Capítulo 17.

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Connor Rowling.

Al fin sábado, hoy no tendría que trabajar, algo que por una parte agradezco. He estado muy ajetreado con la universidad y el trabajo, además que estaba empezando el curso de cocina que Gustavo me había mencionado.

Había pasado una semana desde que no veía a aquella chica en el restaurante. James ha estado algo distanciado y raro, misterioso creo que esta es la palabra correcta.

Hoy me tocaba hacer mercado, y me juré a mí mismo y también al chef Gustavo que compraría comida para hacer, nada de lata de sopa, ni pasticho, ensalada y pasta hecha.

Había aprendido algunas cosas de la cocina, me estaba gustando, y lo he estado poniendo en práctica. No ha quedado muy bueno, pero para empezar, creo que he mejorado. Por lo cual estoy satisfecho.

Bajé al estacionamiento y subí en mi mustang, me dirigí al súper mercado más cercano y me dispuse a recoger un carrito y comprar.

Habían pasado mas de media hora, y por primera vez en mi vida, veo el carrito lleno y con comida de verdad, por así decirlo.

Habían desde:

-Tagliolini.

-Cabello de Ángel.

-Spaghettini.

-Zite.

-Linguine.

-Queso parmesano, y otros.

-Albahaca.

-Langostinos.

-Especias.

-Aceite de Oliva.

-Carne.

-Pollo.

-Verduras.

Y muchas cosas más, la única ventaja de trabajar en el restaurante, es que te pagan semanal. El sueldo era muy bueno, así que no podía quejarme.

Pagué y me dirigí de nuevo a casa. Me sentía como un hombre mayor, reí al pensarlo. Acomodé todo en su sitio y me dispuse a preparar algo sencillo. Lo primero que me habían enseñado, estaba yo solo, pero valía la pena intentar.

Saqué lo necesario para preparar un Farfalle con cuatro quesos. Era muy fácil.

Había pasado la gran parte del día, estaba viendo televisión, ya que lo único que se me apetecía era acostarme y descansar. Estaba viendo Investigation Discovery. Era impresionante como todas esas personas buscaban, hallaban, y demostraban pistas y ese todo tipo de cosas.

Por alguna extraña razón, recordé que cada nota las había guardado en una caja. Me levanté y la recogí, habían muchos papeles, y las notas estaban esparcidas por toda la caja.

Eran 5 en total, estaban revueltas.

L, P, I, R, A.

Eso no tenía sentido.

P, I, L, R, A.

¿Pilra? Que tonto. De pronto las letras se me hicieron conocidas y de inmediato las puse en ese orden.

A, P, R, I, L.

Quedé perplejo, no podía dejar de ver el nombre, seguro se trataba de una maldita broma. Con esto no se juega.

Agarré mi celular y llamé a James.

Necesito que vengas a casa. Acabo de descubrir que significan las notas —hice una pausa, se escuchaban voces— ¿quién puede ser capaz de esta broma?. —la misma bulla seguían— ¿James?

—Lo siento hermano. No podré ir, tendrás que venir . Te mando un mensaje con la dirección. —y colgó. Estrellé mi puño contra la pared.

Un mensaje llegó, una dirección que no conocía, pero  seguido una foto llegó, había visto ese lugar alguna vez.

Pero, ¿por qué tan lejos?

Tengo que ir y saberlo.

Sorprendemente Cambiaste El Destino. #ID2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora