Capítulo 7. Parte 2/2

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Las clases del día habían culminado, y aun me sentía frustrado, en clases recibí otra nota parecía  a la anterior pero con la letra "I" y la verdad no estaba para jueguitos, seguro era el grupo de Lissa que me estaban jodiendo.

Me dirigí al aparcado y me subí en el auto para dirigirme al lugar que siempre acudía para distraerme y sacar toda la furia que me carcomía gran parte del tiempo.

El camino fue rápido, solo 15 minutos en la vía para llegar a "Poseidon" un gimnasio privado para boxeadores.

No era uno de ellos, pero Rick un amigo, era uno de los dueños, así que aprovechaba esa oportunidad.

—Conno, amigo tiempo sin verte por acá —Rick palmeó mi hombro y reí por el apodo que tenía para mí.

—No seas exagerado Rick, sólo un par de semanas —dije burlándome.

—A ver, ¿harás lo mismo de siempre? —preguntó mi amigo. Negué.

—Hoy quiero tener el viejo cuarto de boxeo, necesito golpear algo, y... ¿que mejor que un saco? —él comprendió a que me refería y ambos nos encaminamos al lugar.

—Te dejo solo para que estés tranquilo.

—Gracias Rick —dije poniéndome los guantes que se encontraban puestos a un lado de la pared.

—No es nada, además sabes que tengo trabajo allá afuera —asentí y el chico salió dejándome solo con las ganas de asesinar a alguien.

Me quité la franela y me sitúe a un lado par empezar con un sencillo golpe, ¿pero que rayos?, no estoy para dar golpes de niñas.

—Esto es por la frustración —grité mientras mis puños a pesar de los guantes ardían— por extrañarte tanto April, por no decirme que tu verdadero nombre era Adrianne —golpeé más fuerte para luego volverme totalmente loco y no parar de pegarle al saco.

—No puedes entrar linda... —hice una pausa al escuchar a Rick hablar del otro lado de la puerta. Pero luego no oí nada mas.

Empecé de nuevo con los golpes y tras escuchar la puerta abrirse miré a un Rick totalmente desconcertado.

—¿Que sucede? —pregunté curioso ante la mirada de mi amigo. Este se acercó.

—Vas a romper mi pobre saco hermano, él no tiene la culpa —dijo de un modo exagerado acariciando a mi víctima.

—Para eso son, para golpear —dije con ironía.

—Me preocupe cuando miré a esa chica escuchando del otro lado, le pregunté que sucedía, y solo me dijo que quien estaba aquí estaba muy agitado. Luego se fue —miré al chico enfrente y fruncí el ceño, no mas notas por favor... Rogué para mí mismo.

—¿Cómo era? —cuestioné intrigado mientras me quitaba los guantes.

—Tenía el cabello rojizo, sus ojos no los vi porque traía lentes de sol —dijo de lo más tranquilo. Así que no le tomé importancia.

Salí minutos después del local y me dirigí al auto, me subí en el y al encenderlo y mirar al frente miré un papel amarillo. No muy grande.

¡Maldita sea, una multa! Pensé.

Pero me equivoque al ver la hoja.

No te dejes llevar por la frustración. Eso te impedirá seguir.

R.

Otra maldita nota, con una escritura un poco diferente. Dios mío, ¿me quieres volver loco?

Si no es así, pues pareciera.

Acá el final del otro capítulo, está corto pero en total son 1500 palabras con los dos capa unidos. Espero y les guste, si no hay algo que no les agrade o simplemente se están aburriendo de todo esto, avisenme.

N/A: Esta historia será corta, solo es para aclarar todo lo que dejé a un lado  en el primer libro, y ustedes puedan entender

Sorprendemente Cambiaste El Destino. #ID2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora