La Hermana De Kagami.

Capítulo 16: Locuras

Al día siguiente Riko llevo a todos a su segundo campamento de entrenamiento, este sería en las montañas.

Todos fueron excepto Taiga Kagami.

Riko explico que Taiga iría a América a entrenar con su maestro.

- ¡Los Kagami van y vienen cuando quieren!- dice enojada alborotando fuertemente el cabello rubio de Kaori.

- Riko-san, eso duele - se queja Kaori.

- ¿Cómo es el maestro de Kagami?- pregunta Hyuga a Kaori cuando Riko la deja en paz.

- Hum...- dice Kaori ladeando la cabeza mirando al techo - Única - responde simplemente dejando con dudas a todo mundo.

- Si, bueno...- dice Koganei - creo que el capitán se refería a su forma de entrenar -

- ¿Su forma de entrenar?... Es muy... Hum... Duro y loco - otra vez deja con dudas a todo mundo con esas pobres descripciones.

El padre de Riko entra al gimnasio, amenazando con una pistola a los chicos.

- ¿¡Quien se atrevió a ver a mi hija desnuda ayer!?- dice con cara amenazante.

Los chicos balbuceaban explicaciones rápidamente.

Riko golpea a su papá y le pide que empiece a trabajar.

- Durante un mes entrenarán con mi padre - les avisa.

- Si, así que todos sin camisa ahora - dice el señor Aida.

Después de explicarles a cada jugador lo que puede hacer (en especial una ayuda a el capitán Hyuga para sus tiros de tres) los mandó a jugar "policías y ladrones" por la montaña.
[...]
Pasaron dos semanas.
Todos seguían las indicaciones del padre de Riko, siguieron entrenando duro para mejorar sus habilidades individuales para hacer fuerte al equipo.

Kaori también hacia lo que podía, reuniendo información y creando, con Riko, estrategias tácticas para ir contra Too. Tal vez no fuera cómo Momoi, que predecía los avances de los jugadores, pero hacia un buen trabajo con los dibujos en los puntos fuertes de cada jugador.

Kaori se seguía encargando de la comida después de que el primer día Riko hiciera la comida y le pusiera vitaminas que no eran necesarias a la comida y todos casi murieran al comer.

Sin embargo un jueves por la noche Kaori no salió de cocina, estaba preparando la comida (desayuno, comida y cena) del día siguiente.

Término muy tarde, al día siguiente se despertó a medio día, los chicos corrían por la montaña.

Kaori se puso un pans negro con una línea rosa en la parte lateral de ambas piernas, una camisa blanca de manga larga, un par de tenis amarillo y una sudadera rosa, y fue a buscarlos en la montaña.

Se trepó a un árbol esperando a que alguien pasará por ahí.

Espero quince minutos y en efecto alguien se paró debajo de la rama en la que estaba.

- ¡Hola!- saluda Kaori colgada de cabeza, mantenía sus piernas fuertemente agarradas a la rama del árbol.

- Hola - responde Kuroko con la respiración agitada, los demás se habían adelantado y olvidado de el que jugaba de ladrón.

- ¿Qué haces?- pregunta Kuroko cuando su respiración se calma un poco - Te vas a lastimar -

- ¡Claro que no! Estoy bien sujeta - dice dándose un golpecito en las piernas.

- Estás loca -

- Un poco de locura viene bien, somos jóvenes - dice Kaori bajándose del árbol, parándose muy cerca de Kuroko poniéndose el dedo en los labios, cómo si lo que dijera fuera un secreto entre ellos.