Capítulo 8.
Liam.
Había regresado a casa luego de que la ridícula pseudo humana me empapara hasta la conciencia. Había mojado completamente mi franela azul, algo me decía que mamá me iba a poner a lavarla hasta que quedara blanca. Ojalá pudiera usar la cara de esa mocosa para restregarla sobre la mugrienta prenda.
Estacioné el auto detrás del camión de mudanza, aparentemente mamá no había movido ni una sola caja desde que me fui. Cuando vea mi camisa me hará limpiar la casa también, seguramente.
Era una loca de la limpieza, pero así la amaba.
Me bajé del auto y corrí hasta la entrada, aún llovía. El clima estaba perfecto para dormir, o tener sexo. Creo que lo primero es más factible. Entré a casa y pude apreciar un dulce aroma a chocolate; mi estómago se empezó a retorcer.
Mamá venía saliendo de la cocina, me sonrió y me abrazó.
-Hola, cariño –murmuró mientras bajaba lentamente la mirada a mi camisa.- Dios santo.
-No adivinarás qué pasó –dije y ella me miró esperando que le explicara. Cielos, era retórica mi frase.- Sky lo hizo
Mamá levantó las cejas.
-¿Sky? –Repitió
-¿No me crees? –Dije herido- Ella tomó una pequeña carcacha rosada y aceleró hasta al fondo para mojarme; solamente porque yo la mojé primero. ¿No es una inmadura?
Mamá continuaba mirando la camisa con severo disgusto. Tomé sus manos y la miré a los ojos.
-Yo la lavaré, mamá –dije tranquilamente y ella sonrió.
-No iba a hacerlo de todas maneras, tienes 24 –dijo y se devolvió a la cocina. Tiré el bolso en el piso, quité mi camisa y me fui tras de ella.
-¿Qué cocina…? –Mis palabras quedaron suspendidas en el aire cuando vi a la señora Dina sirviendo café en una taza. Automáticamente cubrí mi torso con la camisa.
La señora Dina me sonrió amablemente
-Hola, William. Un placer verte nuevamente –dijo y extendió la taza hacia mamá, quien estaba sentada- ¿no habrás visto a Kay por allí?
La vi, la mojé, ella me mojó y la volví a mojar.
-Hola. Nope –dije sonriendo.- Mamá, ¿qué cocinaste?
-Oh –articuló mamá y se levantó del asiento.- Hoy no cociné yo, la preciosa Dina trajo un exquisito almuerzo, junto con galletas Chips Ahoy.
Dina le dirigió una mirada fea a mamá.
-No son Chips Ahoy. Yo las hice –masculló
-Claro, claro –dijo tomando un plato
-Bueno, yo las compré –replicó Dina tomando un sorbo de café
Mamá puso en mi plato espaguetis a la carbonara con carne, junto con un poco de ensalada de tomate y pepino. Mi estómago se contrajo lentamente. Así debe verse la felicidad suprema.
-Gracias, señora Dina –dije sonriendo y tomando el plato. Mamá extendió un vaso de Pepsi hacia mí.- Gracias, mami.
Tomé el vaso y subí cuidadosamente hasta mi habitación. Mamá había hecho un poco de espacio, por lo que ya podía ver mi cama. Me senté allí y puse mi comida encima. No había nada más sabroso que comer un plato caliente y grande en un día frío. Junto con un vaso de Pepsi. La habitación olía a cajas y a moho. No quería abrir la puerta, por lo que pensé que sería mejor abrir la ventana. Claro, cuando dejara de diluviar
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Criando a mi novia♡
Teen FictionLas madres de Sky Crowley de 17 años y de William Crous de 24 años, son mejores amigas de la infancia e hicieron una promesa; sus hijos sin duda se casarían para ser una familia. Pero hay un pequeño problema; ambos se odian a muerte. Liam es un...