5

84K 3.9K 312
                                    

Dastan 

Voy atrasado, y cuando se entere que voy tarde por estar esperando a que Natalia esté lista, Kaa me va a matar. De hecho, yo tampoco estoy muy contento con Natalia, siempre que nos vamos a ver, hace lo mismo de tardarse una eternidad y la verdad ya me estoy fastidiando de eso. Desde que subió al auto, no ha dejado de quejarse por todo: que por qué la fiesta es en ese lugar, que por qué la apresuro, que por qué esto, que por qué lo otro... Ahora que lo pienso detenidamente, Lex tiene razón, salgo con puras perras. 

–¿Por qué a mí nunca me has hecho una fiesta? –se queja de nuevo Natalia. 

¡Dios, dame paciencia! 

–¿Para qué quieres que te haga una fiesta, si ni siquiera querías venir? No te gusta salir a ningún lugar, Natalia. 

–Sí me gusta salir, pero no con tus amigos. 

–Entonces explícame por qué me insististe tanto en que pasara por ti, si ni querías venir a la fiesta. 

–Porque ni modo de que fueras sin mí. No puedes estar solo en un club que seguro estará lleno de zorras. Tienes novia. 

–Pues no iba a haber ninguna zorra, pero al final sí habrá una. 

–Ves, por eso tengo que ir, para cuidarte, bombón. 

Sip, de verdad la palaba tonta le queda corta. 

–No me digas así, sabes que me molesta, Natalia. Y no necesito que me cuides de nadie. 

–Todos tienen que saber que tú eres mío. 

–Salgo contigo, pero no soy de nadie –dije, mientras entramos al estacionamiento del club. 

–Vamos, bombón. No quiero estar aquí, mejor vamos a mi casa a pasar la noche juntos. Tu hermanita estará bien sola. 

–Si no quieres estar aquí, llama a un taxi y vuelve tú. 

–¿No me llevaras tú de regreso? 

–No. Ya voy bastante tarde por estarte esperando –dije exasperado, mientras me paso una mano por el rostro tratando de tranquilizarme–. Tenia que estar aquí a las once. 

–Pero si apenas es la una de la mañana. 

–Exacto, dos horas tarde. Así que más te vale pedirle disculpas a Kaa. 

–¿Por qué tengo que disculparme con la zorra de tu hermana? 

–¿Qué dijiste? 

–Nada. 

–No vuelvas a hablar así de mi hermana, Natalia. 

–Lo siento, bombón.

–Y a mí deja de llamarme así. Vamos, es hora de entrar. 

Salgo del auto y me dirijo a la entrada del club. Ni siquiera me molesté en ir a abrirle la puerta para que bajara del auto. En estos momentos estoy bastante cabreado con ella, y sólo escucho como se cierra la puerta del auto y luego oigo los pasos que marcan sus tacones, así que supongo que viene detrás de mí. 

Cuando ya estamos dentro de club, veo que Lex se acerca. Se ve bastante enojado–. ¿Dónde mierdas estabas? –me pregunta. Yo inclino un poco la cabeza señalando a Natalia–. ¡Mierda, Dastan! Kaa te va a matar cuando sepa que fue por ella que apenas estás llegando. 

–Lo sé. ¿Dónde está? 

–En la barra. Y también hay otro problema. 

–¿Está borracha? 

Huellas en la Piel ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora