Pepper
Dastan se pone tenso cuando ve a la chica que se acerca a donde estamos. Cuando la miro bien, me doy cuenta que es la mima chica de coleta que vi el otro día cuando acompañé a Kaa a comprar su vestido.
Siento cómo los celos me queman por dentro, pero decido no hacerles caso. Quedamos en dejar las cosas atrás y Dastan no me ha dado ningún motivo real para desconfiar de ellos dos. Bueno, de él mas bien.
Espera, ¿le dijo cariño?
–Raiza –dice Dastan, sorprendido.
–Estaba viendo las exposiciones y se me hizo raro que aquí estuviera solo –le dice ella–. Le pregunté a uno de los chicos del personal si pasaba algo y me dijo que le habían pedido que no dejara pasar a nadie, así que me imaginé que eras tú y entré, y mira, no me equivoqué.
Es bastante bonita. Como dije la vez anterior, tiene un cabello largo y perfectamente lacio de color chocolate, unos bonitos ojos marrones con sus pestañas kilométricas, su piel es blanca y como todo el mundo, es alta. Está bien, ya sé que la enana soy yo. Es más o menos de la altura de Kaa. Trae un vestido rojo ceñido al cuerpo y le llega por encima de las rodillas, debajo de una chaqueta negra y un collar de perlas de diferentes tamaños en su cuello de jirafa. A lo mejor es por eso que se ve tan alta.
–Sigues sin obedecer lo que te dicen –le dice Dastan mientras pone una mano en mi cintura y me acerca a él–. Te presento a Pepper.
Cuello de jirafa por fin me mira–. Así que tú eres la famosa Pepper. Es un gusto conocerte –me saluda sonriente, extendiéndome la mano.
¿Sabe de mí?
–El gusto es mío –le digo.
–Es un placer por fin conocer a la amiga de Dastan de la que nunca deja de hablar.
–Ella es mi chica –le dice Dastan en un tono impaciente.
Por un nanosegundo la sonrisa de la jirafa se torna un tanto más forzada–. Lo siento –se disculpa–. Es que hace mucho que no platico con Dastan y ahora que nos reencontramos es extraño verlo con alguien más.
¿Y eso qué? ¿A caso él es un ermitaño y no puede salir con alguien? Espera, ¿dijo reencuentro?
–¿Así que ya viste la obra de Pepper? –le pregunta él.
No sé por qué presiento que quiere desviar la conversación. Bueno, no es que yo quiera saber. Al menos no en este preciso momento.
Ella abre los ojos con sorpresa. Fingida, claro–. ¿Estás participando en el festival? –me pregunta.
–Acabas de pasar por mis obras.
–Oh, lo siento. Estaba tan emocionada de encontrar a Dastan que realmente no puse mucha atención. Pero te prometo que la veré. Seguramente es muy buena.
Dastan pone los ojos en blanco y me doy cuenta de que está ansioso por irse.
–Pues aquí estás –le digo a Raiza–. ¿Por qué no le echas un vistazo?
–De acuerdo. Tal vez nos encontremos más tardé.
Realmente espero que no.
Sólo le sonrió mientras jalo a Dastan para irnos. Cuando nos damos la vuelta, giro mi cabeza para verla de nuevo y nuestras miradas se encuentran. En sus ojos hay un odio abismal.
Después de un rato de ver más cosas, por fin siento a Dastan tranquilo.
–¿Estás bien? –le pregunto.
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Huellas en la Piel ©
RomanceLa tragedia que marcó su vida y el casi perderlo todo, hizo de Pepper una chica fuerte e independiente, además, no estaba dispuesta a perder a nadie más. Ella no necesitaba de nadie... O eso pensaba. Dastan tiene todo el poder y la facilidad para co...