Capítulo 25.

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No olviden añadir la historia a su biblioteca, lista de lecturas, ect, para que estén al tanto de todas las actualizaciones♡

¡Haremos un espacio de preguntas y respuestas a las escritoras! ♡ Pueden comentar aquí preguntas que tenga sobre nosotras o sobre la historia, responderemos todas y cada de ellas♡ Nombres, edades, gustos, lo que se les ocurra. Sean creativas♡

No olviden seguir y llenar el tablero de mensajes de YorgechL, la genia detrás de los capítulos narrados por Liam♡ Yo soy la genia detrás de los capítulo narrados por Kay *inserte uñas*. Modestia aparte JAJAJAJAJA. Okya.

Gracias por los comentarios, realmente los leemos todos y les agradecemos inmensamente el apoyo♡

Capítulo 25.

Kay.

Se sintió tan bien halarle el cabello a la perra de Madison. Realmente quería limpiar el piso con sus malditas extensiones, pero Liam solo me sostenía como si yo fuera un perro con rabia.

Y luego de escuchar lo que realmente había pasado, solamente quería matarla. Me partió el corazón darme cuenta de que Liam realmente la había amado. Y mucho. Eso me hizo estar segura de que esa perra de Madison no tenía corazón, ni nada que se le pareciera.

No pude evitar abrazar a Liam. Él se veía tan frágil. Tan adolorido. Él me envolvió con sus brazos. Sentí envidia. Sentí celos de esa perra. ¿Cómo puedes simplemente jugar con una persona como Liam? ¿Como puedes simplemente acabarlo de esta manera?

-Se nos va a quemar la comida. -Murmuró Liam, sin apartarse de mí. Yo simplemente no quería dejar de abrazarlo, pero tuve que separarme del. Ambos volvimos a lo que estábamos haciendo antes, en silencio.

La comida estuvo lista. La servimos y nos sentamos uno al lado del otro en el mesón. Tomé un poco de la pasta con la carne; estaba simplemente delicioso. Liam cocinaba una bologñesa excelente.

-Liam. -Él levantó la mirada de su plato. Tomó un poco de jugo de fresa y luego limpió sus labios con la servilleta.

-¿Qué quieres? -Yo me removí incómoda. Él me había contado lo de Madison, así que yo repentinamente sentí la necesidad de revelarle algo de mí.

-Gracias por quedarte. -Le agradecí, casi en un murmuro. -No me gusta estar sola en casa. Y menos por tanto tiempo. -Liam me sonrió.

-Ya sabía eso, mocosa. -Dijo. Me percaté de que estaba terminando la comida en su plato. Yo me apresuré a terminar también.

Le tendí el plato. -Laválos. -Le dije. Pensé que iba a decirme que no era mi lacayo, pero tomó el plato y lo llevó al fregadero junto con el del. Los lavó rápidamente y los guardó. 

-Voy a lavarme los dientes. -Me dijo. -Ya regreso.
-Espera. -Lo tomé de la camisa. No quería que se fuera. Tenía miedo de que no regresa. Supongo que un rayo puede partirme ahora. Le acababa de decir que no me gustaba estar sola. -Tengo un cepillo nuevo en mi baño. -Liam me sonrió. Pensé que iba a decirme que me fuera al diablo, pero solo asintió. Caminó hacia mi habitación y yo le seguí dando saltos.

Fuimos al baño de mi habitación. Él comenzó a inspeccionar el lugar en busca del cepillo nuevo. Yo abrí una gaveta que estaba en una esquina, tomé el cepillo y se lo extendí. Él lo tomó y procedió a echarle pasta de dientes. Yo tomé el mío. Él lo miró y comenzó a reírse con el cepillo en la boca; mi cepillo era de un osito panda. Me ruboricé al instante. Ni mis hermanos habían visto mi cepillo.

-Si te ríes, te mato. -Lo amenacé. Él se encogió de hombros.

Luego de lavarnos, ambos nos acostamos en mi cama. Esta vez estaba tan satisfecha que no tenía ganas de luchar con él. Solo me tiré a su lado. Él cambió los canales hasta que encontró que estaban pasando Criminal Minds. Yo puse los ojos en blanco.

-Es repetido. -Murmuró Liam, para si mismo.

Yo estaba comenzando a tener sueño. Me estiré un poco y me acerqué peligrosamente a Liam. Quería abrazarlo de nuevo. Él pareció leer mis pensamientos, porque extendió sus brazos y con ellos me atrajo hacia él. Colocó mi cabeza en su pecho y me rodeó con sus brazos. Podía escuchar los latidos de su corazón. Estaba acelerado.

Estaba nervioso.

-Solo duerme. -Me dijo, suavemente. Yo le hice caso al instante.

***

Abrí mis ojos y me estiré perezosamente. Estaba cubierta con mi manta, pero Liam no se encontraba por ningún lado. De repente sentí miedo.¿Se había ido mientras dormía? ¿Me había dejado sola?

Le lancé una mirada a su habitación; estaba vacía. Entonces comencé a escuchar voces que provenían de mi sala. Bajé las escaleras lentamente, rezando que no fuera un asesino. Cuando llegué a la sala, Liam se encontraba sentado en el sofá junto con cuatro chicos más. Los cuatro chicos, que reconocí que eran sus amigos, estaban sentados en el piso alrededor de la mesa redonda de la sala, la cual estaba llena de libros, hojas y cuadernos.

Liam levantó la mirada de un par de hojas que tenía en la mano y se percató de que estaba allí. Apenas me miró, me sonrió, como si estuviera contento de verme. Eso me hizo...

Feliz.

-Al fin despiertas. -Me dijo, volviendo a sus hojas. -Espero que no te haya molestado que haya traído a los chicos aquí. Llegaron de imprevisto. 

-Lo cuál deberías agradecer -Dijo uno de ellos, sonriendo -, porque de no ser por nosotros, no te hubieras acordado del informe de clínica. -Liam lo fulminó con la mirada.

-Normalmente tu no te olvidas de nada. -Añadió otro.

-¿Sólo saben hablar, idiotas? -Liam puso los ojos en blanco.

Yo solté el aire que estaba reteniendo. No me había dejado sola.

Eran las 6pm. Antes de volver a bajar, subí a mi habitación de nuevo, me bañé y me cambié; una falda de jean y una camiseta azul. Tomé mis cuadernos y bajé de nuevo. Me senté en el mesón a hacer mi tarea. No quería estar arriba sola.

-¿Cuántos años tiene? -Murmuró uno de los chicos. Yo levanté mi mirada y pude ver que le murmuraba a Liam.

-17. -Contestó Liam.

-Te va llevar preso derechos de menores. -Dijo uno de ellos, riendo. -Podría ser tu hija. -Liam lo golpeó.

-¿A que edad la tuve, Sebastian? ¿A los 7 años?

Sebastian se encogió de hombros. -Se han visto casos.

-Liaaam. -Lo llamé. Decidí desviar su atención del tema, el cual era yo. Y era algo de muy mala educación porque yo estaba allí.  Malditos maleducados. -Necesito ayuda con este problema. -Liam se levantó y se acercó. Me percaté de que se había duchado. Olía a menta y a una loción muy masculina.

-Es fácil. Solo tienes que que colocar esto aqui. -Comenzó a resolver el tedioso ejercicio de matemática. Cuando se percató, lo había hecho todo. Era muy inteligente. Yo sonreí.

-Gracias por hacer el ejercicio por mí, maldito. -Sonreí. Liam frunció el ceño.

-¿Pero entendiste? -Me preguntó muy serio. Sí había entendido, pero quería joderlo un poco. No, espera, él tiene que estudiar. ¿Pero que me importa a mí? 

Yo soy malvada.

-William. -Lo llamó uno de sus amigos. Creo que se llamaba Samuel. ¿O Siri? No recuerdo. -Unas chicas quieren ir a parque de diversiones. ¿Quieres ir con nosotros?

Liam chasqueó la lengua. Luego me miró a mí. -¿Quieres ir? -Me preguntó. Le iba a decir que tenía que preguntarle a Mamá, pero luego recordé que ella estaba en un lugar en donde no había ni señal.

-No suena mal. -Le respondí.

-¡Genial! -Exclamó uno de los chicos, mientras guardaba todos los cuadernos y los libros bruscamente en su bolso.

-Ve a vestirte. -Me ordenó Liam. Yo miré mi vestimenta. Estaba decente.

-¿Qué tengo de malo? -Liam puso los ojos en blanco.

-Estás mostrando demasiado. -Dijo entre dientes. Yo chasqueé la lengua.

¿Cuál era el problema con mi ropa?



Criando a mi novia♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora