Lilian
Después de decirnos todo lo que tuvimos guardado dentro durante meses, de recordarnos cuanto nos amamos a pesar de la distancia... nos besamos.
Un beso que nos enseña que aún nos pertenecemos, un beso con tanta desesperación y miedo que siento que en cualquier momento me fundo en él y me pierdo, un beso que es capaz de hacernos olvidar en qué lugar del mundo nos encontramos.
— No te imaginas cuanto he extrañado tus labios — susurra sobre mi boca.
— Créeme que si me lo imagino — sonrío.
— Lilian — se aleja un poco de mi y se sienta sobre sus rodillas, estira su mano para tomar la mía y besarla con delicadeza.
Le miro con asombro, pensando en que quizás está apunto de proponerme cometer una locura de la que estoy casi segura que aceptaré.
— Señorita Lilian — vuelve a decir. Por la forma en que me mira y como está sonriendo hace que me contagie y actúe de la misma forma — dicen que hay decisiones que no se pueden tomar cuando se está muy enojado o muy feliz, pero te juro que me encuentro tan feliz que sé que nunca me arrepentiré de esto...
— ¿De qué? — interrumpo.
Carraspea y toma un poco de aire para continuar.
— Lilian ¿me permitirás despertar abrazado a ti el resto de nuestras vidas?
No lo pienso, ni siquiera lo asimilo, sólo atino a mover mi cabeza afirmativamente repetidas veces.
— Quiero que seas la última mujer en mi vida, quiero que seas la madre de mis hijos, quiero que sólo existas tú hasta que sea un anciano que ni siquiera pueda limpiar su propio culo ¿Aceptas?
Me acerco me abrazo a él y le susurro al oído.
— Te amo con tanta locura que te dedicaría hasta mi último suspiro.
***
Durante los próximos días que lamentablemente me quedaban de visita, Matías se dedicó a enseñarme las maravillas de Londres, donde reconoció que desde que está aquí no se había dado el tiempo de conocer.
Me llevó a lugares que solo había visto por la televisión. En mi segundo de día de estadía, visitamos el Palacio de Buckingham y luego al London Eye, nos tomamos un montón de fotografías junto a Sofía y Diego que sospechosamente se están llevando muy bien, demasiado bien.
En nuestro tercer día, Mati y Diego nos llevaron al Tower Hill que sin duda es espectacular y por último nos dimos una vuelta por el Big Ben, en el cual nos encontramos caminando sin soltarnos de las manos y en silencio.
Las palabras no hacen falta para sentirnos felices con nuestra compañía.
— No puedo creer que solo quede un día para que te vayas — su voz suena triste, dirijo mi mirada hacia él que tiene la vista perdida en cualquier otro lugar.
Si hace segundos sentía felicidad, ahora solo tengo unas ganas inmensas de echarme a llorar.
— Me iré contigo — se detiene. Se ubica en frente de mí y posa sus manos en mis hombros.
— No puedes irte conmigo, ya lo hemos hablado — tomo un poco de aire para que las lágrimas no salgan disparadas —. No vale la pena.
— ¿Cómo que no vale la pena? Estamos hablando de nuestra relación, de nuestro futuro, Lily. Nos casaremos y...
— Podemos esperar — interrumpo.
Intento parecer optimista, hace noches atrás estaba tan feliz que he olvidado mencionarle mi pequeño gran error, porque sé que después de decirle lo de Cesar todo se irá a la mierda.
— Siento que no podré soportarlo — en sus ojos una capa de lágrimas hace su aparición.
— Lo harás, lo haremos — sonrío sin muchas ganas.
Él también sonríe sin muchas ganas, una pequeña lágrima se desliza por su mejilla, no dudo en secarla. Se forma un nudo en mi garganta que me impide seguir haciéndole falsas promesas. Matías me mira a los ojos como si pudiera leer en ellos lo que estoy pensando.
— Algo anda mal, Lily — sube sus manos de mis hombros para posarlas en mis mejillas — ¿Qué pasa?
— Nada.
— Mientes.
— No me pasa nada, Mati.
— Lily, te conozco algo te pasa.
Suspiro.
— Bien — aparto sus manos de mi rostro. Quizás sea hora de contarle.
— Espera — interrumpe — ¿es algo malo?
Aprieto mis labios y asiento.
— No quiero saberlo.
— Pero...
— O sea, sí quiero saberlo pero no ahora — acerca su rostro al mío y me da un beso casto en los labios — te amo.
Me quedo en silencio, incapaz de decirle de una vez por todas la verdad, la razón del porqué lo nuestro acabó de un momento a otro.
~*~
Nota: Perdón, perdón y perdón. Sé que han pasado 84 años desde que no actualizo pero es que no encontraba mi maldita inspiración y el trabajo me estaba consumiendo :c espero que me disculpen por esto. Les dejo este capítulo un poco cortito pero es para que vean que está historia seguirá. En fin, gracias por leerme y estar incondicionalmente por aquí <3
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Prometo amarte © | PA#3
Teen FictionTercera parte de Cien días con Agata, y continuación de Quiero verte más. * Es importante leer ambas historias, antes de leer esta porque o si no te harías mucho spoiler. © All rights reserved, 2016 Safe Creative. Code: 1603056792326...