Capítulo veinte

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  Los enormes ojos azules de Marcus están abiertos como platos por lo que acabo de decir, su cuerpo ha parado de moverse por completo. No dice nada, no parpadea, apenas parece respirar, se ha quedado completamente estático. Debe estar pensando que soy suicida o que estoy loco, no me viene otra idea a la mente además de esas dos opciones.

—¿Q-qué...? —titubea él mientras empieza a temblar, su triste expresión es reemplazada por una de confusión, no parece entender lo que acabo de decir—...N-no...n-no podemos...podrían hacer algo...hacerte algo...

Aún en situaciones así, me sorprende que él se preocupe más por mí que por sí mismo. Es demasiado altruista para su propio bien, demasiado desinteresado.

—¿Por qué no? Marcus, no quiero morir aquí—eso es una mentira. No quiero que Marcus muera aquí—. No quiero sentarme a esperar a que me ejecuten...No quiero que te ejecuten...Marcus, te amo.

Sus ojos muestran un brillo especial con lo último que dije, sus labios se entreabren y dejan escapar el aire que tenía en los pulmones. No dice nada, sólo se queda en blanco como si nada. ¿Qué demonios acabo de hacer? Sé que es apresurado, pero necesitaba sacarlo de dentro mío. Lo más probable es que el plan que estoy maquinando me lleve a la muerte y no pienso irme al infierno (si es que existe) con arrepentimientos.

—Y-yo... —Veo como las lágrimas empiezan a brotar de sus hermosos ojos y siento que el mundo se me viene encima, como si hubiera un agujero en mi pecho succionándome la vida—...te amo...—Entierra su cabeza en mi pecho y puedo escucharlo sollozar, esta vez sé que llora por mi culpa y por la de nadie más—...te amo mucho...N-no me dejes...o mueras...por favor...

—No voy a dejarte, Marcus—eso puede que sea mentira, no estoy seguro de nuestro futuro. Quiero que Marcus sobreviva, esa es mi prioridad. Su seguridad es primero ante todo, en mi plan él es el que debe salir ileso. Juliet también, ella tiene que sobrevivir también. El que termine muerto probablemente sea yo, ellos también podrían morir pero yo soy el que tiene más chances de salir muerto en una balacera por parte de los guardias.

—Si intentas hacer algo te mataran...—dice sin mover su cabeza de mi pecho, he empezado a acariciar su cabello rubio con suavidad—...n-no quiero que te mueras...

—No voy a morir...tranquilo, no llores...—me siento mal por mentirle así, es un hecho que un día de estos voy a morir, en X no puedes evitar morir joven, ya te enfermas, o te matan—, todo estará bien...

¿Por qué le miento? Se muy bien que la mitad del plan es terminar muerto mientras ellos se escapan, necesito de alguna forma llamar la atención de los guardias para ser libre. Por supuesto...no se puede salir con este frío, Marcus moriría de hipotermia antes de siquiera avanzar lo suficiente.

De algún modo debo activar la alarma de incendios, la vi varias veces en el pasillo que conduce al comedor (como si pan duro, queso rancio y agua de dudosa procedencia fuese comida), si la activo entonces las puertas se abrirían y entre el caos y la confusión podríamos escapar los tres en paz. Por supuesto, no podemos hacerlo ahora...el invierno está en su peor fase, el aire es tan frío que moriríamos congelados. Debo esperar al verano, ¿No? Esa sería la mejor forma de escapar pronto de este maldito lugar.

—P-pero si lo intentas podrías morir...

Marcus tiene un punto, y no niego que tenga la razón. Voy a morir por una buena causa, al menos, mucha más gente podría salir por el sacrificio de uno solo. Oh cielos, ¿Qué me creo que soy? ¿Un puto y jodido mártir?

...aunque si es por Marcus y Juliet, estaré dispuesto a morir con gusto para mantenerlos a salvo. Lejos de este lugar, lejos del Archiministerio, lejos de todo aquello que mantiene este país de mierda en la puta ruina.

Es curioso como la vida da tantas vueltas, hace poco yo creía que no tenía nada por lo que vivir. Ahora me doy cuenta de que cuando vives por y para alguien, no tienes problema en sacrificarte por esa persona, ¿Quién fue ese que murió por los pecados de los demás? No recuerdo su nombre, leí eso hace demasiado tiempo. De todos modos, morir por lo que se ama es una buena forma de morir, incluso noble.

Ese es el plan, salvar a Marcus y a Juliet aunque me cueste la vida.

Número 63Donde viven las historias. Descúbrelo ahora