El sábado por la mañana mi madre me hizo madrugar más para ir a por el pan antes de irnos al pueblo, ya que ella tenía que recoger la casa y hacer la comida y si iba ella misma a por el pan no iríamos tan pronto como le advirtió a mi tía.
Así que me di una ducha rápida, me vestí, me calcé, me peiné y bajé a desayunar antes de hacer la tarea que me mandó la que me dio a luz.
Por el camino hacia la panadería me puse los cascos y así no oiría si me llamaban. Tenía prisa por volver a casa y si me encontraba a alguien por el camino perdería tiempo hablando con esa persona.
Llegué al local donde se horneaba todo tipo de cereal y compré el pedido de mi madre.
En el camino a casa volví a ponerme los cascos para seguir cantando en mi mente.
Sin darme cuenta fui a parar al carril bici que había al lado del pavimento de la calle donde vivía y como tenía los cascos puestos no me di cuenta que un chico venía en mi dirección y al darse cuenta gritaba que me apartase.
Por suerte logró frenar a tiempo pero su rueda delantera se encontraba a escasos centímetros de mí.
-¡Casi me matas!
-La culpa ha sido tuya por cruzarte por donde no deberías. Si estuvieses en la acera por donde los peatones tienen el deber de caminar no habría pasado esto.
-Y si me hubieses gritado que me apartase también.
-Pero si lo hice.-paró de gritar al ver que llevaba los cascos puestos.
-Esto lo explica todo...-dijo quitándomelos de las orejas.
-¿quién te ha mandado tocar mis auriculares?
-Yo mismo y eso es suficiente. Ahora me debes una disculpa.
-¿una disculpa?-lo miré incrédula-¡Jáh!Ni en sueños.
-Bueno pues entonces no me queda otra que atropellarte de verdad.
-¿qué está ocurriendo, Justin?-una voz masculina apareció de detrás del biciclista.<<¡Ostras!, ¿de dónde ha salido este chico? ¡Qué ojos! ¡Qué sonrisa! Es un Dios olímpico en persona>> pensé sin quitarle ojo.
-¿es verdad eso?-me preguntó el moreno.
-Yo...sólo...-me había perdido la conversación y no sabía de que estábamos hablando.- me...tengo que ir. Adiós.
Y me fui corriendo con la bolsa de pan en las manos.
No miré hacia atrás por lo que no sabía si me seguían o se quedaron en el sitio.
<<Ese Justin es un imbécil, casi me atropella y soy yo la que tengo que pedir disculpas, ¿en serio?>>
(***)
Por la tarde salí con mis mejores amigas a echar currículum por todas partes. No me importaba trabajar en un Día o Carrefour o de camarera. No es que tuviese mucha experiencia porque nunca antes había trabajado pero de pequeña me encantaba jugar a este tipo de cosas por lo que muy mal no creo que se me diese.
Y eso pensaba...pero los días iban pasando, hice muchas entrevistas tanto en supermercados, en tiendas, o en bares.
Lo teórico pasaba pero en cuanto practicaba en seguida se me caían las cosas, iba muy lenta o no me enteraba de lo que tenía que hacer.
El plazo para conseguir trabajo se iba agotando y mi madre estaba alegre por ello. Sabía que no quería que me independizase aunque me daba ánimos cuando estaba triste por no lograr superar ninguna práctica.
No, mi madre no es egoísta, lo que pasa es que no quiere estar lejos de su niña. Mis padres aunque viven juntos, porque mi hermano es demasiado pequeño, están separados y eso significa que ella sola no puede con todo.
¿Por qué mi padre no la ayuda? Porque tiene que trabajar y en sus días de descanso no pisa casa nada más que para comer y dormir.
-¡Cariño, despierta!-mi madre me balanceó de un lado a otro de mi cama hasta que vio que abrí los ojos.-están preguntado por ti.
-¿quién?
-Ángela.
-Dile que pase.
-Vale.-dijo saliendo de mi dormitorio.
A los pocos segundos tenía encima de mí a la loca de mi amiga dándome besos y abrazos sin dejarme respirar.
-Me ahogo.-me quejé.
Ella en seguida se quitó de encima, cogió una de mis manos e intentó levantarme de la cama.
-No vas a conseguirlo.
-¿que no?ya verás como sí.
Empezó a hacerme cosquillas pero me hice la dura y aguanté lo suficiente como para que se diese por vencida, sin embargo volvió a intentar tirarme.
-Sabes que te mato si lo consigues, ¿no?
-Merecerá la pena.-dijo con una sonrisa en la cara.
-¡Capulla!-le tiré un cojín empezando así una guerra de almohadas típicas de las fiestas de pijama.
Después de un rato de risas Ángela se puso seria e hizo que me pusiese algo formal y elegante pero no me dijo para que.
Le hice caso y 15 minutos estábamos saliendo de mi casa hacia no sé dónde.
-Aquí es.-dijo parándose en frente de una casa gigante hecha de ladrillos y piedra.
-¿De quién es esta casa?¿qué hacemos aquí?
-A ti te gustan los niños,¿no?
Asentí pero seguía sin comprender nada.
-Aquí vive una amiga de mi tía. Me ha dicho que necesita una canguro para sus hijas gemelas, a parte tiene un hijo mayor.-dijo dándome con el codo izquierdo y levantando las cejas-quizás os enamoréis y empecéis a salir. Ya es hora de que te eches un novio.
-Yo no quiero novio...y menos si es el hermano de quien debo cuidar. No quiero meterme en líos.
-Bueno...eso ya se irá viendo. Ahora a hacer la entrevista.
Mi amiga llamó al timbre y en seguida salió una señora alta,delgada,rubia con una sonrisa.
<<Se cuida bastante por lo que se ve,o es muy joven.>>
-Hola,usted debe ser Oriana. La mejor amiga de Ángela, ¿me equivoco?
-No, no se equivoca. Soy Oriana, Oriana Bianchi.
-Bonito nombre.-sonrió-yo soy Elena Rossi-me dio dos besos.-Encantada.
-Igualmente.
Elena y Ángela se saludaron y entramos las tres a la casa empezando así la entrevista.
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Mi Mejor Error
Teen Fiction¿Habéis sentido alguna vez un flechazo?¿Os ha pasado que caminando os habéis fijado en una persona y os habéis"enamorado" a primera vista?Pero,casi siempre es de una persona que sabes que nunca vas a volver a ver. Eso justamente le pasó a esta unive...