Capítulo Siete: Mala suerte.

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Ethan dejó a Sophia en su departamento, por lo que ella se duchó y se alistó para irse a la universidad. Al llegar a la universidad vio a Adriana una compañera de su clase de español.
-¡Hola! La saludó Sophia.
-¡Hola Sophia! ¿Cómo estás?
-¡Muy bien, gracias! -¿Lista para conocer al nuevo profesor? Le preguntó Adriana.
-¡Ay cierto, se me había olvidado por completo el nuevo profe!
-¡De seguro es feo! Dijo Adriana riendo.
Al entrar a la clase todos los estudiantes estaban a la expectativa de cómo sería el nuevo profesor, unos decían que era feo, otros que era una persona mayor y otros que no habían contratado a nadie.
-¡Buenos días! Dijo el rector al entrar en la clase.
-¡Buenos días! Respondieron todos los estudiantes.
-¡Como les comuniqué el lunes, por cuestiones personales el profesor anterior no podrá continuar dando clases, pero ya hemos conseguido un reemplazo. -¡No! Dijeron los estudiantes.
-¡Si, si! -¡Muchachos hagan silencio por favor, bueno no les quito más su tiempo y me retiro para que el nuevo profesor entre y se presente! Al salir el rector, todos se pusieron hablar haciendo un gran escándalo, Sophia estaba hablando con Adriana y otras compañeras cuando escuchó una voz muy familiar.
*Ethan:
Yo que entro en la clase, dónde voy a empezar a dar clases cuando veo una cabellera muy familiar ¡Ay no puede ser! Y en ese momento ¡Bam, mierda! ¿Qué hace ella aquí?
*Sophia:
-¡Sophia, mira hacia la puerta! Dijo Adriana.
Cuando Sophia se volvió se quedó pasmada al igual que él, ambos se quedaron en estado de shock.
-¡Es guapo, el nuevo profe! Dijo Mariana.
-¡Buenos días jóvenes! ¡Mi nombre es Ethan Clarck, seré su nuevo profesor y pasaré lista para conocerlos!
Él hizo lo que dijo, pasó lista y conversaba un poco con cada estudiante en el momento en que decía su nombre, cuando mencionó el nombre de Sophia tanto él como ella se quedaron viendo pero él le hizo preguntas al igual que los demás.
Cuando sólo faltaban 30 minutos para que terminara la clase, Sophia se empezó a sentir un poco mareada y le dolía la cabeza, Ethan notó que ella no estaba bien, por lo que dejó a los muchachos haciendo un trabajo. -¡Sophia venga conmigo! Dijo llamando la atención de todos y asombrándolos de que él fuera hasta donde ella, le extendió la mano para ayudarla a levantarse y que no se callera.
-¡Llevaré a la señorita Leighton a la enfermería y continúen con el trabajo!
-¿Qué haces? Dijo Sophia cuando iban saliendo de la clase pero en voz baja que sólo él la pudiera escuchar.
-¡Te sientes mal, estás pálida Sophia! Pero diciendo esto ella se mareó por lo que él la cargó hasta la enfermería, ahí estaba la señora Ramos, él le explicó que ella había tenido un accidente y todo lo demás, por lo que ella dijo que era mejor llevarla al hospital y que le hicieran una radiografía, por lo que él asintió, llevó a Sophia al auto y luego fueron al hospital, llamó a la secretaria del director para que avisara a los estudiantes que se podían ir, que la clase había terminado, por suerte era la única clase que tenía por el día. De camino llamo a Michael, un amigo suyo que es neurólogo y que trabaja en el hospital, le contó de forma rápida lo que había pasado el día anterior y este le dijo que lo estaría esperando en su consultorio, por suerte en el transcurso del camino Sophia no empeoró, pero seguía un poco mal, al menos pudo caminar hasta el consultorio del doctor.
-¿Por qué haces esto? Le dijo ella.
-¡No vamos a tener esta conversación de nuevo Sophia! Por lo que ella mejor se calló. Al llegar donde el doctor, él la examinó y la mandó hacerse una Resonancia Magnética para verificar que no tuviera algo grave, cuando estuvieron listos los resultados reflejaban que todo estaba bien sólo que era un síntoma postraumático pero no tenía ninguna contusión ni nada grave y que debía tomar reposo, le mandó unas pastillas para el dolor y la indicación que sólo comiera cosa livianas.
-¡Ves, no tengo nada grave! Le dijo Sophia a Ethan cuando salieron del hospital.
-¡Si, me lo dijiste! -¡Pero no podía correr el riesgo de que lo fuera, además tú no eres médico y con el examen que te hicieron ya quedo más tranquilo al saber que no hay nada malo con los síntomas que has venido presentando. Con la respuesta que él le dio, ella también se quedó más tranquila, pero por supuesto que no se lo iba a decir y se sintió bien de que él se preocupara de esa manera por ella, aunque no fuera porque sintiera algo o una atracción hacia ella, para nada, pero era algo lindo de su parte y eso que aún no se conocían bien.
-¿Tienes hambre? Le preguntó él. -¡No, gracias!
-Y ahora -¿Qué te pasa? -¿Dije algo malo?
-¡No, no pasa nada! -¡Sólo que no tengo hambre y me tratas como si nunca comiera!
-¡Mujer obstinada! Dijo Ethan en voz baja que sonó más como un susurro.
-¿Qué dijiste? Preguntó ella un poco alterada.
-¡Nada! -¡Que debes comer y tomar tus pastillas, ya oíste al doctor!
-¡Bueno, ya que insistes podemos comer algo! ¡Qué hombre más insoportable! Pensó ella ¡Lo que tiene de divino lo tiene de cansón!
-¿Te apetece una sopa azteca? -¡Por aquí hay un restaurante muy bueno!
-¡Ok!

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