves moretones que se asomaban en mi frente. 
-Con nadie- intente limpiar la sangre seca de mi rostro frotando con las yemas de mis dedos.
-Si no me quieres decir está bien, Yulbin aún no ha llegado, tienes suerte- respondió molesto.
-No me preocupa lo que ella piense, ahora necesito alejarme de ella, pienso mudarme, ¿tienes algún lugar en mente?
-Pensé que no querías estar solo-  me miró preocupado

-¿Donde están todos?

-Buscándote, Yulhee se ofreció llevar a Luhan a mi departamento, debo llamar para avisarles que estás bien, yo también debo irme.
-Ya veo-  caminé hacia la cocina buscando un poco de agua.
-Soo, no sé en qué estás metido, pero te prometo que mientras esté contigo nadie te va a lastimar, lamento haberme alejado, pero no puedes seguir así, ¿me contarás la verdad?- ni siquiera lo miré.
-Intentaron asaltarme, eso es todo, no me hicieron nada, tuve que caminar mucho hasta aquí, no quería que todos se preocuparan.

Si había mentido desde el principio, ¿qué más daba ahora?

-Vamos, te prepararé la tina, te lo mereces.

-Debes estar cansado, pensé que habías ido a la escuela, incluso llamamos al tipo de administración, ya sabes el calvo, ¿Soo?
-Si, lo siento, tendré más cuidado.

Entré al cuarto de baño, me quité el abrigo y los pantalones, no tenía ropa interior, miré mi cuerpo en el espejo, no estaba tan mal, unas cuantas marcas en mis caderas, a veces la culpa y el dolor se pueden ir con la corriente, nunca había usado la tina, siempre veía a mis compañeras de cuarto pasar horas encerradas aquí, escuchaba el sonido del agua caer, mis hombros se sentían pesados, un nudo en la garganta me impedía hablar, sentía que con la mínima palabra me rompería y terminaría llorando. 

Mis rodillas se asomaban por el agua caliente y las burbujas, escuché el sonido de la puerta cerrarse, así que hundí mi cabeza entre la espuma, no quería pensar demasiado, limpie cada centímetro de piel, talle tan fuerte que me quemaba.

Ahi me di cuenta de la marca en mi espalda,  con el tacto parecía una figura con bordes sobresalientes y  dolía como una quemadura.

¿Que es esto?- me paré de inmediato y abri las cortinas de baño, frente al espejo logre mirar a lo lejos.

-¿Ese maldito me ha marcado?- traté de no pensar en voz alta.

 Nunca habia sentido aquella sensación de asco y horror, era una figura bastante extraña de aproximadamente 5 cm, no lograba encontrarle alguna forma conocida, pero estaba seguro que fue marcado con hierro caliente, esa era la razón por la cuál me ataron, marcado como un animal, eso me habia conseguido por confiar en extraños. 

Para no mojar el piso de madera, estiré mi brazo en la canastilla de toallas limpias, al no  encontrar ninguna con el tacto,  me acerqué  para comprobar que no había nada en la cesta.

Olvidé que estaban en la secadora, abrí la puerta lentamente, temblaba por el frío, en el camino tomé una manzana de la cocina y colgué un trapo cualquiera en mi cuello, caminaba confiado entre los muebles, tenía bastante hambre, el esfuerzo que hice era inhumano.

El sonido de mi mordida contrastó con el grito de Sehun, quien estaba en la sala.
-¿Qué haces aquí?- pregunté asombrado volteandome de inmediato. 
-Yo, olvidé algo- su respiración era agitada imploraba que me cubriera, pero no entendía su prisa, ya me había visto de todos modos.
-¡Usa esa toalla correctamente!
-Tranquilo, ya está- contesté despreocupado y me cubrí  de inmediato con la diminuta toalla de cocina.
-Lo siento, me iré pronto.
-¿No olvidas nada más?
-No-, la puerta casi se colapsa, cerró tan fuerte que el ruido se extendió por toda la casa.

No entendía el por qué Sehun seguía sin caer, estaba seguro que en ese momento su fachada de "mejor amigo" iba a ser aplastada por la de un instinto básico, la necesidad que todos tienen y sólo yo despierto inconscientemente.

Sorprendentemente no pasó nada, y lo admito, estaba algo decepcionado, tal vez mi encanto desaparezca poco a poco con el uso. 

-¿Que estás?
Yulbin estaba frente a mí, su figura aparecía lentamente tras mi puerta, su expresión era de horror, pero lograba entender. . .
-¡kyungsoo!, Ponte algo de ropa, que asco.

Me encerré en mi habitación y comencé a empacar todas mis cosas; no recordaba el momento exacto en que me había quedado dormido, o cuando mis manos descendieron a mi entrepierna y la escena digna de un adolescente se desencadenaba frente a mi.

 Jamás me había permitido pensar lascivamente de mi propio cuerpo, pensaba que era un muñeco de trapo sin sexo alguno y que era mejor que no mostrara nada de curiosidad en el tema, me daba miedo pensar que yo mismo descubriera ese sentimiento que cuando era niño me atormentaba al verlo en los ojos de desconocidos.

¿Que se sentia en realidad y por qué mi mente no dejaba de pensar en Sehun mientras el ritmo de mi mano aumentaba? ¿Que clase de persona era Sehun?