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Ruby con cinco años (foto) No he encontrado a ninguna niña pequeña vestida de princesa que encaje con mi personaje... 

Mientras todos se ocupan de los preparativos de la boda, yo me ocupo de cuidar de George. Y estoy más que encantada con mi tarea. Incluso recojo flores frescas del jardín para ponerlas siempre en su mesilla de noche. Nos dedicamos a jugar casi todo el tiempo, mientras que todos los demás tienen que hacer un montón de tareas. No es demasiado justo, pero no quiero dejar a George, al menos hasta que se encuentre bien como para levantarse de la cama. Qué ocurre dos días más tarde, cuando la señora Weasley me asigna tareas que tienen que ver con la boda. 

Remus y Bill no pudieron encontrar en cuerpo de Ojoloco, lo que ha tenido a la gente un poco nerviosa. Yo solo puedo limitarme a tratar de ayudar al máximo y compartir con Minerva lo mínimo de información. Siempre le leo las cartas que escribo a Molly antes de enviarlas. 

El señor Weasley confiesa en una de las conversaciones que la profesora de Estudios Muggles ha dimitido y que no se sabe nada sobre ella desde hace semanas. 

La señora Weasley recoge todos los platos y nos sirve tarta de manzana. ¡Dios, cómo echaba de menos la tarta de manzana! 

-Tenemos que decidig cómo vas a ig disfgazado, Haggy -comienza Fleur-. Paga nuestga boda. No vamos a invitag a un Mogtifago a nuestga boda pego después del ataque alguien puede intentag hacegter algo en la boda. 

Los Delacour aparecen a la mañana siguiente a las once en punto. Afortunadamente estoy presentable. Nada de rollo neoyorkino por ningún lado y mucho vestido de flores vaporoso por todas partes. Son franceses, supongo que les irá la sofisticación europea. 

El señor Weasley aparece cargando el equipaje de y guiando a una mujer con una cuidada melena rubia. La madre de Fleur. 

-Maman! -llora Fleur mientras corre hacia ella-. Papa! 

El padre no es tan guapo con la madre, tiene una pequeña barba negra y es más bajo. Pero de cara amable. Hay una serie de halagos por parte de los padres de Fleur y después presentan a su hija Gabrielle. Una mini-yo de Fleur. 

Durante la estancia de los Delacour allí me alineo un poco con la hermana de Fleur, Gabrielle porque parece no hablar mucho inglés y yo sé el suficiente francés como para entender sus simples conversaciones. Fleur y Gabrielle se trasladan a la habitación de Percy, y Bill duerme en la de Charlie, que ahora me entero que también es suya. Al parecer cuando yo me quedé en esa habitación la cama faltante estaba quitada. Ahora que Charlie va a venir de Rumanía la han vuelto a poner. Lo que nos deja a Hermione, Ginny y yo compartiendo habitación. 

Lo malo es que el señor y la señora Weasley duermen en el sofá, porque no hay espacio para tantos. Les dejaría mi cama, pero duermo en una cama de acampada, no en un cama de verdad.  Por bastante cómoda que sea. 

Ron, Harry y Hermione siempre salen de la casa con la excusa de dar de comer a los pollos y gallinas, mientras que yo permanezco el tiempo que no tengo que pasar en las zonas comunes, encerrada en la habitación de Ginny, haciéndome la manicura. Bueno, decidiendo cómo me voy a pintar las uñas. Al final acabo pintándomelas de color gris, para que haga algo de contraste con el traje que voy a usar en la boda. Tampoco es como si dispusiese de demasiadas opciones tampoco. 

-¡Hey! -saluda George mientras pasa al interior de la habitación de Ginny-. ¡Menudo jaleo hay abajo! -comenta mientras se sienta junto a mí en mi cama desmontable. 

-¿Por qué crees que estoy aquí? -pregunto mientras me rio y señalo la habitación-. Tu casa parece un hotel. Tal vez debería pagarle a tus padres algún tipo de pensión. O puedo irme a un hotel. 

-¿Pero que dices? -Niega con la cabeza, que aún está cubierta por vendas que cubren su oreja-. Aquí estás más segura que en un hotel. Mamá no dejaría que te fueras. 

Me rio entre dientes. Definitivamente, la señora Weasley no dejaría que me fuera. 

-Mañana pondremos la carpa para la boda -anuncia-. ¿Has estado antes en una boda? 

-Soy de Nueva York, no de Marte -le recuerdo. 

George se deja caer hacia atrás y se ríe a carcajadas. 

-¡Pues claro que he estado antes en una boda, idiota! -exclamo mientras le doy una suave palmada en el muslo-. No en muchas, pero eso no importa. Mis padres celebraron una boda super divertida cuando yo tenia cinco años -comienzo a contar-. Había encontrado el álbum de fotos de su boda y me enfurecí al no verme en las fotos .-Me rio ante el recuerdo-. No entendía por qué no salía en ninguna de las fotos. Mis padres trataron de convencerme de que yo no había nacido cuando ellos se casaron, pero yo los acusé de no invitarme a su boda. Ellos dieron su brazo a torcer y decidieron celebrar una nueva boda en casa. Invitaron a mis abuelos, que vivían por aquel entonces y celebramos una especie de ceremonia muy extraña. Recuerdo que ese día hacía un calor horrible, pero yo estaba empeñada en celebrar la boda en el jardín por lo que mis padres, que se habían comprado unos disfraces de boda, se tiraron a la piscina con los disfraces y me pidieron que los casara. Me sentí la persona más poderosa del mundo, te lo juro, les hice prometer que siempre se querrían, que nunca se pelearían, que nunca dejarían pasar un día sin besarse o abrazarse... les hice prometer tantas cosas que casi no las recuerdo. Después de eso los dos se lanzaron al agua en el embarcadero, mis abuelos no dejaban de murmurar «Están locos. Están locos» Yo me reía a carcajadas... y estaba vestida con un pomposo traje rosa de princesa y una tiara de plástico con diamante de mentira que brillaban bajo la luz del sol. Me sentí tan feliz que corrí por el embarcadero y me tiré en los brazos de mis padres. Así que... fui a la mejor de las dos bodas que tuvieron. 

George no comenta nada después de mi historia. ¿Qué se puede decir? No, él sabe que lo mejor es rodearme con los brazos y guardar silencio durante un ratito. 


-Es el cumpleaños de Harry -murmura Hermione mientras se levanta de la cama. 

-¿Qué hora es? -pregunto mientras me remuevo en la cama y casi caigo al suelo. 

-Ni idea -dice Hermione mientras sale de la habitación. 

¡Harry! ¡Cumple! ¡Joder! ¡Regalo, regalo, regalo! No tengo regalo. 

Encuentro un paquete grande junto a mi cama, envuelto en papel color crema y con una tarjeta. 

Ruby: 

Es el cumpleaños de Harry, supongo que necesitas un regalo. Espero haber acertado. 

Minerva. 

Decido no abrir el paquete y bajar con él en mis manos para entregárselo a Harry. Lo uno a los demás regalos y espero junto a los demás para que lo abra. Debajo del papel hay un montón de paquetes de Oreos de diferente sabores. 

-¿Qué son? -pregunta Ron mientras sopesa los paquetes.

-Galletas muggles de diferentes sabores -respondo-. Vienen desde Estados Unidos. 

Harry desaparece escaleras arriba. Por la noche celebramos el cumpleaños de Harry en el decorado jardín, del que me he visto apartada todo el día porque he estado con Ginny. El pastel de cumpleaños de Harry tiene la forma de una de las pelotas de Quidditch solo que en un tamaño casi cien veces mayor. 

En algún momento el Ministro de Magia hace su aparición en el cumpleaños. Algo sobre un testamento de Dumbledore. Y... vuelta a recordar a mis padres. La reunión que tuve con su abogado y todo ese papeleo en el que te dicen todo lo que has heredado y, a veces, te abruma la cantidad de cosas que tienes ahora. Dos casas, muebles, cuadros de pintores famosos que valen millones y mucho más dinero en el banco. Aunque no puedes acceder a ello hasta los dieciocho. Y no tengo ninguna necesidad de gastarlo en caprichos.  


MI RUBY [George Weasley] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora