➛ Me Enamoré de un... ¿Shinigami? 𖠵

11. ¿Qué haces aquí?

– ¿Estás segura de qué quieres ir?– me preguntó el hombre con sombrero a lo que yo asentí–. Bueno, sin más que decir, les deseo buena suerte y ya saben que hacer cuando lleguen allá.

Entramos a aquel portal y no sé quién me dijo: "Tienes que correr". Y en el momento en que dijo eso, algo en nuestras espaldas comenzó a seguirnos mientras corríamos hacia la luz.

Y al llegar al final del túnel, llegamos a ese gran lugar llamado Sociedad de almas.

– Kohina, bienvenida a la sociedad de almas– me dijo el gato sonriendo.

– Es impresionante– me sorprendí al ver lo bello y organizado que era ese lugar. No es por nada, pero me lo imaginaba como un lugar oscuro lleno de tinieblas, ya que era un lugar para almas, siendo más clara, un lugar para muertos.

– ¿Qué hacen aquí?– nos preguntó un hombre de piel pálida con un gorro extraño en la cabeza.

Me escondí detrás de Orihime en señal de protección.

– ¿Y quién es está?– preguntó el hombre señalándome.

– Es la novia de Shuhei Hisagi– respondió el gato.

– ¡No soy la novia de Hisagi!– repliqué con un leve sonrojo en mis mejillas.

– Así que tú debes ser Rea Kohina. Shuhei Hisagi no ha dejado de hablar sobre ti con Kira Izuru y Rangiku Matsumoto. Es molestoso todas esas cosas que ha dicho de ti desde que llegó.

¿Rangiku Matsumoto? ¿Quién es esa?

El hombre nos guió hasta las grandes puertas de entrada de la sociedad de almas. Las puertas se abrieron dejando ver muchas personas con uniformes negros -el mismo uniforme que tenía Hisagi cuando me salvó aquella noche de ese hollow-.

Me separé de los chicos al no evitar al hombre que jalaba fuertemente mi brazo alejándome de los demás.

– Kohina, ¿qué haces aquí?– era Hisagi; y debo admitir que aquí se ve más sexy que en el mundo de los vivos.

Dios mío, mis pensamientos sobre este chico no son normales.

– Kohina, te hice una pregunta– me repitió Hisagi frunciendo el ceño.

– ¡Ay, ella es Kohina!– me abrazó una extraña chica de cabello naranja–. Soy Rangiku Matsumoto, Hisagi no ha parado de hablar de ti desde que llegó.

Ambos nos miramos sonrojados ante el comentario de la chica y luego desviamos las miradas hacia el lado contrario.

– Son tan adorables, los dejo para que hablen– dijo la chica para luego desaparecer.

– ¿Vas a responder mi pregunta?– me preguntó Hisagi mirando al lado contrario que yo.

Suspire.

– Pensé que querías escuchar la respuesta de tu pregunta, la pregunta que me hiciste en la escuela.

– Ajá, ¿y...?

– Yo no sé.

Hisagi rodó los ojos para luego tomarme del mentón y mirarme a los ojos.

– ¿Te incomodó? ¿Estás nerviosa?– me preguntó y con su mano libre comenzó a jugar con una de mis mejillas.

– Hisagi, eso duele– me quejé tratando de alejarlo.

Al ver a alguien pasar me soltó y se alejó de mí.

Perfecto, mi momento perfecto para escapar. Siendo sincera, no sé porque vine.

– Tú no te vas– con una cadena me jaló nuevamente hacia él.