Capítulo siete.

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Un ruido ensordecedor me sacó de mi conversación con Niall. Llevábamos toooda la hora hablando. El tercer profesor se había quedado dormido y habíamos montado una especie de fiesta. Aquel hombre tenía un sueño profundísimo. Una chica incluso creyó que estaba muerto.

-Hora del recreo, ¿vienes? -dijo Niall. Habíamos hablado de todo un poco y habíamos congeniado realmente bien. A veces hablaba también con Harry y Louis, esos dos idiotas juntos era más idiotas aún. Por lo que me ha dicho Niall, ellos tres son amigos desde siempre, inseparables, como hermanos, los tres mosqueteros. Cuando dijo lo de los mosqueteros me reí mucho, pero no porque me hiciese gracia, sino porque Niall se puso a imitar a un caballero de la Edad Media. Le imitaba fatal. Pero ese chico tenía mucha gracia, me cayó muy bien. Con María hablé menos, estuvo hablando mucho rato con otras dos chicas, además, no sé por qué pero creo que le daba vergüenza hablar con Niall.

-Sí, vamos -le contesté.

Niall y yo íbamos a salir juntos de clase, pero alguien me llamo.

-¡Ana! Espera... -era María.

-Dime -dije yo sonriendo.

-Te querría presentar a unas amigas... Ven.

-Vale.

-Mira, estas son Marta y Laura.

-Encantada -sonreí-, soy Ana.

-Lo sabemos, María nos ha hablado muy bien de tí -dijo la que debía ser Marta.

-Y Harry también -añadió Laura sonriendo pícara.

-¿Cómo? -pregunté.

-Nada, nada...

En realidad sí le había oído, pero quería que me lo repitiese. ¿¡Harry les había hablado bien de mi!? Sentí algo en el estómago... Era lo mismo que sentía cada vez que Harry me miraba, me tocaba, pronunciaba mi nombre, reía... ¿No estaría...enamorada? ¡Le conocía desde hace nada! No podía enamorarme de un chico al que apenas conocía... ¿O sí? Llevaba sintiendo eso desde la primera vez que le vi... Decidí dejar de pensar en ello, ya que lo único que hacía era liarme.

-Ana, sigo esperándote -dijo Niall que seguía en la puerta.

-Voooy, ¿queréis venir? -pregunté dirigiéndome a María, Marta y Laura.

-¿Con Niall? -preguntó María.

-Sí, venid, es muy buena gente, y supongo que después iremos con Harry y Louis.

-Por mí vale -se adelantó Laura.

-Por mí también -le siguió Marta.

-Bueno, vale -acabó diciendo María.

Cuando por fin salimos al patio María me pidió que andase más despacio, quería decirme algo.

-Ana, esto no se lo digas a nadie, ¿vale? Me caes bien y creo que sabrás guardar un secreto...

-Pues claro que sabré, puedes confiar en mí.

-Vale, vale, pero habla más flojito... -maría miro de un lado a otro para asegurarse de que no nos veía nadie-. Me gusta Niall.

-Lo sabía -sonreí satisfecha.

-¿¡Tanto se me nota!?

-No, tranquila, lo que parece es que te cae mal.

María suspiró.

-¿Y qué debo hacer?

-Niall y yo nos estamos haciendo buenos amigos... Podríamos quedar un día los tres y os presento... Luego hago como si alguien me llamase y me voy, y os dejo a solas -dije guiñándole un ojo.

-Puff que vergüenza...

-Al principio todos somos tímidos, pero él es un buen chico, tranquila, no pasará nada, ahora me das tu número y ya lo aclaramos todo por teléfono, ¿vale?

-Vale -dijo sonriendo-. Sabía que podía confiar en tí.

-Aquí para lo que sea.

-Igualmente.

-¿De qué hablábais? -dijo una voz detrás nuestras: Harry.

-De nada, ¿vamos con los demás? -dije yo.

-Por supuesto, vamos.

Estuvimos charlando y riendo un buen rato, como era el primer día nos habían dejado más tiempo. Louis y Niall no paraban de hacer tonterías y Harry intentaba seguir el paso a Louis. Nosotras nos limitábamos a reír.

-¡Hola Harry!

-Oh no... Ellos otra vez no...

-¿Qué queréis? -dijo Louis muy serio.

-Nada... Sólo habíamos venido a saludar a nuestro amigo Harry -dijo Rubén, el chico que insultó a Harry en la hamburguesería.

-Joder, ¿qué parte de "déjame en paz" es la que no entiendes? -dijo Harry.

-Ninguna, ¿por qué crees que ha repetido tantas veces? -dijo Louis.

Los chicos empezaron a reírse, pero nosotras no decíamos nada.

-Mira niñato, cállate sino quieres tener problemas tú también, ¿si? -dijo Rubén, rojo de rabia.

-¿Y si no quiero? ¿Qué me vas a hacer?

-Esto -dijo Rubén dándole un puñetazo en la cara a Louis.

-¡Louis! -gritamos todos.

-¿¡Tú eres imbécil!? -escuché decir a una voz que me pareció familiar.

-Zayn, ¡tú no pintas nada en esto! ¡Cállate!

Zayn negó con la cabeza e hizo una mueca de desaprobación. Después, se marchó

-Vaya humos tiene el tío -dijo Rubén-. Vámonos.

Antes de que se pudieran ir, vinieron varios profesores.

-¿¡Ya empezamos, Rubén!? ¿¡El primer día ya estás armando follón!? Acompáñanos -dijo una profesora.

-¿Estás bien, joven? -dijo otro profesor acercándose a Louis.

-Yo... me da vueltas la cabeza... -dijo Louis muy bajito.

Entre todos ayudamos a Louis a levantarse y lo llevamos a una pequeña enfermería. Allí estuvo el resto del recreo, y nosotros junto a él.

Cuando sonó el timbre, la enfermera insistió en que Louis se quedará allí, reposando.

-Vale, me quedaré, pero sólo con una condición -dijo él.

-¿Cuál? -preguntó la enfermera.

-Que Ana también se quede conmigo -dijo sonriéndome.

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Bienvenidos a los nuevos lectores, muchas gracias por leerme.

"Shhh" [One Direction fanfiction] | CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora