Te ame, Te amo, Te amaré

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-Mamá estoy afuera. -gritó de la parte trasera de la casa donde esta la pileta.

El día esta espléndido y estoy feliz, hace cuatro días llegué a Londres y falta poco para volver por eso pienso disfrutar el cien porciento todo. Esta mañana me levanté con el desayuno en la cama y una sonrisa por parte de Dean que durmió conmigo, por parte de mi madre sospecha que algo sucede pero no pregunta nada, que para mi es mejor porque ni yo se que nos pasa en realidad.
En este momento estoy recostada en una repocera con mi bikini mientras Dean nada de un lado a otro en la picina.

-Hija porque no te metes, aprovecha ahora. -dice mi madre sentándose en la repocera que esta a mi lado.

-Quiero brocearme un poco, estoy muy Blanca.

-Como tú digas. -dice ella empezando a leer su libro.

Mi vista se ve enfocada en el maravilloso cuerpo que sale del agua, Dean va subiendo las escaleras de la picina para luego acercarse a donde estamos y ese tiempo lo gastó observando como las gotas de agua va cayendo de su caballo y pasan por su torso hasta perderse en su traje de baño.

-No me mires haci a ver si me ojeas. -dice el parendose enfrete tapandome en sol de frente.

-Idiota correte.

-Tienes que decir las palabras mágicas. -dice el con una sonrisa arrogante.

-Por favor.

-No.

-Te puedes correr si serías tan amable. -digo tratando de sonar tranquila.

-No.

-Entonces cual? -digo como una histerica y el se acerca hasta quedar a la altura de mi rostro.

-Pato al agua. -dice sonriente.

Sin darme tiempo a  nada me toma de la cintura colocandome arriba de sus hombros cabeza para abajo, y tirandose al agua conmigo. Nos supergimos rápidamente y yo en un rápido movimiento volví a la superficie ya que me faltaba en aire, furiosa con el no espere a que saliera sólo nade hasta la escalera y subi esta.

-Te traigo una toalla. -dice mi madre parandose de la repocera y entrando a la casa.

-Te odio. -grito cuando lo veo nadando hacia mi.

-No seas tan chillona, no eres una niñita. 

-A pero tú si, te dije que no quería meterme al agua. -me paró enfrete de la picina con los brazos cruzados por el frío que me agarró.

-Fue un chiste princesa, no te enojes. -dice tomandome de la espalda y abrazandome contra su cuerpo. -Puedo hacer algo para recompensar la mala pasada. -dice con cara de pervertido.

-Bueno podríamos hacer algunas cosas. -digo dándome vuelta quedando cara a cara.

El pozo sus manos en mi cintura y bajo estas poco a poco para apretar mi trasero, haciéndome soltar un gruñido ante el contacto de su piel. Con una sonrisa en mi rostro me acerqué a el y pose mis labios sobre los suyos, el beso fue lento y disfrute de este, algo en mi cambia pero no sabía que. Los gritos desde adentro de mi casa de mi madre nos interrumpió haciendo que entremos a ella.

-SAMANTHA.......

-Que sucede. -digo entrando a la cocina.

-Mira la televisión. 

Mis ojos fueron a parar a la pantalla del televisor donde se podría ver a una reportera en el hospital principal de Nueva York, haciendo un reportaje a un hombre de traje. Me parecía conocido de algún lado pero no sabía de donde, pero cuando leí en anunciado me di cuenta el corazón se paró de momento, ERA EL CHOFER DE MATT.

Enemigos con derechos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora