Capítulo XX

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Insistí un poco más pero recibía la misma respuesta: "El teléfono al que llama no está disponible en este momento..." así que me rendí y decidí esperar a que fuera Maverick quien me llamara.

Justo en el momento en que nos íbamos a sentar todos a cenar la puerta de entrada sonó y mi madre fue a abrir, segundos después un niño rubito vino corriendo a mis brazos.

-¡Tataaaaaaa, me alegro que estés ya buena!

Me contagió su sonrisa y le empecé a dar muchos besos.

-¡Cuanto te eché de menos Danielito!-Dije con una gran sonrisa.

-¡Qué no me llames así!-Se quejó.

-Anda, si sé que te encanta en el fondo y que echabas de menos ese apodo.

Él negó con la cabeza.

-¿Eso es tortilla de patata?-Preguntó con los ojos bien abiertos y con baba que le salía de la boca.

-Sí, pero para ti no hay.-Le saqué el pico.

-¡Claro que sí, cariño!-Me llevó la contraria mi madre.-¡Deja en paz a tu hermano!-Me regañó.

Mi padre entonces apareció en el salón.

-¡Oriana, hija mía!

-Hola papá.-Me levanté a saludarlo por cortesía, pues después de saber la verdad de todo mi relación con él se había enfriado aún más.

-¿Qué tal te encuentras?

-Sana y salva.

-Me alegro mucho, a ver si vienes más por casa y salimos a pasear juntos.

-Bueno...-dije mordiéndome la lengua por respeto a los invitados y a mi hermano.

-Yo me voy a casa, ¡qué aproveche!

-Gracias.

Cuando mi padre se fue empezamos todos a cenar.

(***)

Llevaba dos semanas sin tener noticias de Maverick, dos semanas en los que no quería salir de casa a pesar de que todos me intentaban convencer, dos semanas en los que ni Fran ni nadie lograba contactar con él y mi madre me prohibió hablar con Rose pues sabía que ella no me iba a decir nada y lo pasaría peor.

-¡Oriana, como me llamo Justin te juro que si me abres voy a tirar la puerta abajo, te agarraré de las orejas y te vendrás conmigo a dar una vuelta!

Suspiré, le abrí, pues sabía que él era capaz de hacerlo, y me eché de nuevo en la cama echándome por encima la manta hasta taparme la cara para poder llorar.

-Bebe un poco de agua y come algo, por favor, no puedes seguir así.

-No.

-¿Quieres volver al hospital?

-Si es la única manera que tengo de contactar con él sí, parece que solo vuelve cuando estoy en una situación grave.

-Mira cielo, la vida continúa y si no se ha puesto en contacto contigo será por alguna razón lógica, él te ama pero la situación es difícil.

-¡Él mismo me dijo que tenía miedo de perderme! ¿y ahora desaparece sin más?

-Quizá haya comprendido que por más que luchéis, vuestras familias nunca van a estar de acuerdo y que lo mejor es que os olvidéis mutuamente y sigáis con vuestras vidas de manera separada.

-¡No, él no es así, sé que no se rendiría tan fácilmente!

-No te fíes ni de tu propia sombra...

-¿Has venido para animarme o para destrozarme aún más?

-Oriana.-Dijo serio.-Te has convertido en una gran amiga para mí y la realidad es así de dura, solo te digo las cosas como son, o al menos como las veo.

-Pues si tan amiga soy para ti deberías apoyarme.

-Y lo hago, pero yo creo que de verdad lo mejor es que no insistas, en que empieces a olvidarlo y centrarte en ti misma.

Lo único que se oía en ese momento eran mis sollozos.

Justin me quitó la manta, hizo que me sentara y me abrazó con fuerza.

-Solo quiero lo mejor para ti, créeme.

-Lo sé, y lo siento por ponerme así.-Le miré a los ojos.-Pero es que ya no sé que pensar, no sé si preocuparme por si le ha pasado algo, enfadarme porque no me dice nada o que...

-¿Sabes que tienes que hacer? Salir de la cama, darte una buena ducha, relajarte y nos vamos a donde tú quieras, al cine, a dar un paseo, a por un helado o lo que sea. Vive el presente sin preocuparte, tarde o temprano vamos a saber qué ha pasado, hasta entonces disfruta con nosotros, tus seres queridos.

-No tengo ganas de nada...

-Ya lo sé, pero ya verás como cuando salgas a la calle después de tanto tiempo te vas a sentir algo mejor.

Resoplé y terminé haciéndole caso.

(***)

-Oye cielo.-Me susurró Paola-¿esa no es Rose la madre de Maverick?-Señaló con la mirada a una señora.

-Sí, y parece que viene hacia aquí, parece nerviosa.

Cinco segundos después Rose me miró enfadada.

-¿Dónde está Maverick? ¿Está contigo verdad?-Parecía sofocada-¡MAVERICK COMO NO SALGAS DE TU ESCONDITE TE JURO QUE...!

-Señora, se equivoca, su hijo no está aquí.-La interrumpí.

-Llevamos dos semanas sin saber de él.-Continuó mi amiga.

-¡NO ME MINTÁIS, SÉ LO QUE INTENTÁIS HACER PERO NO OS VAIS A SALIR CON LA VUESTRA!-Si estuviésemos en unos dibujos animados su cara aparecería roja y le saldría humo por la nariz.

-¿De qué estás hablando?

Su expresión cambió, ya no estaba enfadada sino preocupada, parecía que me creía.

-¿Seguro que no sabéis nada de él desde entonces? ¡Lo último que sé es que se fue de casa hace tres semanas!-Hizo una breve pausa.-Espera, ¿cuándo fue la última vez que lo viste?

-Ya te lo hemos dicho, hace dos semanas.-Dijo un poco histérica Paola.

-¿Dos? Imposible si...se fue de aquí hace 3.

-Vino a verme al hospital, estuve en coma.-La expliqué.-Y cuando me dieron el alta continuaba aquí, pero a partir de por la noche no supe nada de él, ni llamadas, ni mensajes, ni encuentros.

Las 3 comenzamos a preocuparnos, no sabíamos que hacer y permanecimos en silencio pensando en mil situaciones que podrían haber sucedido.

-¡Ya estamos!-Aparecieron Justin y Ángela sonriendo, pero al ver a Rose y nuestras caras se preocuparon-¿qué sucede?

Les explicamos la situación y ellos en seguida pensaron que la mejor solución era recurrir a la policía, pero teníamos miedo y decidimos esperar un poco más.

Todos intentamos localizarlo desde el móvil, pero a ninguno nos respondía las llamadas.

-No quería hacerlo pero creo que lo mejor es que la policía nos ayude, ellos tendrán más idea.


Mi Mejor ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora