Matías
Luego de nuestra charla en la que prácticamente he hecho pedazos el corazón de ambos, mi hermano llegó con las cosas que había preparado para una humilde cena bajo la luz de las estrellas y dejé en nuestro auto. No se quedó mucho tiempo con nosotros, también tenía algo preparado para Olivia pero en un lugar menos natural y con gente. Bueno tampoco dejé que se quedara más rato con nosotros sabiendo que me queda poco tiempo con Lily, en cambio él tiene todo el tiempo del mundo para estar con su novia.
Estiro una manta en la arena, saco de mi mochila una bolsa de papel que trae la comida que le encargué a mi hermano comprar y una botella de vino tinto con un par de vasos plásticos; eso demuestra que no tuve mucho tiempo para planear algo más elaborado.
— Cena bajo la luz de las estrellas — abro la botella de vino y sirvo el líquido en los vasos, le entrego uno a Lily.
Ella lo recibe y bebe un poquito de el mientras observa como saco la comida chatarra de la bolsa.
— No es nada elegante, así que se podría llamar una anti-cena romántica.
— No importa — me enseña una sonrisa contenida.
— ¿Tienes hambre? — le entrego una hamburguesa.
— Mucha — la recibe con gusto y le da una mordida —. Sabe bien — dice con la boca llena.
Sonrío y mientras me alimento, no dejo de mirarle tratando de grabar cada instante con ella en mi memoria. Como cierra sus ojos para sentir en profundidad los sabores que se mezclaban en su boca, prometo nunca olvidar esa pequeña sonrisa que significaba lo mucho que le ha gustado la comida, y juro que jamás beberé de un tinto con otra persona que no sea ella.
Me gustaría en este mismo instante lanzarme sobre ella y hacerle el amor, creo que ni siquiera dimensiona lo mucho he extrañado tocar y besar cada rincón de su piel. Cuando estuve en Londres a cada momento eché de menos estar acurrucados en la cama hablando de nuestros planes para el futuro... pensar que he decidido que no habrá un futuro para nosotros.
— ¿Qué piensas? — me mira con sus ojos verdes esperando mi respuesta, mientras bebe un poco de vino.
— En ti.
Se me viene un flashbacks... su cumpleaños, cuando nos besamos e hicimos el amor por primera vez.
— ¿Recordando ese día? — me lee la mente. Y sí, sigo afirmando que Lily es una bruja.
— Nunca quise olvidarme de esa noche.
— Tampoco yo — se acerca un poco más a mí — aunque pretendí hacer todo lo contrario en ese momento siempre pensé que seria la única noche que pasaríamos juntos.
— Ese día no lo sabía pero hoy puedo decirte con toda seguridad que te he amado siempre.
— Pobre Agata, en estos momentos debe estar revolcándose en su cama al enterarse que no le has amado de verdad — se burla.
— En vez de burlarte debes agradecerle que me hizo recapacitar sobre las mujeres, ella jugó conmigo.
— Es lo único que puedo rescatar de esa relación.
— Entonces levantemos nuestros vasos hacia el cielo y repite conmigo — ella se ríe pero hace lo que le pido de igual forma —. Agata.
— Agata — repite.
— Gracias por hacer de Matías un buen hombre.
— Gracias... ¿qué? — Se detiene — lo de buen hombre me lo debes a mí, siempre estuve a tu lado haciendo y deshaciendo todas tus cagadas, ese merito es mío.
— Bien, lo siento — bebo un poco de líquido y continúo —. Agata gracias por quitarme a Matías y hacer que me diera cuenta que siempre estuve locamente enamorada de él.
Lily asiente entre risas y repite lo que acabo de decir.
— Muy bien, Lilian — sonrío satisfecho —. Ahora para sellar este ritual debes llenar tu vaso de vino y bebértelo de un sorbo, sin olvidar el beso final.
— ¿Quieres abusar de mi? — cuestiona pero no duda en llenar su vaso de alcohol.
— Quizás.
— Perfecto — sonríe ampliamente para luego beberse la mitad del líquido de un sorbo.
— ¿Y el resto? — pregunto al ver que no se terminó todo el vino.
— Matías, no quiero olvidarme de ningún detalle de esta noche.
— Vale, te lo permito — me cruzo de brazos — pero has olvidado el beso final.
— ¿Tu crees? — sonríe con picardía.
Se inclina hacia a mi dejando que nuestras respiraciones se confundan, fija su mirada en mis ojos y acaricia mi rostro con cariño. La tomo por la cintura y la siento sobre mi regazo, mientras que ella desliza sus manos por mi cabeza y enreda sus dedos en mi cabello.
— Quédate conmigo — me suplica. Una lágrima solitaria recorre su mejilla para detenerse en la comisura de sus labios.
Poso mi boca sobre la suya, ella separa lentamente sus labios para dejarme entrar y saborear su lengua con gusto a uva fermentada. Me dejo llevar por la sensación que me provoca al besarle, pongo todos mis esfuerzos en uno de nuestros últimos besos. Siento como un escalofrío pasa por toda mi columna vertebral y me abrazo aun más a ella deseando convertirnos en uno.
¿En serio podría ser capaz de dejarle sabiendo todo lo que sentimos el uno por el otro?
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Prometo amarte © | PA#3
JugendliteraturTercera parte de Cien días con Agata, y continuación de Quiero verte más. * Es importante leer ambas historias, antes de leer esta porque o si no te harías mucho spoiler. © All rights reserved, 2016 Safe Creative. Code: 1603056792326...