La noche se hacia mas divertida a medida que iba pasando el tiempo. La gente no paraba de llegar, y antes de darme cuenta, el lugar estaba repleto de personas. Entre ellos turistas (como nosotros), aquellos que solían frecuentar a menudo, muchos conocidos y amigos de amigos. Cada segundo me convencía mas de que este iba a ser el mejor cumpleaños de mi vida. Tom y yo cruzábamos miradas muy seguido, pero estaba tan enojada por el hecho de que decidió regresar con ella a pesar de que la zorra lo engañó varias veces. ¿Donde quedo su dignidad? Bueno, tampoco puedo juzgar, porque fueron innumerables las veces que yo regrese con él luego de un engaño. Pero eso es tema del pasado. El punto es que no quería verlo ni estar cerca de el.
Habia tanta gente que no fue sumamente necesario mirar a Tom cada cinco minutos. Mi misión de la noche era emborracharme por completo e irme con un desconocido. Preferiblemente un Madrileño.
Mi primer candidato resultó ser amigo de los gemelos. Al principio no tenía ni idea, pero no pude evitar reír cuando me lo confeso. Eso no hizo que me alejara de él en lo absoluto, al contrario, me interese mucho más en el. También ayudaba el hecho de que era muy guapo. Estuvimos bailando y hablando casi toda la noche, y no fue hasta que me aleje un rato para salir a fumar un cigarrillo, que mi buen humor fue interrumpido por nada más y nada menos que Tom Kaulitz.
Cada uno se encontraba en su esquina, concentrado en su propio Marlboro. La relajación que sentí tan pronto la mezcla de menta y humo invadió mis pulmones se desvaneció tan pronto escuche la voz de Tom. ¿Me estaba hablando a mi?
—Sabes, ya me había acostumbrado a verte con hombres diferentes. Pero, ¿en serio uno de ellos tenía que ser mi amigo?— Sonaba indignado, como si tuviera algún derecho o poder sobre mi.
—¿Porque mejor no te acostumbras a ignorarme?
Todo era mucho mas fácil cuando nos ignorábamos. Me reventaba el hecho de que no se acerco en toda la noche para desearme un feliz cumpleaños, pero si para reclamarme estupideces. Estas eran las clases de cosas que hacían que Tom y yo jamas lleváramos la fiesta en paz.
—Hablo en serio, Alexandra. ¡Deja a mis amigos en paz!— Me señaló y luego se volteo para regresarse por donde vino, pero jamás iba a dejar que me dejara con la palabra en la boca.
—¡Hey! El fue el que me busco a mi. ¿Porque no piensas primero antes de venir a gritarme tonterías?— Le toque el hombro.
—Si, y solo pretendían bailar y hablar, ¿no? ¿Crees que no se como termina eso?— Se dio la vuelta, pero esta vez bajo un poco la voz. —¿O estoy equivocado?
—Deja de meterte en lo que no te importa.— Me crucé de brazos y ambos estuvimos a punto de matarnos con la mirada. No entiendo como su amigo viene y me habla primero y aun así termina siendo mi culpa.
—Se que esto resultara difícil para una ninfómana como tu...—Hablo lentamente, como si fuera estúpida. —Pero aléjate de mis amigos.
—¿Que te parece si mejor vas y le dices a tus amiguitos que se alejen de mi? Y aprovecha para alejarte tu también, ¡idiota!— Di la vuelta y camine en dirección opuesta, tropezándo con Andreas.
—¡Ale!— Dijo alegremente.
—Será mejor que me dejes en paz o a Tom le dará un infarto.— Me burle, mirando a Tom quien nos miraba a Andreas y a mi.
—¿Que?
—Déjame sola, Andreas. Es lo mejor para todos.— Me fui sin decir mas, sintiéndome increíblemente enojada. Se que no debí hablarle así al inocente de Andreas, pero el pequeño encuentro con Tom me hizo darme cuenta que alejarme de sus amigos seria lo mejor. Mientras menos amigos en común tuviéramos, menos serian las posibilidades de encontrarme con Tom.
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Hurricanes & Suns. (Tom Kaulitz)
FanficAmbos creados del caos, nacimos para destruir. Y cuando chocamos, querido, supe que te amaba.