Capítulo XXII

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Alargué mi brazo derecho en busca del despertador y a tientas lo apagué.

No quería levantarme de la cama pero cuando recordé el motivo de mi alarma sonreí y me levanté velozmente.

Abrí mi armario, busqué el outfit ideal y tras una ducha me empecé a preparar para mi primer día en el curso de lectura.

Cuando llegué a la puerta del centro llamé al timbre y un chico de ojos azules con el pelo castaño tirando a rubio me abrió la puerta con una gran sonrisa

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Cuando llegué a la puerta del centro llamé al timbre y un chico de ojos azules con el pelo castaño tirando a rubio me abrió la puerta con una gran sonrisa.

-¡Bienvenida al mundo de la imaginación!-Me miró a los ojos.-Soy Alex Ferrero, profesor del curso.

-Gracias, yo soy Oriana Bianchi, encantada.-Le iba a dar un apretón de manos pero se me adelantó a darme dos besos.

-Igualmente Oriana, espero que disfrutes del primer día y del curso en sí, si te gusta la lectura, aunque sea solo un poco, el curso será de tu agrado.

-Eso espero.-Sonreí.

Él se hizo a un lado para que entrara y después de cerrar la puerta me enseñó un poco el local.

Nada más entrar veías un cuadrado con 4 puertas, la primera a la izquierda eran los servicios, y la de la derecha una oficina, donde vine hace dos días a inscribirme, después se encontraba una sala pequeña donde había unas pocas mesas y sillas y una pequeña barra donde se encontraba una chica que hacía de camarera, las diferentes estanterías con bebidas de todo tipo, una cafetera y un mini-frigorífico con más bebidas.

Y la última puerta daba lugar a un pasillo no muy largo que te llevaba a las diferentes aulas  con pizarras, mesas y sillas, donde se impartían algunos cursos, y una pequeña pero bonita biblioteca donde pasaríamos ciertas horas del curso.

Alex fue a abrir la puerta mientras yo me dirigía a una de las aulas donde ya se encontraban algunas personas sentadas.

Decidí sentarme en la silla más cercana a la que se suponía que sería del profesor, y saqué de mi bolso un cuaderno y un bolígrafo.

Poco a poco la sala se fue llenando hasta que solo había dos sillas libres, todos eran de mediana edad, salvo por un chico que tendría unos pocos años más que yo, llevaba un gorro negro con letras blancas.

Alex entró y cerró la puerta tras de sí y escribió la palabra 'Libros' en la pizarra.

-Buenos días a todos, soy Alex Ferrero y no, no hago bombones ni nadie de mi familia.-Todos reímos- sino que escribo e imparto cursos sobre libros.-Continuó.-Antes de empezar quiero que de uno en uno digáis vuestros nombres y me digáis que es para vosotros un libro, ¿de acuerdo?

Todos asentimos aunque yo estaba algo nerviosa pues no me gustaba hablar mucho en público.

-Bien, señorita, ¿quiere empezar?-Su mirada se dirigió hacia mí.

En seguida me ruboricé y nerviosa asentí.

-Hola, soy Oriana Bianchi, y para mí un libro es...una manera de transportarme del planeta Tierra hacia diferentes lugares para evadirme un poco de la realidad, una manera de transformarme en diferentes personas y comprender muchos puntos de vista o al menos intentarlo.Los libros para mí son algo muy importante pues gracias a ellos puedo aprender vocabulario nuevo, formas retóricas, puedo corregir y mejorar mi ortografía...-Sonreí.-La gente dice que la realidad no es como los libros, y es verdad, quizá no todo lo que leemos es verdad, pero nos sirve para vivir mil aventuras, para desarrollar nuestra imaginación.

-Wow, excelente.-Aplaudió el profesor.

-Gracias.-Me sonrojé aún más.

-Siguiente.-Señaló al chico joven que se había sentado detrás mío.

-Hola, yo me llamo Mateo Mancini, y después de la reflexión de Oriana no creo que pueda añadir mucho más. Estoy muy de acuerdo con lo que ha dicho, sobre todo en que la realidad no es como los libros, pero yo eso lo veo como un punto algo negativo puesto que a veces, sobre todo si hablamos del amor, nos hacen creer en un mundo en el que no hay problemas, o que se arreglan fácilmente, y algunos buscan el camino fácil cuando no debería ser así. 

>>Yo creo que deberíamos escribir historias más realistas, y ese es uno de los motivos por los que estoy aquí, quiero cambiar un poco eso, aprender a escribir para crear novelas basadas en la realidad.

-Sí es verdad que hay gente que cree que todo es de color de rosa gracias a los libros, pero también eso se debe a las películas y series, pero yo no creo que deberíamos cambiar eso, sino aprender a separar la realidad de la ficción.

-Pero hay personas que no son capaces de eso, por lo que yo creo que deberíamos escribir más realidad.

-Bueno chicos, estamos dando nuestras opiniones, ya habrá tiempo de debatir, ahora es el turno del siguiente.-Dio el turno de palabra a una señora delgada con gafas.

Después de hablar todos Alex nos explicó que íbamos a ver durante el mes que duraba el curso, y nos explicó que al finalizar deberíamos presentar todos una historia para un concurso que organizaba el centro.

El ganador tendría la oportunidad de poder publicar su historia y venderla; era una gran oportunidad para empezar a ser escritor, para cumplir uno de mis sueños, aunque si no conseguía ganar no me iba a rendir y seguiría escribiendo como hasta entonces lo había hecho.

Después de 2 horas teníamos un descanso de media hora, momento que aproveché para ir a la "cafetería" y tomarme un café con leche.

Me senté en una de las mesas que estaban vacías y saqué el móvil para hablar con las chicas y contarles como iba la mañana.

-Hola, ¿me puedo sentar aquí?-Dijo una voz masculina.

Levanté la cabeza y me encontré con los ojos azules tan hipnotizantes que tenía el profesor.

-Hola...claro.-Me sonrojé.

-Oriana, ¿verdad?

-Sí.

-Bien, he acertado.-Sonrió.-Es que no soy muy bueno con los nombres, aunque al ser la única chica joven se me habrá quedado más fácil por eso.

-Supongo, no te preocupes.

-¿Te está gustando?

-Sí, la verdad que está siendo muy entretenida la mañana.

-Me alegro, si te soy sincero pensé que no tendría mucho éxito el curso, que a penas se apuntaría gente pero...me he llevado una gran sorpresa al ver que eráis 30 los interesados.

-¿Es el primer curso que haces?

-Sí, bueno yo solo es el primero, en alguna ocasión he dado otros cursos a niños o con escritores de verdad.

-Pues se te da bastante bien para no tener experiencia.

-Gracias.-Volvió a sonreír.

No podía apartar la mirada de sus ojos ni de su sonrisa, y fue en ese momento en el que me di cuenta que eso podía ser un gran problema, que estaba cayendo otra vez donde no debía.







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