Capítulo 12.

9.1K 593 13
                                    

Capítulo 12.

Liam.

Había abandonado la última clase por venir a salvar el trasero de Sky. Seguramente tendría que dar una explicación más adelante; pero, como buen estudiante, siempre conseguía salirme con la mía.

Eran apenas las 10:43am. Faltaban dos horas para que Sky saliera, y si mamá me veía regresar a casa sin ella no me haría de cenar en una semana. Estaba aburrido, por lo cual decidí irme a casa a recoger las cajas que había dejado en mi habitación. Si me devuelvo a las 11:20 mamá no habrá llegado para entonces, así que recojo a la niña moco, la dejo en su casa y puedo cenar hoy.

Parecía una idea brillante. Me adentré en el auto y lo encendí rápidamente. Al cabo de unos segundos ya estaba tomando la autopista que daba hacia la casa; no había mucho tráfico.

No pude evitar pensar en Sky. El recuerdo de su beso chocó en mi subconsciente; ¿cómo era posible que no haya mencionado nada sobre eso? Bueno, yo tampoco lo hice pero alguno de los dos debía hacerlo en cualquier momento. La última noche escuché que su madre la había amenazado con enviarla a unos “dormitorios”. Y a juzgar por sus antecedentes en el colegio, era una malhechora con todas las letras.

Una malhechora muy sexy.

Estacioné el auto en la entrada y corrí rápidamente dentro de la casa. Empecé a correr escaleras arriba y comencé a tomar las cajas que estaba regadas por todos lados. Algunas tenían escrito “libros y cosas de papelería”, por lo cual los almacené dentro del clóset. Destapé las que contenían los videojuegos y los acomodé de forma alfabética en mi porta CD’s.
Giré distraídamente a la ventana de al lado y noté que estaba abierta. Seguramente no contaba con que yo saldría más temprano que ella.

Sería una lástima que su ventana se trabara y tuviera que pasar el día con la ventana abierta. Tomé nuevamente la caja de libros y papelería y conseguí un pegamento de silicona. Me acerqué levemente a su ventana, justo cuando entró uno de sus hermanos.

-¡Hola, vecino! –exclamó.

Maldito seas.

-Hola –le saludé amablemente.- Iba a cerrar la ventana de Sky. Hay gente loca entrando a las casas por las ventanas.

-¿Tú formas parte de esa gente? –dijo con una ceja levantada. No respondí absolutamente nada y él añadió riendo.- Era joda. Debiste ver tu cara.
Tiré el pegamento mientras Cris se acercaba a la ventana.

-Que tengas buen día –murmuré.

¿Buen día? ¿Qué me pasa? 

Miré la hora, 11:10. Podía irme ahora y esperar a que salga. Bajé rápidamente las escaleras y entré en la cocina, tomé un poco de agua de la jarra y algo me detuvo en seco. Mamá había hecho brownies y los había dejado en la mesa. Tomé dos y retomé mi camino. Salí corriendo hasta el auto, hice rugir el motor y me dirigí nuevamente al colegio.

**

Estacioné el auto un poco más adelante, había muchos transportes escolares esperando a los chicos. Cerré el auto y me recosté mirando la puerta principal. Sky debía salir en cualquier momento. Seguramente había tenido una mala mañana por el problema que causó. Había guardado la mitad de un brownie para ella. Los brownies de mamá hacen que el peor de los días se convierta en el mejor.

Yo continuaba mirando la puerta, ya había sonado el timbre de salida. Al mismo tiempo mi celular sonó y lo ignoré completamente, sabía quién era. Maldición Sky, se supone que sales a las 11:25, son las 11:25. ¿Dónde carajos te metes?

El teléfono volvió a sonar y lo saqué de mi bolsillo. Era Jesse. Oh.

-Dímelo –contesté.

-Sacaste 99 en el parcial –dijo Jesse al otro lado de la línea.- fuiste una de las notas más altas del salón.

-¿Cómo que “una de las notas más altas”?

-Yo saqué 100 –podía escuchar su sonrisa.- En la tarde iremos a comprar boletos para Civil War, ¿vas a ir?

No podía creer que haya sacado 99 y no haya sido la nota más alta.

-Te odio –dije seriamente.

-¿Entonces sí vas? –respondió a cambio.

-Sí –murmuré de mala gana y añadí.- Nos vemos a las 2pm.

Y finalizó la llamada. A lo lejos pude divisar una cabellera oscura, junto con otras dos rubias. Ésa era mi chica.

Digo, Sky.

Me acerqué rápidamente hacia ella; las dos chicas me dirigían una mirada pícara. Seguramente ya les había dicho lo del beso.

-Vámonos –dije y la tomé del brazo.

-¡Espera! –exclamó y se zafó de mi agarre.- Las chicas me llevarán hoy.

Las gemelas sonrieron hacia mí y yo chasqueé mi lengua.

-Si no te llevo mamá me va a matar –murmuré

Ella retrocedió y tomó las manos de las gemelas.

-Le haría un favor al mundo.

Sabía que debía comerme ése pedazo de brownie. Me encogí de hombros y me dirigí a largos pasos a mi auto, deseando que mañana amaneciera lloviendo a cántaros. Tomé el pedazo de brownie y lo metí en mi boca.

Oh, por Jesús. Odio a esa chica.

Criando a mi novia♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora