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En la corte todos los guardianes se movilizaban sin parar, las noticias volaban retumbando por cada rincón: un ataque strigoi en St. Vladimir. Aquellos que podían se habían ido con sus familias otros optaban por la protección de la corte, como mis amigos. Dimitri se había unido a uno de los equipos que estaban allá, yo estaba en la junta del consejo pues mi abuela decidió que en vista de las cosas que conocía y cómo trabajaba mi graduación era algo secundario.
- la protección de nuestra gente es más importante - decía uno de la familia Badica - si los guardianes no tendrán armas para luchar ¿qué haremos? Tal vez deberíamos considerar la petición de ese hombre - levante el rostro, algunos dudaban entre decir que sí y otros se negaban, mi abuela miraba en silencio esperando encontrar una solución
- no pueden si quiera considerarlo, nuestro pueblo se ha alzado durante siglos con honor, no podemos permitir que el dicte las reglas, ha matado, ha mentido, ha hecho todo lo inimaginable por quitar al clan, a mi clan del poder y no lo voy a permitir. De nada serviría rendirnos y permitir que el tome posición del reino moroi y dhampir, piénsenlo, los strigoi ya conocen el evento importante que sucederá el 31 de marzo, Alistair está obligado a cumplir su parte del trato con ellos ¿vamos a permitir que seres sin alma y sin el más mínimo sentido de lo moral vaguen por este mundo? Matando humanos, dhampirs y morois que Alistair considere prescindibles... Si no cumple los strigoi nos atacaran de todos modos y sin estacas ni salas nuestras pérdidas serán terribles -
- ¿qué opciones tenemos? - era un Ivashkov
-yo puedo estar en las líneas de enfrente - dije seriamente - soy la única con la capacidad de luchar con magia ese día, no sé cuál sea la cosa que Alistair utilizará para entretenerme pero lo afrontaré, necesitamos conseguir artillería pesada para que los dhampirs de la guardia puedan presentar pelea, no les puedo asegurar una victoria, sobre todo una victoria sin bajas en nuestras filas pero sí que lucharemos con honor -
- estoy de acuerdo con la princesa, doblegarnos ante ese traidor no es una opción, sabemos que las armas de fuego no son un arma que destruya strigoi pero si es necesario esta vez debemos atacar con lo que tengamos
- Rosemarie irá en la línea de enfrente, los escuadrones deben entrenar aún más - mi abuela hablo - nuestro pueblo no se doblegará ante nadie ¡protegeremos la sangre moroi y dhampir! - la sala estalló en aplausos, algunos no estaban convencidos pero apoyarían, estaba segura, el resto de la conversación fue sobre la protección hacia aquellos que no lucharían, un tema complicado. Después de una cesión de más de dos horas al fin estaba en mi cuarto, necesitaba descansar sin embargo la protección de todos me quito el sueño, ojalá pudiera encantar las estacas pero no estaba dentro de mis capacidades, podría hacer un hechizo de protección pero ¿y si no tenía el poder para cubrir la corte en su totalidad? Mínimo podía intentarlo, sería un comodín, me levante pensando cómo podría hacerlo, conocía los límites de la corte, saque el libro oscuro, según recordaba hablaba de un círculo mágico con cuatro puntos, este no permitía que las fuerzas externas no entraran, por supuesto hablaba del tema espiritual pero yo podría ocuparlo para proteger con el hechizo adecuado... En teoría.
Encantaría cuatro monedas de plata ellos representarían los cuatro puntos cardinales, el círculo, bueno lo haría con piedras ocultas, necesitaría muchas y mucho trabajo pero si llegaba a funcionar sería una gran ventaja. Baje corriendo al estudio principal, ahí estaban los mapas de la corte, los abrí emocionada en un cuaderno comencé a trazar los puntos en que irían las monedas, si conseguía esto podría asegurar la salvación de la mayoría y aunque fuera egoísta de mi familia.
Subí de regreso con una sonrisa de oreja a oreja que creció más cuando abrí mi puerta -¡Dimitri! - salte a sus brazos, me sostuvo en el aire - te extrañe - lo bese
- yo también te extrañe mucho ¿dónde andabas? - preguntó
- ¿fui por agua? - levanto una ceja mientras sonreía, me jaló a sus brazos - pensé que volverían mañana -
- terminamos antes... - note el pesar en su voz
- me imagino que no encontraron más que destrucción - asintió pero me sonrió
- esto va a terminar pronto Rose, ya veras que sí... Alistair va a pagar todo lo que ha hecho pero por ahora déjame disfrutar de mi tiempo contigo - lo tome de la mano mientras le daba otro beso, nos acostamos juntos, me recargue en su pecho
- ¿así está bien? - asintió dándome un beso en la cabeza - Dimitri sé que esto no es fácil pero yo me encargaré de que todo salga lo mejor posible -
- eso me preocupa, siempre quieres proteger a todos y te dejas en segundo plano... - suspiro - no quiero perderte por eso, quisiera protegerte y no permitir que nada ni nadie te toque nunca más - me reí
- eso mismo quiero hacer contigo - Levante mi rostro... - Dimitri... - suspire - el consejo y mi abuela decidieron darme luz verde para estar al frente ese día - apreté los ojos cuando él se tensó
- ¡qué! ¡Eso no es posible! - me miro serio - fue tu idea - aseguró y yo asentí - ¡otra vez te expondrás de ese modo! ¿Y si te hacen daño? -
- esto iba a suceder camarada, soy la única que puede ocupar magia, aunque no quisiera sería la única opción - yo lo veía como algo lógico, él no lo veía así - Dimitri sabes que es verdad -
- estaré a tu lado - negué con la cabeza
- estarás con los guardianes apoyando y protegiendo a todos, yo me cuidare y tú te cuidaras - sonreí - cuando esto termine tú y yo estaremos juntos ¿de acuerdo? Los dos saldremos bien de esta... Sonríe amor - sonreí acercándome a su oído - tú abuela vio una boda - yo no creía en ese tipo de cosas pero Yeva me dijo que era seguramente la de Dimitri y la mía, cuando lo dijo hice una mueca porque lo que vio hacía alusión a una boda por todo lo alto - cree que es la de nosotros - susurre - eso quiere decir que estaremos bien y juntos camarada - lo bese
- pensé que no creías en eso - hice un puchero
- te digo que vieron nuestra boda y a ti te importa más eso... - comenzó a reír - aunque significa que será organizada por Lissa y mi abuela... Adiós a Las Vegas -
- no me importa cómo sea, siempre que esté contigo eso es lo que menos importa - una sonrisa boba apareció - te amo - lo bese en respuesta
- ¿ves? Yo seré lo primero que veras cada mañana por el resto de tus días -
- mi sueño hecho realidad - nos quedamos dormidos al poco tiempo.
Desperté temprano para hablar con mi abuela sobre mi idea, le pareció bien. Ese día terminamos de formar el círculo, lo que nos llevó casi todo nuestro día, cuando terminamos yo fui a mi habitación para escribir el hechizo, Dimitri estaba entrenando a los guardianes, algunos novatos como Eddie y Mase estarían también en batalla, eso me tenía tensa, tocaron la puerta, Christian entro sin Lissa - ¿sucede algo flamita? - me sonrió
- ¿es raro que venga a saludar? - asentí - eso que estás planeando... La protección ¿crees que funcione? -
- ruego por qué sea así, no sé qué tantas posibilidades haya pero tengo fe - lo mire seriamente, parecía preocupado - ¿qué pasa? -
- ese día estaré sin magia y temo por Lissa - alzo la vista hasta centrarla con la mía - no quiero perderla -
- yo tampoco quiero que le suceda nada, ni a ti o a alguien de mi familia y me gustaría decirte que todo saldrá bien pero no puedo - lo pensé ¿o sí podía? Cambie mi ánimo - tráeme dos cosas de plata - me miro extrañado - anda Sparky, deja que yo me ocupe de esto - asintió
- ¿qué harás? -
- protegerlos a ambos - dije segura - con la condición de que si algo me pasa tu la protegerás siempre - la seriedad con la que me miro era nueva entre los dos
- te lo prometo - miro por la ventana, el sol ya estaba en su esplendor - te las daré mañana para que ahora puedas descansar - asentí. Lástima que no pudiera hacerlo con todos pero Lissa era mi hermana y yo sabía que era una de las más vulnerables, Dimitri sabia defenderse, mi familia en general también pero Liss no y si yo no estaba tenía que asegurar la permanencia de Christian para que ella no quedará sola.
Dimitri entro mientras yo aventaba hojas por todos lados, ningún hechizo salía como esperaba o cubría mis expectativas, me pude en pie para abrazarlo - soy un desastre camarada, no soy buena escribiendo hechizos ni mucho menos algo que funcione - me abrazó sin decir nada, parecía decaído - ¿sucedió algo? - negó
- solo necesito tenerte a mi lado - me besó el cuello - no quiero pensar en lo que pasará - me aleje para observarlo mejor - mientras esté contigo quiero aprovecharlo y olvidarme del mundo entero - lo bese y sonreí
- ¿ayudo un poco? - sonrío
- ayuda bastante - miro la salida - voy a ducharme y vuelvo - asentí - mejor quédate hoy conmigo en aquella habitación -
- como diga guardián Belikov - sonrío, saque mi ropa y mis cosas de aseo personal, entre a su habitación, todo estaba en orden contrario a mi lío - siempre tan limpio - se rió
- uno de los dos tenía que ser el ordenado en esta relación - me dejo sola en lo que él se duchaba, ya estaban sus cosas aquí también, me senté cuando vi la foto de ambos en un porta retrato, yo quería verlo siempre así de contento, deseaba ser quien causará esa felicidad, suspire cuando sus brazos me rodearon - esa foto es mi favorita - habíamos juntado un tanto de ellas en poco tiempo pero esa también era mi favorita - me recuerda nuestra primera noche juntos - me levante sentándome en el escritorio
- esa noche fue maravillosa aunque tenía la pinta de acabar mal - asintió
- nunca me acostumbraré a todo lo que despiertas en mi Roza - beso mi cuello, sus manos me apretaban, me besó con fuerza, mis piernas se aferraron a su cintura - me vuelves loco - sonreí perdiéndome en el mar de sensaciones que causaban sus besos, sus palabras, esto no se acabaría, esta vez no
- camarada... - dije con la respiración entrecortada, mejor guarde silencio, me baje de ahí solo para caminar a su cama, quede delante de ella sacando mi ropa, prenda por prenda excitada solo al ver su mirada hambrienta por mi, en cuanto estuve libre de todo el me tomo con una sonrisa en su rostro - te amo - le dije sabiendo que serían las últimas palabras de esa noche
- te amo - me repitió perdiéndose en mi cuerpo.

Academia de Vampiros - EL LIBRO OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora