Primer borrador de Huellas en la Piel

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Me dirijo a casa de America, mi manager. Es la primera vez que voy, aunque llevamos varios años trabajando juntos. Le di la semana libre para que se recuperara y no voy a molestarla con más trabajo, sólo quiero visitarla porque además de ser excelente en su trabajo –aceptó el descanso a regañadientes a pesar de que se veía realmente mal y aún sigue trabajando desde su casa– se ha convertido en una buena amiga y de esos tengo pocos, así que creo que es lo menos que puedo hacer por ella.

Su casa no es grande. No entiendo por qué no se muda, le pago realmente bien por su trabajo y se puede dar muchos lujos. Mudarse a la cuidad en vez de ir y venir de su casa a Los Ángeles, comprarse una casa allá en vez de vivir en el hotel en el que siempre está cuando estamos trabajando, pero también me alegra que no sea superficial como el resto de las chicas que conozco. Supongo que esto es lo que le gusta y a decir verdad, se siente mucho más tranquilo y acogedor que en la ajetreada ciudad de Los Ángeles. Me recuerda a cuando yo solía vivir en un vecindario así: tranquilo, acogedor, con gente amable por todos lados.

Aparco mi moto casi en frente de su casa, detrás de un Mustang viejo y algo oxidado que está estacionado justo en frente de su casa. Me alegra ver que no hay gente al rededor, ya que estoy seguro de que no todos los días aparece un tipo vestido todo de negro, con una chaqueta de cuero en una Dicati y que encima de todo, fuera una estrella de rock. Esto llama mucho la atención y sé que a America no le gustará que todos estén pidiéndome fotos y autógrafos afuera de su casa. Creo que la próxima vez debo rentar un auto y ser más discreto. Me quito el caso y me alegra tener un respiro de todo ese mundo de fama por un rato.

Me dirijo a la entrada de su casa, que es de esas de ladrillo rojo de dos pisos muy habituales aquí en Nueva Yorrk, toco el timbre y luego escucho la voz de una niña que grita "ya voy" y creo que me equivoqué de casa, America no tiene hijos. Un segundo después, una niña pequeña de unos 4 ó 5 años, de cabello rubio peinado en una coleta, ojos azules y con un vestido de una de las princesas de Disney está parada frente a la puerta. ¿Qué nadie le ha dicho que no debería abrir la puerta a un extraño?

—Hola —me saluda.

—¡Nicole! —Se oye un grito desde dentro de la casa y luego aparece una chica que se acerca a la puerta—. Te he dicho que primero preguntes quién es antes de abrir —dice viendo a la niña.

—Lo siento —dice la niña y luego vuelve adentro.

La chica se queda parada en la puerta y noto que son exactamente iguales, sólo que ella es la versión mayor de Nicole. Supongo que es su hermana mayor. Mismo cabello rubio, aunque el de ella es mucho más largo y un poco ondulado, tiene ojos verdes en vez de azules, 1.60 de altura y un cuerpo delgado y realmente sexy. Viste pantalones cortos de jean encima de unas medias negras transparentes con calcetas negras hasta las rodillas t botas marrón que llegan arriba de los talones, una blusa gris y holgada debajo de una camisa roja a cuadros desabotonada y con las mangas dobladas hasta los codos, lo que deja al descubierto sus antebrazos llenos de tatuajes que están mal pintados. ¡Dios! Si alguien me hubiera hecho mis tatuajes tan mal como les de ella, seguramente abría matado a ese tatuador, pero extrañamente en ella se ven bien así. También distinguí algunos en sus piernas a través de sus medias. Varios de sus dedos están adornados con anillos de diferentes formas y creo distinguir unas pequeñas expansiones en sus orejas.

Todas las chicas con las que me he acostado parecen barbies con poca ropa, y no recuerdo a ninguna que tuviera más de un tatuaje en algún lugar bastante vulgar con el nombre de algún ex-novio. Todas son hermosas, pero realmente estúpidas. Siempre me dicen que pensaban que teníamos algo especial después de que las hecho de mi pent-house. Yo sólo quiero sexo. Nunca he buscado una relación seria.

Empiezo a sentir como la sangre se dirige ahí abajo cuando noto que ella me está mirando y me doy cuenta de que está esperando la respuesta a una pregunta que no escuché por estarla examinando y comparando con alguna de las chicas de sólo-una-noche.

Huellas en la Piel ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora