Sophia era una joven de 21 años, vivía con sus padres en Miami al menos cuando las vacaciones le permitían estar en casa con su familia, estaba en la Universidad de Florida, era la mejor de su clase, era la hija mayor, sus hermanos gemelos Gabriel y Vanessa apenas tienen 1 año de edad.
Era una joven muy conocida en su pueblo por sus constantes ayudas benéficas, al querer siempre ayudar a los demás, aparte de ser la hija de los Leighton, una familia reconocida por su dinero pero sobre todo por sus innumerables empresas de software por todo el país y en Europa.
Sophia sabía que siempre podía contar con sus mejores amigas Samantha, Stella y Gabriella desde la escuela se habían conocido y se convirtieron en inseparables, las cuatro con la misma edad, sin embargo Gabriella era la más conocida entre ellas como la más experimentada en cuestiones de chicos, Stella y Samantha no se quedaban atrás pero no eran tan lanzadas como su amiga.Cuando no estaban en el departamento de Samantha, se encontraban en el departamento que compartían Stella y Gabriella, que al ser de descendencia italiana se fueron a vivir juntas en cuanto salieron de la secundaria. Siempre podían contar las unas con las otras, a pesar del tiempo que no se veían por sus estudios pero tan inseparables como en la escuela.
Las chicas se pusieron de acuerdo para verse a las 9pm en Jack's bar, un lugar visitado por los jóvenes para pasar un buen rato, bailar y beber menos para conocer a gente nueva ya que al ser un pueblo pequeño todos se conocían.
Al ser las nueve en punto se encontraron en la entrada del bar como habían acordado, como siempre Sophia fue la primera en llegar, mientras esperaba a sus amigas se quedó viendo y saludando a todos los que conocía, al llegar sus amigas subieron a la segunda planta y tomaron la misma mesa de siempre cuando iban a Jack's ya que Gabriella conocía a un chico llamado Esteban que trabajaba en el bar y siempre las dejó entrar desde que se enamoró de ella.
-¡Wow chicas que guapas que están! dijo Sophia al ver a sus amigas después de un largo abrazo y besos.
-¡Mira quién habla! Contestó Stella -¡Si pareces que te hubieras hecho algo porque te ves diferente!
-¡Si venga, habla porque esa carita me dice que hay un chico! Agregó Gabriella, mientras que Samantha se reía de sus amigas porque siempre era lo mismo.
-¡Nada de chicos! contestó Sophia entre risas y un poco enojada con Gabriella porque siempre le hablaba de los muchachos como si sólo eso tuviera en su cabeza.
-¡Hemos venido a celebrar que por fin nos vemos y tú sales con el tema de los chicos! Dijo Sophia molesta.
-¡Por supuesto! Dijo Gabriella poniendo los ojos en blanco, -¡Por ejemplo mira ese tipo que está en la barra, el de camisa celeste con jeans negro!
-¿Cuál?, -¿Cuál? dijo Samantha haciéndole segunda a su amiga.
-¡Aquel el que está hablando con la tipa con el vestido fucsia, los que están por dónde Joseph!
-¿Joseph? Preguntó Sophia.
-¡Sí! Contestó Stella.
-¡Es ese de la caja, él es uno de los novios de Gaby!
-¡Oye! Gritó Gabriella, mientras las otras chicas se reían.
-¡Así que es uno más de tu lista!, dijo Sophia.
-¡No! Gritó Gabriella al mismo tiempo que Stella y Samantha gritaban -¡Sí!.
Después de un rato más de risas y secándose las lágrimas, Stella agarro a Sophia del brazo y dijo que ellas irían por las bebidas mientras bajaban las escaleras y Gabriella gritaba: -¡Para mí un whisky doble!
Mientras llegaban a la barra Stella le iba contando a Sophia de un joven que estaba en la universidad con ella, lo guapo que era y que lo único malo era que es un mujeriego, Sophia estaba tan concentrada en la charla de Stella que no vio al muchacho que iba caminando delante de ella, cuando se dio cuenta fue por el golpe que sintió al frente y que se iba para atrás como si hubiera chocado contra un poste, intentando no caerse de culo, cuando creyó que no podía evitar caerse, cerró los ojos en ese momento sintió unas manos en su cintura, cuando se dio cuenta que no seguía cayendo abrió los ojos para encontrarse con una mirada que le provocó un tsunami en el estómago, los ojos de su salvador eran azules, con verde y a la vez con gris, Sophia se quedó asombrada de esos extraños e increíbles ojos, cuando ya estuvo de pie pudo observar mejor quién la había ayudado, cuando escucho una voz grave por encima de la música.
-¡Señorita! -¿Está bien? -¡Lo siento no la vi! dijo el hombre.
-¡Sophia! Gritó Stella al ver que su amiga no contestaba.
-¡Mmm si, gracias!
Cuando levantó la mirada pudo ver a un tipo alto de metro ochenta, con la mandíbula cuadrada, los ojos maravillosos, labios mordibles y notó que tenía una barba de unos dos días porque apenas se le veía como una sombra, y con el pelo lacio, castaño claro.
-¿Estás segura? Le volvió a preguntar al ver la cara de espanto que tenía la joven.
-¡Si en verdad, si no fuera por ti me hubiera caído! Le dijo Sophia con una sonrisa en los labios.
-¡Bueno, me alegro de haberte ayudado Sophia! Le contesto el apuesto hombre con una sonrisa quita bragas.
-¡Nos vemos y cuídate guapa!, le dijo el apuesto hombre con una sonrisa de medio lado.
Al ver la química que había entre el extraño y Sophia, Stella decidió meterse en la conversación entre ellos.
-¡Oye guapo! Grito Stella cuando ya el hombre había dado media vuelta para irse. Al escuchar eso, él se devolvió y se le quedo viendo a Sophia a pesar que había sido su amiga la que le llamo guapo.
-¿Cómo te llamas? le preguntó Stella. Cuando Sophia escuchó a su amiga sintió que se le ponía la cara caliente y supo que estaba tan roja como un tomate.
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Destino y Seducción.
Ficção Adolescente¿Qué pasaría si te encuentras con el hombre más sexy y guapo que hayas visto en la vida, pero con el transcurso de los días te das cuenta que ese bombón, es tu nuevo profesor? Y ¿Qué pasará cuando su pasado y su presente se encuentren viéndote en me...