39/ Dimitri

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Después de bajar de la torre una sensación vacía me tenía tenso, no sabía que era pero la detestaba, antes de entrar al lugar donde Alistair estaba, un strigoi me ataco, sin estaca y con un brazo deshecho veía mi final cerca, lo ataque con mi fuerza completa - ¡Rose! - alguien gritó, voltee a ver la torre, Roza estaba parada en la orilla, el strigoi aprovechó mi distracción, me tomó por la cabeza aventándome lejos, comenzó a acercarse - ¡Rose! - volvieron a gritar, maldiciendo me puse en pie esperando al strigoi pero él ya no vino por mi, miraba arriba como todos los demás, seguí su ejemplo, Roza, mi Roza estaba elevada en el cielo a una altura descomunal, mis ojos no daban crédito a lo que veían, vi una neblina blanca rodearla, al poco tiempo un cúmulo de tierra hizo lo mismo, como una ola agua se unió al resto y al final el fuego la cubrió, danzaron sobre ella, era una imagen hermosa y a la vez temible, todo fue cubierto por una neblina de distintos colores ¿qué estaba pasando? Algo descendió como un huracán cubierto en llamas, se expandió más allá de mi visión, nos cubrió de una manera imperante, sentí paz, amor, la sensación era fantástica, los strigoi comenzaron a arder entre gritos, pero solo ellos, mire otra vez a Rose - ¡han muerto! - alguien gritó - ¡se han ido! - mire al rededor, era cierto, ellos se habían consumido en llamas - ¡Rose! - volvieron a gritar, mis ojos se abrieron como platos, mi corazón se detuvo en ese instante, mi vida, mi mundo se derrumbó cuando ella comenzó a caer lentamente, era como si no pesara, poco a poco comenzó a acercarse al suelo, corrí antes de que tocara el pasto, la abrace
- no, no, no ¡Roza! -estaba pálida, fría, sus ojos cerrados, su cuerpo frágil, cheque su pulso, no tenía - ¡traigan a Lissa, a Adrian o Sonya! - grite nadie se movió - ¡ahora! - no podía ser verdad, esto no estaba pasando, sentía que tardaban horas en llegar, Adrián fue el primero, me empujó y comenzó a hacer su trabajo, pero nada pasaba -¿qué sucede? - pregunte, él me ignoro, Lissa lo empujo tratando de hacerla regresar pero tampoco pudo, Sonya lo intentó, nada, estaba temblando como nunca, Lissa volvió a tratar sin embargo no funcionaba - ¡Roza despierta! - le grite - por favor mi amor, solo una vez más regresa - entre muchos guardianes me alejaron, mire al rededor, unos guardianes traían a Alistair con esposas - ¡maldito desgraciado! - me aventé sobre el golpeándolo con toda mi fuerza, él no podía hacer nada, lo golpee hasta que quedó inconsciente y cubierto de sangre, nadie pudo evitarlo - ¡te voy a matar! - grite Janine me abrazó, yo me rompí en lágrimas, ella estaba llorando también, alguien trajo a Richelle moribunda, Janine no lo pensó dos veces la atravesó con la espada. Lissa seguía prendida al cuerpo de Rose
-¡suéltenme! ¡Yo la voy a traer de vuelta! - gritaba entre lágrimas - ¡lo haré! - me acerqué a Rose, la cargue llevándola a una zona de la corte, en donde se hacían las juntas del consejo, seguía igual, sin pulso - despierta, despierta - le rogué tumbado a sus pies, esta vez no había duda pues su cuerpo yacía a mi lado - dijiste que nos amaríamos para toda la vida, dijiste que estaríamos juntos - no podía dejar de llorar, mi abuela se acercó a mí, tomándome del hombro - sigue aquí ¿verdad? - le pregunte con desesperación, negó con la cabeza, comencé a aventar cosas por todos lados, alguien me tomó por el brazo, enterrándome algo, poco a poco se fueron los fuerzas y caí.
                                                        (...)
Desperté en mi habitación, todo había sido un sueño, tenía que serlo, tenía que serlo no podía ser real, mire a mi alrededor estaba solo, salí de ahí entrando al cuarto de Rose, tampoco estaba ahí - Rose... - dije bajando las escaleras
- Lissa tienes que comer - Christian hablaba con ella - por favor - me acerqué a ellos, Lissa tenía unas manchas rojas en los ojos, me vio rompiéndose de nuevo, entonces era cierto, mi Roza se había ido, mire alrededor, nadie más estaba - Lissa, por favor - Christian dijo pero su voz se rompió del mismo modo, la abrazo, note que sus hombros se movían llorando también, comencé a llorar sin darme cuenta, camine por la mansión buscándola, al final llegue al salón donde habíamos festejado en año nuevo, ahí, en una caja parecida al cristal estaba ella, alguien la había cambiado, ahora traía un vestido blanco, le habían acomodado el cabello de manera que parecía aún más hermosa, algo completamente imposible, un olor a rosas, algo de canela e incluso un poco de manzana me atrajo, era ella
- no pudieron ni siquiera tocarla - decía mi mamá a mi abuela - nadie puede hacer nada con el cuerpo y ese aroma... -
- ella es especial - dijo mi abuela, me perdí admirándola, esa mujer era la única capaz de darme vida y muerte en un solo instante, todos lloraban a mi alrededor asfixiándome, salí de ahí para volver a encerrarme en su cuarto, me tumbe en su cama, del lado donde siempre dormía, esperando sentir su cuerpo al lado diciendo que me amaba, deseaba sentirla abrazada a mi, no podían quitarme la vida de ese modo, ella dio todo por proteger a su mundo y así le pagaron... Arrancándole la vida, comencé a gritar con fuerza, hasta que la garganta me ardió, no podía ser verdad, esto no, no era justo ella y yo teníamos planes, teníamos una vida que comenzar juntos, dijo que se casaría conmigo este día, dijo que se iría conmigo a Las Vegas para unirse a mí por siempre, prometí que tendríamos muchas citas juntos, íbamos a formar una familia - Rose... Vuelve mi amor, lo hiciste una vez, hazlo de nuevo mi vida, te juro por mi alma que si lo haces te haré la mujer más feliz del mundo, te lo pondré a tus pies si eso deseas pero vuelve - mire mi celular, las fotos que teníamos juntos, las que le tome sin que lo notara, cada una de ellas era un puñal en mi corazón pero era la única prueba, además del cuerpo inerte, de que ella había pisado esta tierra, de que no estaba loco, en una de ellas estaba mirando el amanecer, se la tome de espalda, era de mis favoritas, en otra estábamos juntos, ella se molestó ese día porque yo no quise hacer caras graciosas con ella, ojalá lo hubiera hecho.
Sentía un hueco en mi, algo desapareció de mi alma, era ella, alguien tocó la puerta, no conteste pero entraron - Dimitri... - Lissa se acercó a donde yo estaba tumbado viendo las fotos, acurrucado como un niño pequeño - quieren que bajes a comer - me quede en silencio - Dimitri vamos, todos están preocupados por ti - me quedé inmóvil, no quería bajar si me quedaba aquí solo ella podría entrar a verme y abrazarme, abajo todos eran imbeciles pensando que ella había muerto, como si eso fuera posible, no, ella iba a entrar de un momento a otro conmigo, yo lo sabia, nadie nos podía separar, Lissa se dio por vencida y salió.
Cuando todos estaban dormidos, baje al lugar donde seguía su cuerpo, no había comido nada, la mire, seguía en la misma posición, seguía dormida, sus facciones seguían perfectas y ese aroma seguía desprendiéndose - Roza, este ha sido en peor día de mi vida, dijiste que me amarías en la vida y la muerte ¿de esto hablabas? Porque esto es horrible ¿sabes? Quiero que despiertes mi vida, mi chica salvaje ¿recuerdas que me dijiste que no querías soñar conmigo si al despertar no me veías? Pues yo tampoco quiero soñarte si no te veré mas es gracioso porque también quiero soñarte para tenerte a mi lado de nuevo, en sueños te siento tan real, puedo sentir tu piel, puedo sentir tus besos así que si tú te vas ¿por qué no nos unimos en un sueño eterno los dos? Anda - sonreí - así podemos estar juntos por siempre, tú decide, despierta o llévame contigo pero no tienes mas opciones - ella no me respondió, no lo hacía ¿por qué? Salí a caminar por la corte, justo al lugar donde había caído, me senté en el pasto - Dimitri hoy es el entierro - Mikhail se sentó a mi lado - lo mire con lágrimas en los ojos, él estaba igual, descansará al lado de mis papás, asentí - me siento tan mal... Culpable -
- esto no es tu culpa - dije
- no por esto, es por algo que pasó en el funeral de mis padres - lo mire esperando - ese día estaba muy lastimado por haberlos perdido, me sentía aliviado de tener aun a Rose pero estaba tan enojado que necesitaba culpar a alguien, se me hizo fácil culparla a ella pensado que ellos se habían arriesgado por salvarla - comenzó a llorar - estaba con Sonya afuera de esa iglesia - señaló el lugar - me di cuenta de que Rose estaba sentada ahí y consciente de mis palabras dije que ella era la culpable, que mis papás dieron su vida por protegerla, me arrepentí pero no pude hacer nada, después de eso Rose siempre me vio con una sonrisa y jamás me reprocho esas palabras, pero yo no creía ni creo que haya sido su culpa, durante ese tiempo antes de que se fuera deje de contestar sus llamadas y cuando lo hacía le decía que estaba ocupado, que marcará luego - sonrío triste entre lágrimas - note que muchas veces lo hacía llorando pero fingí no saberlo porque pensé que solo yo sufría - me miro - lastime a mi hermana y aún así cuando regresó y me vio salto como una niña pequeña a mis brazos - volvió a llorar
- estoy seguro que para ella eso ya no importa, donde quiera que esté te ama como el hermano mayor que siempre has sido - ¿a mí también me sigues amando? - esto no parece real, siento que ella va a despertar, sé que es estúpido pero sé que lo hará Mikhail, siento que es así - me estaba volviendo loco
- ¿de verdad la amas tanto? - asentí
- con mi vida, me conoces ¿alguna vez me viste así con alguien? Inna, Richelle o Tasha - negó - es así, la amo como jamás imaginé que podría amar a alguien - sonreí - ¿sabías que ella se quería casar en Las Vegas?
- ¿en Las Vegas? - asentí
- hoy, dijo que se casaría conmigo antes de los veinte si era así
- lo decía en serio - asentí - a mi abuela le hubiese dado un infarto - sonrío, miramos a mi abuela que buscaba algo desesperadamente - ¿le sucede algo a tu abuela? - mire con atención, recogió algo del pasto, siguió buscando, levanto otra cosa, nos levantamos hacia ella
- ¿qué buscas? - me miro sin decir nada y continuó, encontró otra cosa, eran cristales negros - ¿qué es eso? - me ignoro
- aquí hay otro - dijo Mikhail serio sin comprender, mi abuela se lo arrebató, los miro fijamente, eran cuatro, entro rápido a la casa, la seguimos sin preguntar, entro al salón, miro el brazalete de cobra ¿por qué lo tenía ella? Me miro
- ключ - la quite del dije, se la entregué - избежать - Mikhail y yo obedecimos, mi abuela podía ser vieja pero tenía una actitud de líder que podía con todos, colocó los cuatro cristales en las esquinas del ataúd
- ¿qué hace? - preguntó preocupado
- no sé - los demás estaban llegando para la ceremonia y el entierro, mi abuela les prohibió acercarse, saco las cosas del brazalete, tomó el libro oscuro colocándolo encima, en el centro. Se alejó colocándose a mi lado, algo helado paso por nosotros, seguido de una sensación de calor, se combinaron, las piedras se alzaron, el libro se abrió
- Renascitur ex cineribus - se escuchó al rededor, eran voces distintas, no las reconocí, una a una lo repetía, después de quince minutos en los que todos estábamos perdidos observando el cristal del ataúd trono en mil trozos corrí hacia Rose, abrió los ojos confundida, me miro, estaba temblando, yo no podía hablar, ella se levanto mirando a mi abuela
- al fin, pensé que no me harías caso -
- perturbaste mi sueño durante toda la noche, tenía que hacerlo - se encogió de hombros, Rose rodó los ojos
- que bueno que lo hiciste sino me hubiesen enterrado -
-  ты должен мне жизнь - Rose me miro
- ¿qué dijo? -
- que le debes la vida - dije quieto, como si un movimiento me hiciera despertar, todos estaban igual que yo, hizo un puchero
- ahora no me dejará olvidarlo - nos miro a todos - esperaba un recibimiento más... Caluroso - nadie se movió, ella tomó el libro suspirando, lo abrazo, por fin salí de mi letargo y la abrace con el libro en medio, ella lo puso a un lado y me abrazo fuerte - volví, así que tú no irás a ningún lado - ¿me escucho? Asentí - sabes... Muero por unas donas de chocolate - la mire
- no tienes remedio - dije tranquilo pero por dentro no cabía en mí mismo, quería llevármela de ahí en ese mismo instante. Todos corrieron a abrazarla, nadie podía creerlo, nadie sabía que había pasado, solo mi abuela que miraba a la distancia y Rose.
La noticia corrió por la corte, nadie lo creía hasta que la reina lo anunció, lamentablemente no todos tenían está dicha, hubo muchos muertos así que el servicio funerario siguió su curso, se ofreció una misa masiva, se ordenó a todas las academias hacer la misma misa, Rose estaba a mi lado escuchando triste, la vi derramar una lágrima, la abrace - ojalá los hubiese salvado - dijo bajo
- salvaste a todos los que están aquí Roza - dije en su oído, me miro asintiendo. Cuando todo terminó quería estar a solas con ella pero toda su familia y amigos querían convivir con ella así que aguante - ¿sabías que podías regresar? - negó, nos miro a todos
- de verdad pensé que era el final, cuando llegue al mundo de los muertos y vi... Bueno no importa, lo importante es que no quería irme aún, no quería y me aleje de eso, después de rogar porque me dejaran las dignas aparecieron a mi lado, me hablaron de los restos de sus almas que quedaban en este mundo, así como la mía que fue guardada en el libro oscuro, me dijeron que podía regresar con eso, los escuche a todos ustedes - me miro - no quería verlos de ese modo así que lo decidí en segundos y bueno necesitaba la ayuda de alguien que pudiera conectar conmigo - miro a mi abuela - lo cierto es que me asustaste cuando dijiste que no era real y que no me escucharías -
- bueno, lo hice - asintió sonriendo
- gracias - me miro de nuevo recargándose en mi
- ¿y ahora? - Lissa la miro seria - estás bien, no hay letras chiquitas ¿verdad? - Rose asintió, alzando una mano, formó un angelito de nueve que cayó en la cabeza de Lissa mientras Rose se reía
- todo bien - Lissa le dijo algo por el vínculo que las hizo reír, Rose me miro y asintió con desesperación, Lissa dijo otra cosa, otra vez se rieron, las miramos confundidos
- quiero seguir aquí pero el consejo tiene junta, debo asistir - la reina se levanto para abrazarla - promete que estarás aquí cuando regrese -
- lo prometo - dijo sonriendo, todos querían estar con ella, yo me senté alejado un rato para que los demás aprovecharán su compañía porque en un rato más me la llevaría para tenerla solo para mí, la vi sonreír, le tome una foto, se veía muy hermosa, suspire
- ella es la indicada - mi mamá se sentó a mi lado - me da gusto verte feliz con ella, espero que sea así por siempre, quiero verlos juntos y conocer a mis nietas - la mire sorprendido - tu abuela me lo dijo pero no debí contártelo -
- ¿niñas? - dije sonriendo, ella asintió
- espero que no desearas niños - mis ojos brillaban, Rose cruzó su mirada con la mía, me sonrió
- bueno es el clan de las amazonas, era obvio que serían niñas - sonreí - ¿espera dijiste niñas? Más de una - asintió, sonreí de oreja a oreja, podíamos tener esta vida juntos, era posible, así sería
- esa sonrisa en ti es nueva - dijo - ¿recuerdas cuando te decía que las otras no eran correctas y me decías que eran celos de madre? - asentí - es porque te faltaba ese brillo y esa sonrisa -
Después de todo un día en el que apenas y pude estar con Rose, por fin era hora de dormir, así que en cuanto tuve oportunidad la abrace, subimos a su cuarto, en cuanto cerré la puerta me abrazó fuerte sin decir nada, la apreté fuerte - no vuelvas a pedirme que te lleve conmigo - me dijo
- entonces no te vayas - sonrío
- si sobrevivimos a la profecía lo demás será pan comido - me sonrió - por cierto - me soltó - rompiste tu promesa - alejándose
- bueno... Puedo recompensarte - me miro y después se volteó indignada, me acerqué dándole pequeños besos en el cuello - mírame - siguió volteada, pero sentí como mis besos comenzaban a hacer efecto, le pase una mano por la cintura - anda Roza, mírame - siguió así, intensifique los besos hasta hacerla soltar un leve gemido, sonreí, por fin se volteó para besarme, esto era volver a la vida, me miro coqueta, volvió a besarme pero cuando sintió que yo estaba más que excitado se alejó de mí, me quedé ahí como tonto mirándola - ¿qué pasa? - dije desesperado
- que no me acostare contigo por haber roto esa promesa - dijo segura, la mire molesto
- bien, puedo aguantar - dije siguiéndole el juego, ella asintió
- creo que quiero ducharme - se soltó el cabello, después se puso frente al tocador mirándome, se quitó la chaqueta, la mire fijamente, tal vez era mejor irme... Sacó su blusa quedándose con el sujetador solamente, respiro, hizo lo mismo con el pantalón sin quitar esa sonrisa de sus labios, yo solo podía mirarla, claro que podía aguantar... Pasó sus manos por los tirantes del sujetador, los bajo sin quitar sus ojos de los míos, volvió a ponerlos en su lugar se encogió de hombros y camino al baño, me levante rápido, la jale hasta acostarla en la cama, quede encima de ella - wow guardián Belikov... Pensé que tenía un autocontrol inquebrantable - dijo con el mismo tono coqueto - veo que me equivoque - al demonio ese autocontrol yo la quería a ella
- esto no es lo que parece - dije jugando, mordí su cuello
- ¿no? - dijo asustada, la gire hasta dejarla arriba de mi, se quitó el sujetador - es mi imaginación o mi guardián esta excitado, deberías aprovechar ahora que ya soy legal - me besó. Claro que iba a aprovechar.

Academia de Vampiros - EL LIBRO OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora