Capítulo 15 - Un día en "familia"

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Keyla

- ¿Estás lista?

La voz de Nina resonó por toda la casa. Yo seguía en mi habitación, peinándome y vigilando a Louis. Por aquel entonces, yo tenía unos siete años, así que no era precisamente buena idea dejar el niño a mi cuidado. Pero entendía a mi madre: con cualquier persona, menos con el señor James.

Aún seguía llamándolo así. No me parecía apropiado llamarlo "papá", puesto que no lo era, y tampoco sólo por su nombre de pila. Llamarlo "James" sería como dejar caer que lo aceptaba en mi familia, y no era así. Odiaba al señor James. Con todo mi corazón. Y desde el día en el que se mudó con nosotros, no podía dormir tranquila.

Aunque tampoco es que yo le cayera muy bien que digamos.

Bajé corriendo las escaleras, con el peine en la mano.

- Nina, mamá bajará enseguida.

Cuando me asomé, pude entrever a Alice entre los brazos de mi padre, pero no me detuve a pensar en ello. Había dejado a Lou solo arriba, y el tonto de mi padrastro siempre aprovechaba para estar con él y ponerlo en mi contra. Aunque, por supuesto, no lo había conseguido hasta entonces.

- Señor James, sal de mi cuarto.

Frunció el ceño.

- Una estúpida de siete años no va a darme órdenes.

- Ni a mi un descerebrado de cuarenta. Sal. De. Mi. Cuarto.

Puso los ojos en blanco y obedeció, no sin antes plantarle un beso en la frente a Louis. Cuando estuvo bien lejos, me acerqué a él y le cogí el rostro entre las manos.

- ¿Estás bien, Lou?

Él asintió. En la casa, todos se desvivían por él. Mi madre y yo nos encargábamos de mantener al señor James alejado, y la familia de Alice lo hacía en cuanto tenían oportunidad. Al contrario que con Bradley, mi padre biológico, Harry no soportaba al señor James, y jamás los había visto cruzar una palabra más de un mísero "hola". Nina lo odiaba por hacerle daño a su amiga, y Alice... bueno, Alice no le tenía precisamente mucha simpatía. Había crecido en una familia que le enseñó a repudiarle, y lo hacía.

Aunque, claro, ella no era como yo. Aparte de que no tenía problemas, era muchísimo menos rencorosa que yo, y siempre se lo replanteaba todo. A veces, podía ser exasperante, pero todos sabían que jamás la cambiaría por otra.

Hablando de la reina de Roma, en ese mismo momento Alice entró en mi habitación. Cómo no, con una erorme sonrisa adornando su cara.

- ¡Buenos días! -exclamó.

- Buenos días, Alice -respondí.

Ella saludó a Louis, que le dio un gran abrazo. Él se quedó enganchado en sus brazos, y cuando los ojos verde oscuro de la niña volvieron a mí, sonreí.

- ¿Cuándo nos vamos?

- Supongo que cuando mi madre acabe de ducharse.

Ella se encogió de hombros.

- Oye... ¿James vendrá con nosotros?

Puse los ojos en blanco. No había pensado en ello.

- Pues esperemos que no. Aunque, seguramente, no querrá separarse de Louis. Pero me da igual. No pienso consentir que venga, lo arruinará todo.

Su mirada se llenó de preocupación.

- Estoy de acuerdo.

Memorias de una lesbiana (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora