Matías.
Observo mi celular al igual que cada mañana esperando ver un mensaje de Lily, que diga al menos "buen día" o "que estés bien". Creo que he dejado de ser parte de su vida hace setenta y seis días exactos, y aun no quiero asumir que me haya dejado, sé que la distancia nos estaba dañando, pero su manera egoísta de ver las cosas provocó que cortara toda clase de contacto entre nosotros; ya no contesta mis llamadas, ni mis mensajes, ni siquiera responde los mensajes que le envío desde los teléfonos de mis compañeros de habitación. Sin embargo no me he dado por vencido, he llamado a casa, a mis hermanos, a mis amigos pero lo único que logro saber de ella es que se encuentra bien y solo eso, los idiotas no quieren decirme nada más, cuando pido hablar con ella ninguno sabe donde anda. Lilian se ha encargado de que todo el mudo esté en mi contra.
Reviso otra vez el celular, hoy es mi cumpleaños y deseo con todas mis fuerzas escuchar su voz a través del aparato.
— ¿Te vas a levantar o te quedarás todo el día mirando el teléfono? — pregunta Diego.
— Las dos cosas.
Se acerca hasta a mí, se sienta a los pies de mi cama y se queda mirándome con desaprobación.
— Han pasado dos meses, Matías. La chica ya te dejo, supéralo.
— Ni una vida entera me bastaría para superarla.
— Al menos has el esfuerzo hoy — sonríe — es tu cumpleaños y tenemos que salir a algún lugar a divertidos.
¿Quien se hubiera imaginado que él y yo terminaríamos siendo amigos? Si bien por obligación acabamos entablando una relación de amistad, ya que nos asignaron la misma habitación de hotel junto a Jorge, el otro idiota que fue escogido para el intercambio.
Pero con Diego es diferente, solo nos separamos para ir al baño y por mi trabajo, ya parecíamos "mejores amigas". Al comienzo de esta inesperada aventura nos estábamos llevando como el perro y el gato, pero luego que fueron pasando los días nos dimos cuenta que tenemos más cosas en común, exceptuando a Lily y Agata; ellas son un caso aparte. Me explicó las cosas que habían pasado con Agata en el tiempo que estuvo conmigo y me fue infiel con él, es bueno escuchar desde primera fuente que fui un CORNUDO en letras mayúsculas. Para Diego, Agata significó mucho — igual para mí —, fue su primer amor — el mío también —, aunque hablar de ella siempre nos ha hecho parecer incómodos, entonces solo aclaramos las situaciones una vez y nada más. No obstante teníamos que hablar de la otra persona que teníamos en común... Lilian, para él fue solo una aventura de medianoche — para mí, el amor de mi vida —, pero ha sido importante en su vida, después lo que paso entre ellos si hicieron muy amigos, tanto que ella le ayudo a decidir que si quería seguir martirizando sus días siendo novio de Agata.
— Me apunto a la diversión — grita Jorge desde el baño.
— Esta bien — sonrío, aparto la ropa de cama de mi cuerpo y me siento — tampoco pensaba quedarme acostado todo el día, tengo que ir al The Cass y después a trabajar.
— ¿Por qué sigues con ese trabajo? Te pagan una mierda — se queja Diego.
— Pero esa mierda de sueldo, sustenta tus almuerzos en Burger King y tus vicios.
— Te prometí que algún día te pagaría, solo que no que he encontrado el trabajo indicado.
— Ya no creo en tus promesas — bromeo. Camino hasta mi armario y saco de él la ropa que vestiré hoy. En Londres no se sabe lo que puede suceder con el clima, por eso siempre tenemos que llevar puesta camisetas debajo de nuestros abrigos. — ¡Jorge necesito el baño!
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Prometo amarte © | PA#3
Novela JuvenilTercera parte de Cien días con Agata, y continuación de Quiero verte más. * Es importante leer ambas historias, antes de leer esta porque o si no te harías mucho spoiler. © All rights reserved, 2016 Safe Creative. Code: 1603056792326...