Capítulo Once: ¡No te aproveches!

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Por lo que él aprovechó para ver su trasero y como movía sus caderas y cómo un tonto se le quedó mirando sin disimular y sin caminar hacia la cocina, cuando Sophia se dio cuenta que él no caminaba se volvió y se fijó del motivo por el cual él se había quedado atrás.
-¡Hey guapo, camina tú primero! Le dijo ella sacándolo de sus pensamientos.
-¿Qué? -¿Por qué yo adelante? Le preguntó él indignado.
-¡Porque ya te vi! Le contestó ella fingiendo estar enojada y señalándolo.
-¡Yo, no he hecho nada malo! Le dijo, con la sonrisa más sexy del planeta.
-¡Pues lo siento guapo, camina tú delante! Le contestó Sophia.
-¡Ya, bueno, bueno qué me queda! Pero primero una cosa le dijo él.
-¿Qué quieres?
-¡Dame un beso! Le dijo él con una ceja levantada.
-¿Qué? -¡O no! Dijo ella. Cuando Sophia se dio cuenta que él estaba colocando la bandeja con los platos en la cama empezó a correr.
-¡No corras cobarde! Le dijo Ethan. En el momento en que él le gritó esto ella empezó a correr más rápido y por supuesto la habitación más próxima era la de la oficina, a pesar de que quedaba cerca del cuarto de él, Sophia sintió que no llegaría nunca. Ethan se dio cuenta del próximo movimiento de ella, por lo que corrió más rápido para que no entrara ahí, porque si lo hacía, él no la podría atrapar.
-¡Sophie, no huyas de mí! Le grito él, al escuchar ella lo cerca que estaba él empezó a gritar.
-¡No estoy huyendo de ti, sólo no quiero que me alcances! Le gritó esto riendo de los nervios, ya que en realidad era exactamente eso, lo que estaba haciendo.
Cuando de pronto ella sintió unas manos en su cintura y que sus pies no alcanzaban el suelo porque Ethan la había atrapado y la había alzado como si fuera un saco de papas.
-¡Ethan! Gritó ella. -¡Bájame cavernícola, idiota, tonto! Agregó Sophia.
-¡Y sexy! Dijo Ethan.
-¡No seas tan modesto! Le dijo ella aún como un saco de papas.
-¡Ethan, oh por Dios, hoy es jueves debemos ir a la universidad y ya son las...! -¿Qué hora es? -¡No veo el reloj y el mío está en el cuarto!
-¡No te preocupes pequeña! En el momento en que salieron estas palabras de su boca, él se dio cuenta que había cometido un error.
-¡Estúpido, bájame! Le gritó Sophia dándole golpes en la espalda. Riendo él, la dejó en la cama de huéspedes, cuando la colocó en la cama vio lo roja que estaba ella, por la posición en que la traía y sumándole que estaba muy enojada.
-¡Ethan, vamos a llegar tarde a la universidad! -¿No me escuchaste?
-¡Tú no me escuchaste a mí! Le respondió él.
-¡Claro que lo hice, pero tú te ves de lo más tranquilo!
-¡Es porque hoy no hay clases, ayer llamé al director y dije que no podía ir hoy!
-¿Por qué? Le preguntó ella.
-¡Porque se supone que debes guardar reposo y cómo yo soy el que te está cuidando, no te puedo dejar sola!
-¡Es la excusa más tonta que he escuchado en mi vida! Dijo Sophia. -¡Mírame, ya estoy bien! Y diciendo esto tuvo que salir corriendo al baño para vomitar todo lo que había comido, en el momento en que estaba vomitando entró él para agarrarle el pelo, por más que ella le hacía señas de que saliera de ahí.
-¡No me iré Sophia! Le dijo él dándole golpecitos en la espalda.

Destino y Seducción. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora