—¿Y habéis mirado bien? —murmuró Dahlia, apoyada contra la caravana, con los brazos cruzados sobre el pecho.
—Ya te he dicho que sí —gruñó Arizona, y se dio la vuelta, levantando los hombros.
—Tal vez no hayáis mirado bien, tal vez...
—¿¡Tal vez que?! ¡Si tanto quieres asegurarte ve tú, Dahlia!
Rick apoyó una mano en el hombro de Arizona, diciéndole que se calmara, pero ella se limitó a apartarlo e irse.
—Joder, puta borde de mierda —susurró Dahlia, y suspiró—. Me toca ir a mi, vosotros quedaos aquí.
Cogió su arco de encima de uno de los coches, y empezó a andar hacia el arcén de la carretera cuando le agarraron de la muñeca.
—Ey, ey, ey —dijo Shane—. No vas a salir ahora, dejanos cinco minutos y vamos todos.
—No hace falta que estéis siempre detrás de mi, Shane. Ni tu, ni Rick, ni Daryl. No soy tonta, no necesito niñera —se quejó y tiró de su propio brazo.
Siguió su camino, y Rick se giró hacia Carl, y le pidió ayuda con los ojos. El niño pequeño asintió, y se aclaró la garganta antes de soltar un quejido que retumbó por todo el lugar.
Dahlia se giró de golpe, y clavó su mirada ilusa en el niño que se llevaba las manos al estómago.
—M-me duele mucho... Papá me duele...
Rick miró a Dahlia, con falsa pena, y esta lo apartó rápido para caminar hasta Carl y cogerlo en brazos, haciendo que el niño la abrazara por el cuello y pusiera las piernas al rededor de su cadera, mirando victorioso a su padre.
—M-me duele Dahlia... —susurró, y escondió el rostro en el cuello de la chica, abrazándola más fuerte.
Ella le besó la cabeza, y sonrió dulcemente.
—¿Y si te consigo algo para comer, eh? ¿Te gusta el chocolate?
Rick sonrió también, mirando a Shane y este suspiró.
—Al menos eso la mantendrá ocupada un rato.
—No creo que le guste que le mientan así, Rick.
—No es mentir —murmuró, observando contento como Carl se reía como hacía tiempo que no lo veía, a la vez que Dahlia sacaba una caja de bombones derretidos de su mochila y le manchaba la cara de chocolate al niño—. Es un pequeño truco de nada, además es por su bien.
—¡Papá!
Los dos hombres se giraron hacia Carl, que trataba de mantener la puerta cerrada de un coche, mientras Dahlia forcejeaba para abrirla, con la cara y el cuello llenos de chocolate.
—¡PAPÁ AYUDAME! —se reía.
—¡Maldito enano, vas a ver! —se rió Dahlia, y abrió la puerta, agarrándolo.
Lo sacó del coche sin soltarlo, y lo sentó en el suelo. Cogió una botella de agua, y se sentó también.
Rick suspiró, sin dejar de observarlos. Dahlia se llenó las manos de agua, y mientras con una sujetaba con cuidado la cara del niño pequeño, con la otra le limpiaba las manchas marrones de la piel. Le giró un poco la cabeza, y se giró hacia los dos.
—¿Tenemos tijeras? —les gritó, y se levantó agarrando la mano del niño.
Shane asintió, y Rick la miró confuso.
—¿Para que?
—Para cortarle el pelo a tu hijo, Grimes —se rió ella, sentando al niño sobre el capó del coche—. Obviamente no son para confeccionarme un vestido de gala.
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To write love in Dahlia's arms [PAUSED]
RandomDahlia perdió a su hermana pequeña. No sabe donde esta, ni si esta viva, pero eso no evitará que la busque a pesar de que el mundo se haya ido a la mierda. En su búsqueda, conocerá a un grupo un tanto especial, con gente que acabara formando parte d...