Prometo amarte © | PA#3

Capítulo 19

Lilian

No hay nada de lo que puedas hacer para que me quede aquí, Lilian.

Aquellas palabras se repiten en mi mente una y otra vez. Duelen, duelen mucho. Todo este tiempo que hemos estado alejados y sin que él conteste mis llamadas, he meditado mucho sobre nuestra relación y llegué a la conclusión de que quiero luchar por él... dar mi último esfuerzo para que seamos felices otra vez. Sin embargo, esas palabras lo cambian todo... acababa de cortarme las alas para luego echarle sal a las heridas.

Me acompaña hasta la puerta de mi casa, me abrazo a mi misma para contenerme al saber que se aproxima el segundo en el que tenga que despedirme de él y vivir con la incertidumbre si volveré a verle otra vez en estos días que le quedan en casa.

— ¿No quieres pasar? — pregunto con lo poco de esperanza que me queda —. La lluvia nos dejó empapados... aun tengo ropa tuya...

— No es necesario, gracias — responde tajante.

— Vamos Mati — le doy un golpecito en el brazo —. No voy abusar de ti si eso piensas.

Él sonríe ante mi pequeña broma.

— Vale, pero luego me iré.

— Como quieras — me encojo de hombros. Saco de mis bolsillos las llaves y le doy la espalda para abrir la puerta.

Le dejo entrar primero, él camina por la casa en completa oscuridad. Entro y cierro la puerta tras de mí, me pregunto porque aun no enciende la luz.

— Se ha ido la luz — dice tan cerca de mi que doy un salto, está tan oscuro que ni siquiera noté que estaba a mi lado.

Una de sus manos acaricia mi brazo, la piel se me eriza ante su tacto aunque tenga ropa encima — ¿Acaso alguna vez encontraré a alguien nuevo que me provoque esto como lo hace él? —. Creo que no, en la vida solo hay un roto para un descocido y en la mía siempre será Matías.

— Matías — susurro.

— ¿Lily?

— Si haces esto para hacerme daño por favor no sigas — contengo las ganas de llorar.

Cuando al fin mis ojos se acostumbran a la oscuridad puedo ver la su silueta, se encuentra tan cerca de mi que en cualquier momento voy a flaquear y me lanzaré a sus brazos como hace un rato en el bar.

— No voy a lastimarte más de lo que estamos.

— ¿Entonces?

Él baja la cremallera de mi chaqueta y la retira lentamente de mi cuerpo, luego sube sus manos para acariciar mis labios...

— Aunque este todo negro aun puedo recordar el color de tus ojos y la forma de tus labios a la perfección.

Al escuchar aquellas palabras suelto el aire que estuve conteniendo desde que me tocó, dejo que mi cuerpo se relaje para que las lágrimas se deslicen por mis mejillas.

— No llores, Lily — seca con sus dedos las lágrimas que se han escapado —. Ya estoy cansado de provocarnos tanto daño, por eso me voy.

— No quiero que te vayas, eres mi mal necesario.

— Quiero empezar una nueva vida y tú no estas en ella.

Mi corazón se comprime y dejo escapar un sollozo que hace que Matías me abrace fuerte.

— ¿Podrás olvidarme? — pregunto sobre su pecho.

— Lo intentaré.

— Eres un idiota — hago un esfuerzo para apartarme de sus brazos y cuando al fin lo hago, golpeo su pecho —. ¡Esperé a que me amaras desde el primer día en que te vi! ¡Tuve que esperar tres putos años para por fin decirte todo lo que sentía!

— Lily...

— No sabes cuanto me contuve cuando te ibas con otras chicas, cuantos celos sentía cuando te besabas con cada una de ellas... ni te imaginas todo lo que tuve que aguantarme cuando te enamoraste de Agata ¿Y quieres marcharte cuando apenas llevas unos meses enamorado de mí? No se vale, Matías — tomo aire —. Quieres irte cuando ni siquiera he tenido suficiente de ti.

— Yo lo...

— Sé que lo arruiné todo metiéndome con otra persona, pero...

Sus labios me callan, sus brazos me rodean y me dejo vencer por esa lengua que quiere encontrarse con la mía después de tanto tiempo separadas. Me abrazo o más bien me pego a su cuerpo para que no suelte nunca más.

— Jamás podría olvidarme de ti — susurra sobre mis labios — pero se supone que haría el intento.

— ¿Y este es uno?

— Sí, pero falló.

Aunque estemos en la más completa oscuridad de mi hogar puedo ver su hermosa sonrisa tal y como la he recordado siempre.