Día tres, no todo va tan mal como pensé que seria al tenerle devuelta en casa. Nos hemos besado un par de veces y eso me hace ilusión, ya que quizás de esa forma puede que recapacite y no se vaya a Londres de nuevo. Y qué mejor que salir de lo cotidiano y hacer algo diferente.
Ordeno mi mochila con lo necesario para la escapada por el día a la playa. A Cristóbal se le ocurrió hacer una cita doble: él, Olivia, Matías y yo; según él para que pase más tiempo con su hermano, pero con esa excusa ni siquiera me engañó a mi.
A lo lejos escucho la bocina del auto, unas cosquillas provocan que todo en mi estomago se mueva y eso me hace poner aun más ansiosa. Agarro mis cosas y salgo por la puerta, al verles les saludo con la mano y cierro la puerta de mi casa con llave para luego caminar apresuradamente hacia el auto y abrir la puerta trasera donde Matías me esperaba con una sonrisa nerviosa.
— Hola — me saluda cuando me siento a su lado.
— Hola — dejo un calido beso en su mejilla — ¿Cómo estas?
— De maravilla — se relaja y me sonríe sin nervios — ¿Y tú?
— Que coincidencia que me encuentre igual que tú — bromeo.
Ayer Matías me había mencionado que le dolía mirar mis ojos y notar que no estaba siendo feliz, aunque después de lo que ha pasado estas últimas horas siento que estoy volviendo a ser la Lily de antes e incluso Matías a borrado la seriedad de su rostro con la que llegó desde el otro continente, para volver a ser solo sonrisas y eso hace que me derrita una y otra vez por él, hasta tal punto que nuestro "trato" de estar en la friendzone solo sea una promesa vacía.
— Hola Lily — agrega Cristóbal —. Sí, nosotros también estamos de maravilla por si no lo habías notado — no quita la vista del camino pero por un segundo desvía la mirada y me observa por el espejo retrovisor para enseñarme su lengua.
— Lo siento, amigo — me acerco a él y dejo depositado un beso su mejilla —. Hola Olivia y últimamente hay cosas que me tienen un poco distraída.
— Como besuquearte con Matías por ejemplo — comenta Olivia.
Veo que la novia de mi amigo ha entrado en confianza. Con Mati nos miramos, levantamos las cejas un poco sorprendidos; estamos pensando de igual forma, y en aquel momento lanzamos al mismo tiempo una risotada que nos hace cómplices.
— ¿De qué se ríen? — pregunta la chica.
— Déjalos — Cris posa su mano en el muslo de su novia — son un par de idiotas.
— Ya quisieras... — comienza Matías, pero le interrumpo con un codazo en el estomago. No me gustaría que cosas del pasado arruinen su relación — ¿Qué? — se toca donde justo le dí el golpe.
— No lo arruines — digo entre dientes.
Matías mueve su cabeza afirmativamente y hace un gesto con la mano sobre su boca simulando un cierre invisible.
— Muy bien — sonrío complacida.
Acorto la distancia que hay entre nuestros cuerpos, tomo su mano y entrelazo nuestros dedos. Observo nuestras manos juntas deseando con todas mis fuerzas que mí tiempo a su lado no se acabe, mi alma se rompería en mil pedazos si en un par de días deba ir a despedirle nuevamente al aeropuerto.
Miro de reojo a Matías, lo primero que noto es que tiene la sonrisa torcida y no quita la vista de nuestras manos; quizás estemos deseando lo mismo. Se me infla el pecho de puro amor que siento, que hasta un suspiro se me sale sin querer y me delata, provocando en él las ganas de besarme los nudillos con ternura. Apoyo mi cabeza en su hombro y cierro los ojos para poder soñar que nuestras vidas se queden detenidas en el ahora...
***
Nos encontrábamos solos, Cristóbal y Olivia decidieron irse a quien sabe donde para que nosotros podamos conversar sobre nuestros asuntos. Caminamos tomados de la mano por la orilla de la playa, dejando que el agua nos empapase los pies. Me siento tan cerca de él pero a la vez tan lejos que mejor preferí guardar silencio, aunque las ganas me sobran por preguntar sobre sus planes de quedarse o no en casa con los suyos... conmigo.
— Medité mucho tiempo si debía tomar ese avión — irrumpe nuestro silencio.
— ¿Mm? — me toma desprevenida.
— Sabía que si volvía a casa mi orgullo se iría a la mierda con solo verte... y no me equivoqué — se detiene y hago lo mismo. Me paro en frente de él para perderme en mis amados ojos azules —. Te amo y cada vez que pienso en ti tengo que distraerme para detenerme.
— Eso no suena mal, Mati — intento sonreír al escuchar que aun me ama pero mi ganas de hacerlo se quedan estancadas porque sé que algo malo se viene después de lo bueno.
— Claro que no suena mal — acaricia mi rostro con ternura — porque sientes lo mismo, pero que pasaría si me quedo una semana más y lo arruinamos otra vez ¿podríamos soportarlo?
Me encojo de hombros.
— Cuando fuimos amigos tuvimos muchos obstáculos.
— Lo superamos porque éramos amigos.
— Seguimos siéndolo, siempre serás mi mejor amigo.
— Lo sé al igual que tú lo serás para mí, Lily.
— ¿Entonces?
— Debo... irme — lo dice con dolor —. Allá me espera un trabajo que me encanta, como tú dijiste es una oportunidad que no se da dos veces en la vida y quiero aprovecharla.
Pídeme que me vaya contigo...
— No llores — besa mi frente y me abraza.
Ni cuenta me había dado que estaba llorando.
— Siempre estuvo en tus planes irte — me aparto de él para limpiarme la nariz —. Pasara lo que pasara ibas a marcharte igual...
— Te dije que no había nada que hacer.
— Pues no te creí.
— Yo tampoco lo hubiese creído si me lo hubieras dicho — sonríe sin ganas.
— No es justo, Matías.
— Lo siento.
— No es justo — repito — no es... — intento repetir de nuevo, pero sus labios ya se apoderaban de los míos. Y como una debilucha me dejo llevar por esos besos que saben más que a una despedida.
— Voy a acordarme de ti toda la vida... a cada instante, en cada lugar — dice sobre mis labios — deseo que seas tan feliz como lo fui a tu lado.
Y otra vez mi tonto corazón se ilusionó con la idea de escucharle decir: márchate conmigo.
~*~
Nota: Pobre de nuestra Lily *la abraza* Sé que me están odiando en estos momentos pero es necesario. En fin, no olviden votar y lo más importante comentar (todo vale) Gracias por estar aquí. Ailoviu <3
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