Encuentros sorpresivos

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Ya es jueves, la semana paso muy rápido. Luego de la noche de sexo con Matt me volví a mi casa a terminar de hacer unos contratos y poder organizar un poco mi agenda, mañana es la fiesta benéfica y todavía no se que me voy a poner así que hoy si o si tengo que comprarme el vestido. Luego de que Matt insistiera un poco acepté que fuera mi acompañante en la fiesta, a la madrugada me llegó un mensaje de Franco pidiéndome perdón por no haber ido a la cena a la que parece que me dejo plantada y yo sólo le dije que no había problema, que suerte que no fui me ubieces quedado sola como una estúpida. Ahora que lo pienso bien nose porque acepté cenar con el, creo que para darle celos Matt que me sirvió para hacer una maratón de sexo en su casa pero de igual manera fui un poco tonta, no quiero crearle esperanzas a Franco así que de ahora en adelante voy a tener un trato totalmente profesional con el.

En este momento me encuentro de camino a mi modista, preferí que me lo haga ella a comprar algún vestido que podría haberse comprado otra. El auto se detiene enfrente de la casa de martha
una de las mejores modistas de Nueva York, mi madre es una vieja amiga de ella y dijo que con gusto me haría el vestido. Sólo espero poder encontrar el indicado porque mañana es la fiesta.

-Señorita. -mi chofer me ayuda a bajar del auto. -A que hora la paso a buscar?

-Yo lo llamó, gracias. -se despide con un asentimiento de cabeza y se sube al auto perdiendolo de mi vista.

Me encaminó a la gran mansión que tengo frente mis ojos tocando la puerta, que es abierta rápidamente por lo que supongo que es la ama de llaves.

-Buenos días, se encuentra la señora mirtha. -le digo a la chica que tengo enfrente para en la puerta.

-Si, quien la busca?

-Samantha Smith. -abre la puerta completamente y con una mano hace la seña para que pase, al entrar puede observar una casa grandísima y muy bien decorada.

-Me permite. -dice la ama de llaves sacandome el abrigo y colocandolo en el perchero. -La señora ya baja para atenderla.

-Muchas gracias. -la chica se va dejándome sola en la gran entrada, me acerco a lo que parece la sala sentandome en uno de los sillos en la espera de que Martha baje.
De las escaleras se siente el ruido de unos tacones bajando, así que me paró y al instante visualizo a la mujer de piernas largas y pelo rubio que siempre venía a casa y yo trataba como tia.

-Samantha. -se acerca a mi y nos envolvemos en un tierno abrazo.

-Martha como esta?

-No me trates de usted como si no me conocieras. -dice codiandome y sacandome una sonrisa. -Dime tia Martha.

-Esta bien, te veo excelente.

-Gracias nena, pero tú no hablemos estas divina.

-Gracias.

-Ven sentemosno y dime a que viene esta agradable visita. -caminamos hasta los sillones para luego acomodarnos es ellos.

-Mañana tengo una fiesta benéfica y necesito un vestido, pero quiero que sea especial.

-A que te refieres?

-Quiero que sea un modelo único, un vestido que hayas hecho un sólo ejemplar.

-Me parece que tengo lo que buscas. -dice levantándose. -Ven te tengo que mostrar algo.

Me levantó y la sigo, pasamos por un largo pasillo decorado con fotos de todas sus creaciones y al llegar al final de este abre una puerta dejandome pasar a una habiatacion abarrotada de vestidos de todo tipo de diseños, colores y tamaños.

-Wow, estos son muchos vestidos.

-Son diseños que jamás expuse al público. -dice y se va al fondo donde hay un mueble y de el saca un vestido envuelto en una funda. Se acerca a mi y me lo da. -Todo
tuyo cariño.

Enemigos con derechos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora