Aquellas cinco palabras no paraban de repetirse en mi mente pero, por más que se repetían una y otra vez, no era capaz de asimilarlas. Mi boca se abría, pero volvía a cerrarse sin haber emitido ningún sonido: mi cerebro era incapaz de pensar una simple respuesta. Así pasaron varios segundos, pero que a mí me parecieron horas, y seguramente a Louis también. Mi cabeza estaba hecha un completo caos, y todo por culpa de cinco malditas palabras.
"Cinco palabras te van a volver loca". decía una voz dentro de mí "Cinco palabras te vana hacer explotar" me amenazaba.
Genial, era incapaz de responder, pero mi cerebro siempre tenía tiempo para hacerme sentir mal.
Por otra parte, mi corazón sí me hablaba, pero me decía tantas cosas a la vez, que era muy difícil entenderle.
Él apartó su mirada de mis ojos mieles para mirar fijamente al suelo. Yo hice lo propio, y vi como unas gotas de agua comenzaban a mojar el suelo.
"Si ahora lloras, confundirán tus lágrimas con la lluvia" pensé. Definitivamente, me estaba volviendo medio gilipollas: ¡me estaba llamando débil a mí misma! Oh, dios.
De repente, un escalofrío me sacó de mi pelea interior. Alcé la mirada unos centímetros y le vi. Él se dió cuenta de mi atenta mirada y me sonrió. Su sonrisa era preciosa, y la manera en que se le achinaban los ojos cuando sonreía me encantaba.
-Vas a empaparte -me dijo mientras se levantaba del banco-. Ten.
Había sacado de su bolsa una chaqueta gris, que ahora colocaba sobre mis hombros muy despacio y con cuidado, como si tuviera miedo a molestarme o hacerme daño. Él me ayudó a terminar de ponerme su chaqueta, ya que yo seguía con la mirada perdida en sus ojos azules y seguía sin entender del todo lo que estaba pasando.
En un momento determinado, nuestras manos se rozaron, y sentí como todo mi cuerpo se llenaba de calor. Nuestros ojos se volvieron a encontrar. Mis mejillas ardían en aquel instante: estábamos a milímetros de distancia.
Finalmente, Louis subió la cremallera de la chaqueta.
Ya está -sentenció.
¿Y ahora qué?
Sin ni siquiera pensarlo, le abracé. Mis brazos pasaron por detrás de su cuello, y mi cabeza se hundió en su pecho. Olía perfectamente. Él sujetó mi cintura con sus brazos, muy fuerte, posiblemente no quería que escapara. Pero yo tampoco quería que escapara él.
Cada vez llovía con más fuerza, pero no me importaba. Junto a Louis me sentía protegida, no tenía frío, y casi no sentía la lluvia que me estaba calando por completo.
Aquel momento era simplemente perfecto, y no quería que acabara nunca. Sin embargo, nunca y siempre son palabras irreales, que no existen realmente, y Louis se separó de mí bruscamente.
-Lo siento yo... -dijo, después de estornudar- Creo que me he resfriado...
Yo me puse a reír. Estaba molesta, porque aquel abrazo me había hecho sentir... wow, era indescriptible, pero cosas así son inevitables, y más cuando llevas varios minutos bajo la lluvia.
-¿Sabes? En todo este rato a penas has pronunciado una palabra, he hablado yo todo el tiempo.
-Bueno... es que...
-No hace falta que hables sino quieres, este ha sido el segundo mejor momento de mi vida, y no han hecho falta palabras para sentirme... feliz -resaltó la palabra feliz, y acompañó la frase de otra maravillosa sonrisa.
-Vaya, ¿y la primera? -pregunté curiosa.
-Shhh, no vayas tan rápido -me dedicó una mirada pícara.
-Vaya, ¿y eso?
-No preguntes tanto.
-Soy curiosa.
-Lo sé, y me encanta que lo seas, me encanta que me quieras conocer mejor, me encantas tú.
Mis mejillas antes ardían, pero ahora, se podría freír comida en ellas. Debía estar rojísima, pero al menos no me había quedado pillada como antes.
Louis limpio el balón, que estaba lleno de barro, con unos pañuelos de papel, y luego lo guardó en la bolsa.
-¿Cuánto tiempo llevas jugando al fútbol? -él me miró, esta vez, hasta sus ojos sonreían.
-Lo has vuelto a hacer...
-Vaya, es cierto, soy una máquina de hacer preguntas -dije entre risas.
-¿Cuál es su récord, señorita García? -Louis imitó a un periodista: colocó sus manos como si sujetara un micrófono y puso voz grave, yo estallé en una carcajada. +
-Bueno -dijo él-. Respecto a lo del fútbol... no le digas a nadie que me has visto aquí, por favor.
-¿Qué? Pero, ¿por qué?
-Nadie sabe que juego al fútbol... ni siquiera saben que me gusta.
-Pero... ¡si se te da genial!
-Eso es porque llevo años jugando.
-No entiendo nada.
Louis llevó una mano a su cabeza, y resopló.
-Mis padres no quieren que juegue al fútbol, prefieren que dedique más tiempo a los estudios y bla bla bla... -dijo, pronunciando con voz rara las últimas palabras.
-Puedes hacer ambas cosas -dije yo, conteniendo una risa: por la cara de Louis trataba aquel tema como algo serio, y no me quería reír, a pesar de todas las tonterías que hiciera.
-Eso explícaselo a mis padres -contestó colocando su bolsa en el hombro.
-Descuida que lo haré. Él sonrió muy dulcemente.
-Ahora si me disculpas, tengo que irme a esconder esta bolsa para que no la vean mis padres.
-Yo también debo irme a casa ya... -suspiré.
Louis se acercó a mí y posó un beso corto, pero muy tierno, en mi mejilla, muy cerca de la comisura de los labios. Yo me estremecí.
-Hasta mañana -dijo, alzando su mano derecha.
-Hasta mañana -le contesté, alzando mi mano yo también.
Una vez se había ido me dí cuenta de mi situación: estaba calada hasta los huesos, congelada, llena de barro, con el maquillaje corrido y con la ropa entera mojada. Perfecto. Aún así, ese no era mi mayor problema, ¿qué le decía a mi madre? Jamás se creería lo del libro.
Comencé a caminar rumbo a casa: ya encontraría alguna solución por el camino.
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Bueno, aquí tenéis el capítulo 21 :) Siento haber tardado tantísimo en subir capítulo, pero es que últimamente no tengo tiempo para nada... Lo siento, de verdad. Sin embargo, no os podéis quejar, porque creo que el capítulo se me ha quedo bastante bien.
Espero que os gusten los cambios que hice hace algunos días :3
Por último, quiero recordaros que POR FAVOR, VOTAD y COMENTAD, en los ultimos capítulos apenas tengo votos y... no sé, se me quitan un poco las ganas de escribir y todo... Por favor y gracias.
Bienvenidos a los nuevos lectores, y muchas gracias por leermea todos, sois amor.
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"Shhh" [One Direction fanfiction] | CANCELADA
FanfictionNo digas quién eres. Nunca confíes tus secretos. Debes aprender que nadie es quien realmente dice ser, porque, en realidad, nunca llegamos a conocernos ni a nosotros mismos.