Pepper
Estaba profundamente dormida cuando de repente sentí un golpe en la cara, cosa que me hace despertar sobresaltada mientras me enredo con las cobijas para terminar cayéndome de la cama y darme de bruces contra el suelo. ¡Genial! Dos golpes en la cara, ¿pero qué fue el primer golpe?
Cuando me levanto y miro alrededor no reconozco nada, entonces recuerdo que estoy en la habitación de Kaa en la casa de Dastan. Unas palabras inentendibles hacen que vuelva mi atención a la cama y ahí está Nicole, durmiendo profundamente como un angelito, bueno, dentro de lo que cabe ser un angelito. ¿Cómo le hizo para girarse en la cama y que sus pies terminaran en la almohada sin despertarse? Ahora entiendo qué fue el primer golpe: su pie estrellándose contra mi cara. Vaya forma de despertar alguien a las... ¡3 de la mañana! Y además, está ocupando toda la cama, eso explica por qué me caí de ella. ¿Cómo es posible que un cuerpo tan diminuto sea capaz de utilizar toda una cama de semejante tamaño? Es obvio que Nicole puede hacer eso. Ahora recuerdo por que ahora ella tiene su propia habitación. Pero no quería que durmiera sola, aunque es evidente que yo no quepo aquí.
Decido ir a la cocina a ver que encuentro. A estas horas no tengo hambre, pero ya se me fue el sueño y no se qué más hacer. Tal vez un cubo de hielo me serviría bastante, ya estoy empezando a sentir dolor en mi pómulo, donde creo que el pie de Nicole estará marcado de por vida. Cuando abro el refrigerador, encuentro algunos filetes de res crudos y no pude evitar recordar que en muchas ocasiones vi en las películas a gente poniéndoselos en la cara, me pregunto si en verdad servirá ese método, pero sólo de imaginarlo en mi rostro, decido que no es para tanto.
–¿Por qué tienes esa cara de espanto? –escucho a Dastan y luego me doy cuenta que está casi a lado de mí.
–¿Qué?
–Parece que viste algo repugnante, ¿hay algo echado a perder ahí? –entonces se asoma al interior del refrigerador–. A mi parecer, todo está bien ahí adentro.
–Me estaba imaginando mi cara con un trozo de res en ella.
Él se echa a reír–. ¿Y por qué quieres tener un trozo de res en tu bello rostro? –pregunta y luego voltea a verme y abre los ojos como platos–. ¡Dios! Nena. ¿Qué te paso?
–¿Tan mal se ve?
–Sólo tienes un poco rojo el pómulo, ¿pero por qué? Y además, ¿qué haces despierta, nena?
–Nicole me pateo.
–¿Cómo? –alza las cejas y se dibuja una sonrisa burlona en su rostro.
–Pues así, de repente su pie se estampó en mi cara y me caí de la cama. Se mueve como... –mi voz se fue apagando cuando me di cuenta que estuve a punto de decir lo mismo que él dijo de mí.
–Como una lombriz, ¿no? –. Siento como la sangre me sube al rostro–. Me pregunto a quién se parece.
–No lo sé –trato de no reírme.
Él niega con la cabeza mientras suelta una risita y luego me toma de la mano–. Ven –me sienta en uno de los taburetes de la cocina y regresa al refrigerador y saca una de esas bolsitas con gel congelado adentro–. Me hubieras dicho y te lo llevaba a tu habitación, nena –dice mientras presiona un poco la bolsa sobre mi pómulo.
–No es necesario y no sabía que estabas despierto. ¿Te desperté?
Él niega con la cabeza–. No he dormido.
–¿Por qué?
–Estaba en mi despacho revisando informes de lo que pasó hace rato.
–¿Lo de mi casa?

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Huellas en la Piel ©
RomanceLa tragedia que marcó su vida y el casi perderlo todo, hizo de Pepper una chica fuerte e independiente, además, no estaba dispuesta a perder a nadie más. Ella no necesitaba de nadie... O eso pensaba. Dastan tiene todo el poder y la facilidad para co...