Capítulo 31.

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Capítulo 31.

Kay.

No podía creer lo que había pasado. Realmente no cabía en mi cabeza que haya estado en esa habitación en donde Liam se follaba a esa perra. Aahg, al menos le di sus cuantos golpes.

Maldita sea.

Apenas bajé del auto de Liam, entré a mi habitación, cerrando la puerta fuertemente. Comencé a quitarme toda la ropa, y ni siquiera me importó que la ventana estuviera abierta y que hubiera un frío del carajo. Me peiné el cabello hacia atrás y me lo halé un poco. Maldición, ¿Por qué rayos estoy enojada? En realidad no estoy enojada con Liam, estoy enojada con esa perra de Madison. No, en realidad estoy enojada con Liam por haberse enamorado de alguien como ella.

Sabía que esto estaba mal. Creí...¿Qué creí? ¿Que un universitario iba a andar de romance con una colegiala?

Fui una maldita mocosa.

No puedo darle a Liam tantas cosas. Soy una maldita virgen. Maldición, por esto es que no me gustan los noviazgos, por esto es que no me gusta el amor. No me gusta sentirme así.

Me acosté en mi cama y me metí debajo de mis mantas, cubriéndome de pies a cabeza. Mañana iba a ser otro día. Un día mejor. Este fin de semana fue perfecto, pero tengo que regresar a mi realidad. A mi maldita realidad.

Debería alejarme. Debo alejarme antes de que me enamore de Liam.

Antes de que me enamore más de lo que estoy.

Maldita sea. Estoy tan jodida. Tan, pero tan jodida.

Eso haré. Lo ignoraré hasta que vuelva a los dormitorios. Allí no pensaré más en él y no lo veré más. Solamente en vacaciones podré volver a casa, pero haré lo posible para evitar volver.

Saqué mi cabeza de debajo de la manta. Suspiré profundamente. Liam había dicho que no habían follado allí. Maldita sea. ¿Debía creerle?

Al final, él no tenía la culpa de que su ex fuera una perra. Ademas de que tenía que lidiar con ella, también tenía que lidiar conmigo.

Me senté en mi cama. Le eché un vistazo a su ventana; estaba abierta y la luz estaba encendida. Me levanté y me acerqué a la ventana.

Él estaba allí sentado con su cabeza en sus manos.

Esperaba que no estuviera así por mí. Esto era un asco. Quiero odiarlo, quiero estar enojada con él, pero simplemente no encuentro la razón para mandarlo al carajo. Liam levantó la mirada y se encontró con la mía. Abrió un poco los ojos por la sorpresa, pero luego desvió la mirada. Solo me percaté de que estaba en brasier y en bragas cuando una brisa entró por mi ventana y me erizó toda la piel.

No era el momento. Tragué grueso. Mi garganta de repente estaba seca. Si no íbamos a tener una maldito noviazgo, al menos no quería que terminaramos como al principio; odiandonos a muerte, yo creyendo que él era un maldito fenómeno y él diciéndome mocosa.

-Ey. -Murmuré.  Él levantó la mirada y me la sostuvo por un momento. Luego se levantó y comenzó a ordenar su cama.

-Estás desnuda. -Me dijo, sin mirarme.

-Lo sé, hay frío. Pero creo que hay cosas más importantes. -Le dije. Me relamí los labios. Rayos, no importa lo arrepentida que esté, no debería cambiar de humor tan drásticamente.

Pero que importa, soy una maldita pre puber.

-¿Por qué te enojaste? -Murmuró Liam, esta vez mirándome fijamente. Yo me encogí de hombros.

Criando a mi novia♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora