Lilian.
— ¿A dónde nos llevan? — pregunto, tengo los ojos cubiertos con un pañuelo negro al igual que Matías.
— Si sigue haciendo la misma pregunta renunciaré a esto, Sofía — comenta Diego.
— Eres un idiota sin corazón.
— Dime algo que no sepa, cariño.
— Me gustas — dice mi amiga sin rodeos.
Se hace un silencio que me entran las ganas de quitarme el pañuelo y ver lo que pasa. El sonido de unos besos se hace escuchar, así que detengo el impulso de mirar.
— Se supone que la sorpresa es para nosotros — interrumpe el momento Matías.
— Ya sé.
Diego toma de mi mano y me dirige a quien sabe donde, me siento como si estuviese jugando el típico juego de la gallinita ciega.
No sé cuanto habremos caminado, pero ya me duelen un poco los pies y solo quiero sentarme en cualquier lugar.
— Bien tortolitos, a la cuenta de tres se quitan los pañuelos — anuncia Diego.
— Uno — comienzan a contar, pero estoy tan ansiosa que me quito la venda de los ojos y observo a mí alrededor — ¡NO! — gritan histéricos que me hacen explotar de la risa. Miro a Matías, él también se había quitado el vendaje de los ojos.
— A la mierda — Diego toma la mano de mi amiga y se empiezan a alejar de nosotros — disfruten de esta última noche — se despiden con la mano.
— Esto no fue una idea originalmente de Diego, esto es obra de tu amiga — dice Mati, quien se ubica tras de mi y me rodea con sus brazos.
Vuelvo a observar a mí alrededor, ni cuenta me había dado de que estamos en la azotea del edificio donde está viviendo Mati. Desde aquí puedo ver gran parte de Londres y como el sol se va escondiendo tras los edificios.
— Bonito detalle — sonrío a Londres.
Matías se aleja de mí, me doy la vuelta para verle. Tiene una nota en la mano y ni cuenta me había dado de que nuestros amigos han preparado un picnic romántico.
— Ni siquiera las estrellas podrían destruir un amor tan fuerte como el de ustedes — lee Mati en voz alta y esboza una pequeña sonrisa —. Mucho tinto y comida para que disfruten.
— Definitivamente la mente maestra es Sofía, aunque me ha sorprendido nunca imaginé que fuese una cursi.
— Puede que se le haya contagiado estando cerca de mi — bromea.
Ambos reímos, luego de unos segundos nos quedamos en silencio y se me queda viendo muy serio.
— Aun no te vas y como un idiota ya te extraño — se acerca, aparta el cabello de mi rostro y acaricia con ambas manos mis mejillas — ¿podrías posponer tu vuelo?
— Si pudiese no estaríamos aquí... despidiéndonos.
— Lo sé.
— Te amo, Mati — le doy un beso casto en los labios —. Nunca lo olvides ¿si?
— Cada vez que puedo recuerdo cuanto nos amamos.
— Bésame.
— ¿Sólo eso?
— No, quiero que hagamos el amor y olvidarme de que solo quedan unas pocas horas para irme.
***
ESTÁS LEYENDO
Prometo amarte © | PA#3
Teen FictionTercera parte de Cien días con Agata, y continuación de Quiero verte más. * Es importante leer ambas historias, antes de leer esta porque o si no te harías mucho spoiler. © All rights reserved, 2016 Safe Creative. Code: 1603056792326...