Capítulo XXI

6 0 0
                                    

En seguida fuimos Rose y yo a hablar con la policía mientras mis amigos me esperaron en el parque más cercano ya que no me querían dejar sola en esta situación, pero tampoco podíamos aparecer todos en la comisaría.

Les contamos lo que ocurrió y todo lo que sabíamos de él antes de su desaparición y cuando tuvieron todo lo necesario nos dejaron marchar tras darnos unas palabras de ánimo.

Durante toda esa semana estuve pendiente del móvil pero no tuve ninguna noticia, ni tampoco Rose.

Mi relación con ella era cordial y formal, pero había mejorado un poco con la situación y aunque sabía que no me iba a dejar seguir con su hijo, ambas teníamos un objetivo en común: Encontrarlo sano y salvo.

(***)

El tiempo iba pasando y la policía no contactaba conmigo, Rose tampoco me decía nada y cada vez contestaba menos mis llamadas.

Yo andaba preocupada por Maverick y mis sentimientos continuaban ahí, pero estaba aprendiendo a vivir sin él, sin sus besos, sin sus abrazos, y el apoyo de mi madre, mi hermano y mis amigos estaba sirviendo de mucho.

Los recuerdos de los pocos momentos vividos con el amor de mi vida no parecían desaparecer, pero aprendí a vivir el presente sin preocuparme nada más que por mí.

Empezaban a pasar los años uno detrás de otro y tras empezar a ir a terapia empecé a encontrarme mejor, a centrarme en mí y ser un poco más egoísta.

Mi carrera universitaria se quedó en el pasado, no me convecía del todo y decidí dejar los estudios al menos por un tiempo, hasta que un día paseando con mi mejor amigo Fran vi un cartel que me llamó la atención: "¿Te gusta viajar a mil lugares?¿Vivir mil aventuras? Con el curso de escritura y lectura podrás dejar volar a tu imaginación y perseguir tus sueños. Llama gratis a (número de teléfono) y pregunta por Alex. ¡Apúntate al curso por tan solo 150€!" 

Guardé en mi agenda el número de ese tal Alex y cuando llegué a casa no dudé en llamar.

Tras una charla de 5 minutos en la que Alex me dio la información necesaria de como y donde apuntarme, empecé a dar saltos de alegría.

-¿Y a ti que bicho te ha picado?-Preguntó Paola riendo.

-Uno que se llama Alex.

-¿Alex? ¿Cómo...?

-Tranquila, no es el mismo Alex.

Ella suspiró.

-¿Y entonces quién es?

-¡Mi nuevo profesor!

-¿Profesor?¿De qué?¿Vas a estudiar de nuevo?

Asentí y la expliqué lo que me había contado el chico por teléfono.

-¡Ay, me alegro un montón que empieces a rehacer tu vida!

-¿Rehacer mi vida? ¡Si solamente voy a estudiar algo que siempre me ha llamado la atención.

-Ya lo sé tonta, pero por fin te das cuenta que debes volver a hacer aquellas cosas que te gustan y dejar de quedarte en casa pensando en...ya sabes.

-Él ya es pasado, supongo que estará bien en España, aquí o donde sea...su madre me dejó claro que había aparecido pero que no iba a dejar que supiera más de él.

-Lo sé...aunque no creo que esté aquí, porque tarde o temprano te lo habrías encontrado, pero ya han pasado 5 años y ni una sola vez lo hemos vuelto a ver.

-Ya...

Paola me abrazó y me consoló, ella era la única que entendía lo difícil que era para mí olvidar a aquel chico... y por eso era con la única que podía hablar de vez en cuando de ello.

Después de estar abrazadas un rato mientras yo pensaba en el pasado, me levanté y fui al baño a lavarme la cara, sacar una gran sonrisa y repetirme aquella frase que mi terapeuta me había recomendado: "Oriana eres fuerte, debes centrarte en ti y en el presente, disfruta de la vida que son dos días y quiérete, mucho".

-¿Estás bien?-Preguntó Paola desde fuera del servicio.

-Sí, como nueva.-Abrí la puerta y sonreí.-Gracias cielo.

-No hay de que, ya sabes que conmigo vas a poder desahogarte sobre eso...aunque los demás te apoyen no te comprenden tanto como yo en ese aspecto, pero ya sabes como son, ellos son más realistas.

-Lo sé, y sé que quieren lo mejor para mí, pero a pesar del tiempo no lo he podido olvidar...no como me gustaría...pero poco a poco estoy en ello.

-Y lo vas a conseguir, te lo aseguro, aunque te lleve más tiempo de lo que piensas...y quizás en ese curso conozcas a alguien que te ayude.-Me guiñó el ojo.

Reí por la idea de mi amiga, pero quizá tenía razón, era una buena oportunidad para conocer gente nueva y que surgieran nuevas amistades o...algo más.

Aunque...con los pensamientos y sentimientos que tengo todavía por Maverick...me va a costar.

En estos 5 años no penséis que no he conocido gente, al contrario, he tenido alguna que otra cita, a veces a traición por parte de Fran, Justin o Ángela, pero otras veces por parte mía...sin embargo nunca me veía preparada para tener algo serio con nadie, así que he tenido algún amigo especial, pero al final decidía siempre cortar por lo sano antes de que llegaran a sentir algo por mí.

En ese momento mi móvil empezó a sonar.

-Hola Nate.-Le saludé de forma amable.

-Hola guapa, ¿te apetece ver una película en mi casa?

-Pues...ahora no es que tenga muchas ganas, quizás si voy me duerma en mitad de la película y...

-Venga nena, anímate, si sabes que al final la película la montamos entre nosotros...ya sabes.

-Lo siento pero no, ya hablaremos.Adiós.-Y colgué.

Desde un principio sabía para que me llamaba, pero no tenía ganas aunque tampoco quería ser una borde.

Nate es uno de mis amigos especiales, le conocí un día de fiesta y me cayó bien al instante, pero en ocasiones es un poco persistente y me agobia.

-¿Con quién hablabas?-Preguntó Ángela.

-Con Nate, ya sabes.

-¿Y vas a quedar con él?-Me dedicó una sonrisilla.

-No me apetece ahora.

-¿Por qué?No me digas que ya estabas pensando en eso otra vez...

-¡Qué va!-Mentí.-Solo que Nate es un poco pesado a veces...

-Oh,ya lo entiendo, pero es que le gustas...¿por qué no le das una oportunidad?

-¿Estás loca?

-Te vendría bien salir con otros chicos, desde que Maverick desapareció no has salido con nadie más, te has vuelto una sosa en ese aspecto...

-Es mi vida, no tienes por qué decirme que tengo que hacer.

-Pero soy una de tus mejores amigas y quiero recuperar a mi gran sonriente amiga Oriana.

-Sigo siendo la misma.

-No te engañes, sabes que tengo razón.-Se encogió de hombros.-Pero sí es tu vida, perdón si te ha molestado lo que te he dicho, no era mi intención.-Me sonrió y me dio un beso.

-No te preocupes.-Le di otro beso.



Mi Mejor ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora