Mientras Liam estaba haciendo más palomitas, su móvil, que estaba sobre la mesa del salón, vibró. La pantalla se encendió, dejando ver el texto de un mensaje que acababa de recibir. Yo odio ser cotilla, pero esta vez, no me pude resistir. Un impulso hizo que mis ojos se acercaran a la pantalla del teléfono, permitiéndome así leer lo que decía el mensaje.
"Tengo muchas ganas de volver a verte. Un beso, mi amor."
-¿Qué diablos...? -susurré.
-¿Decías algo? -preguntó Liam, sonriendo, mientras se sentaba a mi lado.
-¿Qué? Ah no, nada -contesté, rápidamente. Por mi tono de voz se notaba lo nerviosa que estaba.
Me acomodé en el sofá, alejándome del móvil de Liam. Ambos nos volvimos a adoptar la misma postura que antes. Solo había una diferencia: antes, yo estaba totalmente relajada, calmada y feliz con mi cabeza apoyada en su pecho, ahora, estaba inquieta y no podía dejar de pensar en el mensaje. "Mi amor", "Tengo muchas ganas de verte"; más le valía a Liam que fuera su hermana quién le envió los mensajes, porque ese maldito mensaje estaba matándome por dentro.
Casi sin darnos cuenta, la película terminó. Liam y yo seguíamos abrazados. me daba rabia pensar que había pasado casi dos horas abrazada a Liam y, por culpa de mis miles de conflictos interiores, no las hubiera aprovechado. De todas formas, aún quedaba tarde por delante, y debía aprovecharla muy bien para que Liam quisiera próxima vez.
-¿Te gustaría dar un paseo por la playa, como la última vez? -todos mis pensamientos se desvanecieron nada más oír su voz.
-Claro que sí -respondí, de la forma más dulce que pude.
Nos incorporamos en el sofá, y acto seguido nos levantamos de este.
-Voy a coger una chaqueta, espera un segundo.
-Está bien.
Me quedé sola en el recibidor mientras le esperaba. Mi mirada fue a para a una mesa que había en la entrada y que estaba repleta de fotos. Decidí acercarme a ella. Liam debía ser el típico chico que realmente amaba a su familia, ya que en casi todas aquellas fotografías salía un chico pequeño, feliz, junto con cuatro personas arrugadas por la edad, una mujer y un hombre que muy probablemente serían sus padres o con dos niñas de su edad que debían ser sus hermanas. Pasé unos segundos más observando las fotos. Sí, definitivamente, aquella debía ser su familia. Aún así, algo me llamó la atención: todas las fotos se habían hecho años atrás, no había ninguna reciente, ¿por qué?
-¡Ya estoy! -exclamó Liam sacándome de mis pensamientos- Vamos, preciosa.
Ese "preciosa" me encantaba.
Nada más salir de la casa y cerrar la puerta, Liam me cogió de la mano, haciendo que un escalofrío me recorriera todo el cuerpo.
Cuando andamos un par de metros, la calma se estropeó por completo. Liam y yo habíamos comenzado a hablar, cuando de repente él se calló y sonrió. Yo me enfadé, pues nunca obtuve respuesta a la pregunta que le había hecho, ¿qué diablos le pasaba? Dejé de mirarle para dirigir mi mirada al frente, y entonces la vi. Una chica muy alta, delgada, con el pelo muy largo y moreno, de tez morena y con ojos verdes esmeralda caminaba hacia nosotros.
-¡Liam! -dijo chillando.
-Hey, Daniela -la sonrisa de Liam aumentó. Fue en ese momento cuando aquella mujer me empezó a caer mal. Muy mal. Seguro que era puta.
-¿Que tal mi amor? te he echado muchíiiiiisimo de menos -volvió a chillar.
Mis oídos vibraron, "seguro que ha roto más de un cristal con esos chillidos". Dibujé una sonrisa por mi invención, al menos mi voz era más bonita.
-Sí, yo a ti -contestó Liam, abrazándola y soltando mi mano.
Me puse furiosa. Él no le había echado de menos, había estado conmigo todo el rato, conmigo, había querido pasar su tarde conmigo, no con ella. Ella era puta, Liam no debía andar por ahí con gente así.
-No has contestado aún a mi mensaje, amor, ¿no lo has recibido? -dijo haciendo varios pucheros.
Rodé los ojos, ¿qué se creía?
-¿Qué? ¿Cuándo? Lo siento mucho, Daniela, no me he dado ni cuenta, es que estaba con... -Liam dirigió su mirada hacia mí, y lo mismo hizo Daniela.
-Ya -le interrumpió-, cariño, no deberías malgastar tu tiempo con crías, deberías pasarlo con mujeres de verdad.
"Exacto, con mujeres de verdad, como yo, no con putas, como tú" pensé, y volví a reír interiormente.
Daniela me empujó a un lado y puso sus brazos sobre los hombros de Liam. Sin embargo, no fue eso lo que más me molestó. Liam no evitó su abrazo, y eso fue lo peor de todo. Ni siquiera se molestó en defenderme.
-Y bueno, pequeña -recalcó la palabra "pequeña"-, ¿quién eres?
-Ana -contesté fríamente.
-Ana, vaya por dios, hoy en día la gente ya no sabe cómo llamar a sus hijos. vaya desperdicio.
Daniela me hablaba como si fuera inferior a ella, y eso me sacaba de quicio. Justo cuando fui a defenderme, Liam me interrumpió.
-Eh, chicas, parad. Daniela, Ana tiene un nombre precioso, toda ella es preciosa -Liam me guiñó un ojo, y yo enrojecí.
-¿Perdona? -chilló una vez más. Aquella tía me acababa de estropear la tarde, no se lo perdonaría jamás, pero no me apetecía aguantar ni un segundo más sus chillidos y su aire de superioridad.
-Liam, me voy, otro día quedamos, ¿vale? -dije dulcemente.
-Está bien, te llamaré -Liam depositó un beso en mi mejilla-. ¿No quieres que te lleve?
-No, Liam, tú te vienes conmigo -Daniela le agarró de un brazo.
-Tranquilo, Liam, estaré bien -en realidad no iba a estar bien, no sabiendo que estaría con una guarra como aquella y no conmigo.
-Bueno, vale -Daniela había arrastrado a Liam hasta el final de la calle-. ¡Te quiero!
Escuché esas dos últimas palabras salir de la boca de Liam antes de desaparecer en una esquina. Sentí como mi corazón volvía a latir. Esa guarra podría apartar físicamente a Liam de mí, pero jamás podría hacer que aquellos sentimientos que estaban comenzando a florecer, se marchitasen.
Caminé sola unos minutos. La tarde no había transcurrido tal y como tenía previsto, pero podría haber sido mucho peor, así que no estaba triste, al contrario, Liam y yo casi nos besamos, me había dicho preciosa en varias ocasiones y me había defendido delante de Daniela.
Comenzaba a anochecer. Para llegar a mi casa aún quedaba un largo trecho, y no me gustaba andar sola en la oscuridad.
Todo estaba muy oscuro, ero, de repente, unos focos iluminaron la acera, y el motor de una moto interrumpió el silencio. Me giré para ver de dónde provenía todo aquello.
-¿Qui-quién eres? -tartamudeé.
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Bienvenidos a los nuevos lectores. Muchas gracias por leerme.
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"Shhh" [One Direction fanfiction] | CANCELADA
Fiksi PenggemarNo digas quién eres. Nunca confíes tus secretos. Debes aprender que nadie es quien realmente dice ser, porque, en realidad, nunca llegamos a conocernos ni a nosotros mismos.