➛ Me Enamoré de un... ¿Shinigami? 𖠵

14. Mi dulce Shinigami

– ¿Hoy no has comido nada?– me preguntó la mujer, quien decoraba su delicado cuello con una trenza–. ¿Sabes qué la comida más importante del día es el desayuno?

– Sí lo sabe, pero se hace la tarada– me regañó Hisagi que estaba parado junto a mí.

– ¡Que no se le habla así a una mujer! ¡Llevo dos décadas diciéndote lo, Shuhei Hisagi!– le regañó Hashiru, quien reprendía a Hisagi por su falta de modales.

– ¿Dijiste dos décadas?– susurré sin poder creer lo que recientemente había escuchado.

– Sí, pero ahora que lo pienso bien... ¡fueron tres décadas!

– Hashiru, no exageres. Ya entendí. Además no soy tan viejo.

– El "tan" lo daña– y solté una carcajada ante el comentario de Hashiru; sin duda es la única chica que he conocido que sabe como enfrentar a un chico.

– Graciosas– susurró Hisagi para luego dirigirse hacia la puerta y antes de marcharse dijo:– Tengo que ir a hablar con el comandante.

Luego cerró la puerta detrás de él, dando un portazo.

|Hisagi|

El comandante me había mandado a buscar por segunda vez en el día de hoy, lo que solamente podía significar que estaba en problemas, de nuevo.

– ¿Qué se le puede ofrecer, comandante?– pregunté dando una reverencia.

– Hisagi, sabes lo que quiero– se dignó en responder–. Tu escuadrón ha sufrido un fuerte golpe luego de que su capitán los traicionará. No permitiré que suceda lo mismo dos veces...– lo interrumpí.

– Comandante, yo no sería capaz de traicionar la sociedad de almas.

– Desde ahora, te prohíbo el contacto con la humana Rea Kohina.

¿Qué?

– Pero, coma...– me interrumpió.

– Y es mi última palabra. Quiero que ella regresé al mundo de los vivos y que no regresé nunca más. ¿Entendido?

– Sí, comandante.

Salí de la primera división con mi jodida actitud arrastrada por el suelo. ¿Qué era lo que esa chica causaba en mí? ¿Por qué me preocupaba tanto qué la alejarán de mí? Si yo claramente sé que eso es lo mejor para los dos.

Abrí la puerta de la habitación encontrándome con ella y Hashiru. Creo que se hicieron buenas amigas después de todo.

– Hisagi, ¿qué te sucede?– me dijo Kohina al momento en que su sonrisa se decayó.

No sé porqué pero, me duele mucho la idea de no volver a ver esa sonrisa.

– No digas nada, ¿sí?– y sin poder evitarlo, la besé.

Me dolía no poder volver a besarla, pero, ¿por qué?

Nuestro contacto hizo que Hashiru se retirará al sentirse tan incómoda.

Me dolía admitirlo, pero me volví adicto a su presencia, a su sonrisa, a sus peleas sin sentidos y a más que todo eso, a sus labios, a sus dulces besos.

Y maldigo la falta de aire que nos ha hecho separarnos.

– ¿Por qué hiciste eso?– me preguntó Kohina, quien aún rodeaba mi cuello con sus brazos.

Ella era mi adicción.

– No es la primera vez que lo hago. Además, tú correspondiste– ahora sí debía decirle–. Tienes que irte.

– Lo sé– ahora fue ella quien me besó para luego susurrarme en los labios:– Eres mi dulce Shinigami.