Capítulo XIX

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Pasó una semana desde que Oriana entró en aquel hospital, una semana en la que todos sus seres queridos estábamos acompañándola durante su estancia allí, sin apenas descansar, sin apenas comer...eso sí,nos bebíamos un montón de botellas de agua ya que al llorar por ella nos quedábamos deshidratados.

Esa noche en la que convencí a Verónica y a los demás que fueran a descansar un rato a casa,yo me quedé a su lado en todo momento,incluso cuando tenía ganas de ir al baño me aguantaba hasta que entrara alguna enfermera para ver como se encontraba.

Sin embargo,hubo un momento en el que nadie venía y yo no aguantaba más sin vaciar mi vejiga, así que rápidamente entré en el servicio de la habitación,y justo cuando volví escuché su voz.

-Ve..eenn....

¡HABÍA DESPERTADO POR FIN!

Me acerqué rápidamente a ella y comprobé que no era mi imaginación.

Sus pequeños ojos se abrían y se volvían a cerrar otra vez para pocos segundos después terminar de abrirse bien.

-¿Maverick?-Intentó sonreír.

-Sí,soy yo,cariño.-Sonreí con lágrimas de felicidad en los ojos.

Su mano intentaba levantarse en busca de la mía.

-No te muevas,tranquila.-Dije cogiendo su mano entre las mías.

-¿Dónde estoy?

-En el hospital.

-¿Por qué?

Me quedé callado unos segundos sin saber que decir,y justo cuando iba a abrir la boca el doctor entró en la habitación.

-¡Oriana!-Dijo sonriendo.-Ya era hora de que te despertaras.-Se acercó a nosotros.-¿Por qué no has avisado a nadie?-Me preguntó a mí.

-Yo...acaba de despertar.

-Bien,veamos entonces.-Dijo sacando una pequeña linterna del bolsillo de la bata.

Apuntó la linterna a los ojos de la chica antes de decirme que saliera un momento al pasillo.

Mientras llegaban enfermeras a la habitación con diferentes máquinas y aparatos llamé a todos para darles la buena noticia.


(Oriana)

El sol salió justo en el momento en el que el doctor nos daba la noticia de que todo estaba correctamente.

Todos nos alegramos de que hubiera salido todo bien,pero por otro lado yo estaba algo preocupada.

Maverick estaba aquí,a mi lado,pero no sabía si se tendría que alejar otra vez de mí.

Tenía miedo de que en cuanto me dieran el alta mi madre volvería a prohibirme estar con él...

-Ei,pequeña,¿qué te pasa?-Me preguntó mi novio preocupado.

-Nada...-le mostré una pequeña sonrisa.

-Te conozco y sé que estás pensando en algo.

-Solo que...tengo miedo.

-¿De qué?-Dijo sentándose a mi lado y pasando una mano por mi cara.

-De...perderte.

Él me abrazó,pero no dijo nada.

<<¿A caso él pensaba dejarme tirada de nuevo?¿Y si me había dejado de querer en estas semanas?¿Y si había encontrado a alguien y por eso se fue a Italia?>>

Pensando en eso me vinieron unas palabras a la mente:

  Perdón por haber llegado tan tarde...me fui a...España...no aguantaba estar con mi madre ni un día más,y si me quedaba aquí sé que todos me iban a juzgar.No te avisé porque...no quería preocuparte,además no sabía cómo contactar contigo sin decírselo a nadie más.Tenía todo planeado,no creas que te iba a dejar sola...quería encontrar un trabajo y un apartamento y después pensaba comprar un vuelo para ti,para que te vinieras conmigo a ese país,para que comenzáramos de cero y que nada ni nadie nos lo impidiera...  

Mi Mejor ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora