Capítulo 3 - Nina y Harry Evanson

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Keyla

- Hoy vamos a visitar a la abuela Valentina -dijo mi madre, como quien no quiere la cosa.

Ya que yo era una pequeña niña de apenas año y medio, no pude presentar objeción al respecto. Pero mi padre sí. Puede que mi inteligencia fuera algo precaria, con esta edad, pero tenía una cosa clara: a Harry Evanson no le gustaba nada su suegra. Según él, la señora D'Angelo se había comvertido en una viuda desiquilibrada, y decir eso siempre le acarreaba alguna que otra bofetada por parte de mi madre.

- Venga ya, Nina.

Ella resopló.

- Cariño, llevamos casi un mes en casa. Nos hemos pasado casi un año en Italia, y mi madre no ha tenido oportunidades de ver a la niña. Por favor.

- Pero es que tu madre siempre...

Lo fulminó con la mirada.

- Harry Mitchell Evanson, iremos a casa de mi madre después de comer. Me da igual lo que opines con respecto a ella: cualquier cosa que te quedaras haciendo aquí no sería ni la mitad de interesante que ver a tu adoradísima suegra.

Él puso los ojos en blanco.

- Quita lo de "adoradísima" -musitó, lo suficientemente alto para que ella lo oyera.

- ¡Harry! -chilló ella mientras él corría riendo escaleras arriba, protegiéndose de su esposa.

Yo observaba el intercambio de comentarios sin decir nada, en parte porque no sabía hablar apenas y en parte... porque habría sido extraño que un bebé como yo se inmiscullera en una "conversación de mayores".

Pese a estas pequeñas rencillas, Nina y Harry Evanson se querían mucho. Se adoraban. De hecho, creo que nadie en el mundo hace mejor pareja que mis padres. Y no, no lo digo por ser su hija. Lo digo porque lo veo día a día, las sonrisas de mi madre, las miradas de mi padre, cómo ella se ríe de sus absurdas bromas y cómo él le pellizca el trasero "disimuladamente".

Sí, mi madre es italiana. Por lo tanto, yo soy medio italiana. Ella se llamaba Nina D'Angelo antes, hija de Valentina D'Angelo y Leonardo D'Angelo, pero cuando conoció a Harry Evanson en Francia, se casó con él y adoptó su apellido. Se conocieron a través de unos amigos en común que tenían, casualmente (o no) Lauren y Bradley Thompson; y meses después ella ya se mudaba a su casa. El 28 de septiembre de 2001, nació la pequeña Alice, y eso no hizo más que acrecentar la felicidad de la pareja.

Sí, tengo un año y medio, y soy Alice Evanson.

Memorias de una lesbiana (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora