Capítulo 4

421 35 13
                                    

Lilian.

Nunca nos habíamos separado por tanto tiempo, desde que le conocí jamás nos alejamos y ahora todo es tan difícil; le echo de menos, demasiado de menos. Y volver a la casa en la que compartimos tantas noches de risas y conversaciones no me ayudaba para nada, pero tuve que hacerlo, las miradas de odio de Cristóbal hacia mi persona me hacían sentir la peor persona del mundo.

El día que estuve con Cesar, fue el día en que precisamente necesitaba desaparecer del mundo para siempre.

Ni siquiera recordaba con exactitud hace cuantos días se había marchado Matías, habíamos tenido pequeñas conversaciones por teléfono, pero nada era igual, escucharle solo por unos minutos nunca fueron suficientes para mi. Cada vez que me llamaba, mi corazón se apretujaba y mis ojos se aguaban inmediatamente, me dolía tanto tenerle lejos que desde la primera semana que se marchó conseguí un trabajo; necesitaba tener mi mente ocupada las veinticuatro horas del día pero lamentablemente ese día — donde cometí el peor error de mi vida — era mi día libre.

Fui al Blue Sky, hace semanas que no lo hacia. Me acerqué a mi grupo de amigos, todo fue normal como si Matías no nos hiciera falta, bueno quizás a ellos no pero a mi me hacia mucha falta creo que le necesitaba más de él que de mis propios padres.

Me alejé de ellos y me senté en un taburete cerca de la barra, necesitaba un trago directo a la vena.

— ¿Qué te sirvo? — preguntó Jack.

— Lo que sea.

— Lily, no sé si lo notaste pero "lo que sea" esta prohibido venderlo en este bar — bromeó mi amigo.

Intente sonreír pero ni ganas me quedaban de fingir.

— Entonces una cucaracha y después trae una botella de whisky.

— ¿Hablas en serio? ¿Planeas emborracharte hasta no saber ni de tu propio culo? — me miró como si necesitara ir a Alcohólicos Anónimos.

— Deja de hablar y trabaja o le diré a tu jefe que te la pasas regalando tragos caros a las chicas con las que quieres acostarte — le amenacé.

— A la orden, señorita Saavedra — se alejó por un breve momento de mí y volvió con lo que había pedido.

Me bebí mi asquerosa cucaracha, pero era indispensable para la noche de olvido que quería tener, luego continué con el whisky. No sé cuantos vasos me tomé, ya que, el alcohol ya estaba surtiendo efecto en mi vista y en mi equilibrio.

Me paré de donde estaba sentada y caminé entre la gente para bailar pero no sé que hice que perdí el sentido de la orientación, que casi caigo al suelo si es que unos brazos no estuviesen protegiéndome. Le miré y le dediqué una sonrisa ebria a mi salvador.

— Deberías tener más cuidado, Lily — miré sus ojos marrones, no me recordaban para nada a Matías pero ¿qué importa? Lo que necesito es olvidar aunque sea un poquito. Me acerqué torpemente a él y le besé, obviamente agradeciéndole que me haya salvado de hacer el ridículo.

— ¿Podrías llevarme a casa? — dije sobre sus labios.

Él aceptó, quizás había llegado recién o puede que con compañía, sin embargo, accedió a mi petición y me llevó hasta mi casa. Me acompañó hasta la entrada de mi casa y esperó a que abriera la puerta.

— Gracias — sonreí — ¿te gustaría entrar?

— No creo que sea buena idea — dijo nervioso.

— Vamos, Cesar — acaricié el cuello de su camisa —. Sólo por esta noche — moví las pestañas coquetamente.

Él miró para todos lados para luego asentir. Sonreí victoriosa y le tiré de la camisa para besarle apasionadamente. Entramos con torpeza a casa, él cerró la puerta y sin apartar sus labios de los míos, caminamos hasta la sala de estar para acomodarnos en el sofá.

Pensé en él, en qué estaría haciendo en este momento ¿estará pensando en mí? ¿Su amor seguirá siento tan sincero como lo había sido hasta el momento? Quizás...

Tomé tanto whisky que ni siquiera sabía bien lo que estaba haciendo, solo me dejé seducir por la idea de que Cesar en ese momento era Matías. Hice el amor con Matías; estúpidamente en otro cuerpo lo amé. Besé sus labios; pero en otra boca le sentí.

Y a la mañana siguiente, al despertar abrazada de otros brazos me di cuenta de lo estúpida que había sido. Le fallé y no había vuelta atrás.


Nota: ¡Hola! He vuelto y espero no desaparecerme tanto por aquí, así que les traigo un regalito para que no se olviden de nuestro Mati y Lily. En fin, gracias por estar siempre aquí. Les quiero montones <3

Prometo amarte © | PA#3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora