Criando a mi novia♡

Capítulo 1.

Capítulo 1

Kay.

Otro maldito día en mi maldita vida.

Realmente mi vida no es mala, pero es que yo odio a todo el mundo. Y más desde que mamá ha comenzando a presionarnos a todos de que la acompañemos a visitar a su amiga de la infancia, Sophie. Nunca la he conocido, pero mamá dice que es un amor de persona. En fin, la cosa es que ahora estoy bajando las escaleras con un humor de la mierda. Lo único bueno es que no tengo que ir a la escuela hoy, jejeje.

-Oh, bella Kay. Gracias por iluminarnos el día con tu bello rostro. -Dijo mi hermano, Cris. Él es un dolor en el trasero y solo lo quiero porque me obligaron a hacerlo.

-Tu rostro en la mañana es nuestro incentivo para tener un mejor día. -Mi otro hermano, Christian, también se unió la burla de Cris. También lo quiero porque me obligaron.

Me senté en el mesón, frente a mi desayuno. Ceral de chocolate. Hphm. Mamá compró mi cereal favorito. ¿Que se traerá entre manos?

-Kay, cariño, ten un buen desayuno. Y quita esa cara. No puedes llegar con ese rostro a casa de Sophie. Está muy ansiosa en conocerte, ¿Sabes? -Mi madre me sonreía mientras hablaba. Mi madre, Dina, es una hermosa mujer de cabello castaño y ojos verdes de 38 años de edad. Es alta y voluptousa, y es agradable. Es chistosa y entiende mi sarcasmo y hasta me responde con más sarcasmo. Es perfecta. Mi padre se llama Carter. Tiene 38 también, es alto, tiene los ojos azules y el cabello negro, como el mío. Ambos son altos, lo cual no explica por qué rayos yo mido un poco más de metro y medio.

Pero eso no me quita de la cabeza que Dina se traía algo entre manos.

Hasta mi padre ha estado muy cariñoso ultimamente.

-Kay, pasame la salsa por favor. -Me pidió mi padre desde el otro lado del mesón, con una sonrisa.

Le pasé la sal. Mi padre miró el envase y luego se levantó el mismo a buscar la salsa. -¿Por qué todos están tan sonrientes? Me asustan. ¿Me van a dar en adopción? Tengo 17 años, eso ya no va a funcionar. Es muy tarde para arrepentirse.

-Yo intenté darte en adopción, pero mamá no me dejó. -Dijo Cris. Maldito.

-Bien, es hora de irnos. -Dijo mi madre. Me tomó del brazo y me empujó hasta la puerta aún con mi cereal en las manos.

-¡Dina, déjame comer, bruja!

-No, es tarde. Sophie nos está esperando. -No podía ver a mi madre, pero podía escuchar como se reía. 

En un abrir y cerrar de ojos, todos estábamos en el auto. Yo aún tenía mi cereal en las manos. Mientras los maldecía a todos, procedí a seguir alimentandome.

Creo que es un buen momento para hablar un poco sobre mí. Me llamo Sky Crowley y tengo 17 años. Desde pequeña no podía pronunciar mi nombre, solo podía decir "Kay". Así que todos me decían Kay. Odiaba mi cabello y mis cachetes. Eran grandes, parecían de rana y mi cabello era negro azabache y no importaba cuántas veces lo cortara, siempre crecía. Y gracias a que tengo un mal carácter, nunca he tenido novio y mi primer beso fue robado por un niño de cuarto cuando yo estaba en segundo. Yo perdí mi primero beso pero el perdió el tabique de su nariz. Me tuve que cambiar de escuela.

Jajajajaja.

Lo recuerdo y aún me río. 

Maldición, tengo ganas de hacer pis. 

-¿Ya llegamos? -Pregunté, mientras retorcía mis priernas. Maldición,  maldita vejiga antojada.

-Ya casi, Kay. -Respondió mi madre. Mi padre se aclaró la garganta y apretó el volante tanto que sus nudillos se blanquearon.