Dastan
–Viejo, son las 3 de la mañana.
–Se acaba de marchar –le cuento a través del teléfono.
Cuando Pepper se fue, lo único que hice fue andar de un lado para otro como un animal enjaulado, después me volví a vestir y llamé al único que estoy dispuesto a escuchar y que sé que tiene razón.
–Te dije que si te seguías comportando como un idiota, se iba a hartar.
Tomo mi chaqueta–. Voy a salir.
–No creo que sea buena idea que la busques aho...
–Voy al barrio rojo.
–Y sigues comportándote como un idiota.
De acuerdo, no estoy de humor para sus obviedades.
–¿Vienes o no?
Escucho que suelta un bufido y me lo puedo imaginar pasándose la mano sobre su estúpida carota con exasperación–. Te veo allá.
–¡Thomas, hora de irnos! –le grito cuando corto la llamada.
En dos segundos está frente a mí. Es inexplicable lo rápido que está listo siempre.
–Señor, no creo que...
–Ahora no, Thomas –le digo mientras salgo y él viene detrás de mí y vamos hacía uno de los mercedes. Ahora conduce él.
~ · ~ · ~ · ~ · ~ · ~
Putas por todos lados. Aquí es completamente legal. Mientras caminas por la calle, las puedes ver a través de vitrinas y así escoger a quién quieres. Pero no estoy aquí por ellas. Unos locales más allá está lo que busco.
–¿Por qué en vez de estar aquí –dice Lex a un lado de mí–, mejor no te pones a pensar en una forma de dejar de ser un idiota?
–A ti también te gusta.
–Pero no se me antoja a estas horas. Además, hace mucho que no fumamos.
–Exacto.
Pone los ojos en blanco mientras entramos al coffee shop. Otra cosa que es completamente legal, con sus reglas, claro.
–¿Qué piensas hacer?
–Calmarme un rato.
–Con Pepper, idiota.
Me quedo callado un rato pensando en que decir. Sabía que ella estaba entrando en mi muy rápido y a pesar de que juré que no iba a dejar que pasara de nuevo, las cosas se me salieron de las manos y lo permití, y pasó más fuerte.
–Güey, en serio estás mal por ella.
Sonrió sin ganas. Es extraño escuchar como a veces dice palabras en español, palabras que son jergas mexicanas, a pesar de que ha pasado la mayor parte de su vida aquí, y también sonrío porque tiene razón.
Creo que también es porque el cannabis ya esta haciendo efecto.
–¿Cómo dejé que pasara? –le pregunto como si él tuviera la respuesta.
–¿Te refieres a que estás mal por ella en el buen sentido o en el malo?
–Me he comportado como un imbécil.
–Estás haciendo esto más grande de lo que es. No sé por que no querrá ir, pero no tienes por que ponerte así. Es obvio que te quiere.
–Ya lo sé.

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Huellas en la Piel ©
RomantizmLa tragedia que marcó su vida y el casi perderlo todo, hizo de Pepper una chica fuerte e independiente, además, no estaba dispuesta a perder a nadie más. Ella no necesitaba de nadie... O eso pensaba. Dastan tiene todo el poder y la facilidad para co...