Capítulo Quince: ¡Sorpresa!

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-¿Qué? ¡No, eso no es posible! Le dijo ella un poco alterada por la idea de estarlo.
-¿No tiene novio? Le consultó él.
-¡Si, si tengo pero siempre nos cuidamos! Le respondió ella.
-¡Bueno comenzaremos a ver sus reflejos, por favor suba a la camilla! Así lo hizo ella para que él le hiciera varios exámenes como el de los reflejos y ponerle el oftalmoscopio en sus ojos. Cuando él se le acercó primero para revisar los reflejos no vio nada anormal, seguido por el oftalmoscopio pero cuando él se lo iba a poner en los ojos se le quedó mirando a ella, lo que la puso un poco nerviosa, él le indicó que viera un punto fijo en la pared y revisó primero el ojo derecho seguido por el izquierdo.
-¡No veo nada malo en usted señorita Leighton pero tenga! Le dijo dándole un frasco plástico, -¡Vaya al baño que está ahí y tráigame una muestra de orina por favor!
-¡Claro! Dijo ella haciendo lo que él le dijo. Al salir del baño le entrego el envase al doctor, él poniéndose unos guantes lo tomó y lo puso sobre un papel para no mojar el escritorio.
-¡Voy a meter este papel en su muestra, si se pone de otro color es porque usted está embarazada! Le explicó él.
-¡Doctor ya le dije que no esto...! Ella no había terminado de decir la oración cuando el papel ya había cambiado de color.
-¡Felicidades señorita Leighton está usted embarazada!
-¿Qué? -¡No puede ser! Y Sophia se puso a llorar.
-¡No llore por favor, esas lágrimas son de alegría! Le dijo él.
-¡No! -¡No son de alegría, bueno sí pero, no es un buen momento para estar embarazada! Le dijo ella llorando aún más.
-¿Qué sucede Sophia? Le dijo el doctor dándole un pañuelo que siempre llevaba en su bolsillo. Era la primera vez que la llamaba por su nombre, sin el señorita y ella no supo que pensar, aparte de que debía de verse patética.
-¡Nada doctor, me tengo que ir!
-¡No te puedes ir, debo hacer un ultrasonido!
-¡Doctor yo! No pudo terminar de hablar porque el doctor la interrumpió.
-¡Steve! Le dijo él.
-¿Qué? Le preguntó ella.
-¡Dígame Steve, así me llamo, no me diga doctor, por favor!
-¡Oh! Fue lo único que pudo contestar ella.
-¡La mandaré donde una ginecóloga, pero cuando ella le dé los resultados quiero que me los traiga por favor!
- ¡Si, señor! Respondió ella. En ese momento que ella se iba a poner de pie escuchó que él llamaba a alguien.
-¡Stephanie, te estoy mandando a una paciente, su nombre es Sophia Leighton quiero que le hagas un ultrasonido y en cuanto estén los resultados, quiero que me los mandes con la paciente, yo veré los resultados, gracias! Cuando Sophia llegó hacerse el ultrasonido la recibió una muchacha de unos 25 años, la cual la esperaba con una sonrisa en su rostro. -¡Pase adelante Sophia! Le dijo la doctora.
-¡Gracias!
-Tu doctor me llamó para avisar que vendrías y que te tratara bien! Le dijo.
-¡Gracias! Le contestó Sophia. Cuando estuvieron listos los resultados tal y cómo el doctor de ella había ordenado se los llevó a su consultorio.
-¡Pasa Sophia! Le dijo él en cuanto la vio.
-¡Gracias doctor!
-¡Steve! Le contestó él.
-¡Si, Steve!
-¡Estas de cuatro meses de embarazo Sophia! Le dijo él.
Ella se puso tan pálida que el doctor fue a su lado por si ella se desmayaba.

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