Capítulo quince

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Marcus continua su relato, luego de haber empezado a contarme sobre su vida escolar empieza a hablarme de sus relaciones familiares. Me dice que sus padres lo habían puesto a trabajar como ayudante de la curandera de su pueblo, por lo que usualmente se ponía a recolectar plantas extrañas cuando había sol y la nieve se derretía, en los meses de frío (la mayoría), le ayudaba a tratar pacientes.

—Ya veo...debes saber mucho de eso—respondo a sus palabras sin saber exactamente que decirle, pero, es la primera vez que alguien me cuenta su vida, no tiene nada de raro que no sepa qué demonios contestar—, ¿Cierto?

—En realidad no—responde en voz baja—, casi no hacía nada porque lo arruinaba todo. Mamá y papá dicen que soy un inútil...aunque ya no estoy con ellos...creo...sé que me odian.

Me duele el hecho de que esté triste por culpa de esos animales a los que llama padres, pero, ¿Qué puedo hacer? Nunca he vivido algo así, mi madre fue la mujer más buena del mundo.

Al continuar con su historia, Marcus empieza a bajar cada vez más la voz...Está hablando de los castigos que recibía en casa cuando llegaba tarde o no recibía pago suficiente, me dice que su padre le pegaba con un cinto e inmediatamente siento una desbordante ira crecer dentro de mí...Que sus hermanos se la pasaban molestándolo con bromas, golpes e insultos, eso los suma a la lista de personas que tengo ganas de matar, y que su madre...fue la que causo muchas de sus cicatrices. La rabia se acumula dentro mío y creo que una vena reventará en mi sien, estoy tan enojado que creo que en cualquier momento una artería me explotará...¡DEMONIOS! Esos bastardos, criaturas infernales, ¿Cómo pudieron...? ¿Por qué? Él no lo merece, por supuesto que no lo merece, es un jodido ángel en este pedazo de infierno que fue rechazado por ser demasiado malo. Sin pensarlo dos veces lo abrazo, lo abrazo demasiado fuerte, no sé cómo "consolarlo" pero lo intento, lo intento y sé que estoy fallando.

—Lo siento...—es lo único que puedo decir ahora mismo—, no estuve ahí para defenderte. No estuve para protegerte. No estuve para salvarte.

Corresponde a mi abrazo sin decirme nada, no sé que estoy haciendo, pero juro que no quiero detenerme. Me gusta, me gusta...lo quiero, soy asquerosamente egoísta por pensarlo, pero lo quiero.

—¿Estás bien...? —lo pregunta como si nada estuviera pasando, su voz como siempre es infantil e inocente—, m-mee aprietas un poco fuerte.

Me disculpo y vuelvo a animarle a continuar, pero él niega la cabeza mientras se apoya en mí.

—Tengo...sueño...—murmura con su tierna vocecita somnolienta, termina recostándose sobre mí, aparentemente lo más cómodo que hay a falta de una almohada...En serio, creo que el pobre tiene un trastorno del sueño muy grave—, esto...

—¿Sí, Marcus?

—Te quiero...—me dice mientras se aferra a mí, como un bebé al pecho de su madre.

—También te quiero, Marcus. Duerme bien.

—Te quiero...duerme bien también...—Antes de que pasen algunos minutos, Marcus cae rendido sobre mi cuerpo, durmiendo tan profundamente que pareciera que nunca le desperté con mi beso. Se ve tan pacifico e inocente...Algo que es difícil de ver en este mundo tan patético de nombre X en el que tuvimos que nacer. Estoy más que seguro de que existe más que esto...es decir, lo que me contaron ni siquiera concuerda. Exactamente, ¿En qué momento llegaron "Ellos"? Ni siquiera hay una cronología especificada de los eventos, ¿Por cuánto tiempo estaremos aquí antes de ser ejecutados o algo así? Y...¿Qué tipo de ejecución será? ¿Fusilamiento? ¿Ser quemados vivos...? ¿...cámaras de gas? Las dos últimas posibilidades son completamente aterradoras...el sentir las llamas por todo el cuerpo, siendo asado vivo, cada parte de mi ser siendo carbonizada...Conozco el dolor de una quemadura, así que no quiero imaginar lo que se siente ser reducido a cenizas mientras me mantengo consciente...aun así, no es como si mi muerte fuera de gran importancia. No cambiaría nada en este sitio...O tal vez sí, soy alguien importante para Marcus y para Juliet...creo, de la última no estoy muy seguro ya que está mal de la cabeza, parece estar en un estado de euforia perpetuo.

De todos modos...siento que sólo soy una diminuta partícula de polvo en este mundo. sabiendo de la existencia de ellos, el que hay gente que la pasa muchísimo mejor, viviendo sus oh tan felices vidas...Me dan ganas de morir.

No hay forma de que pueda lograr algo contra el gobierno...Si llego a salir vivo, podría considerarlo una victoria.


Bueno, ya pasaron tres meses desde que actualice esto...*c va antes de que la maten*
Para compensarlo, un dibujo hermoso de mi escena favorita de esta historia...Cuando la enfermera 47 arruina el casi beso >:v 

Cuando la enfermera 47 arruina el casi beso >:v 

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Número 63Donde viven las historias. Descúbrelo ahora