Capítulo 10

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ANTES.

Cuando me puse otra vez los guantes de pelea, no los sentí tan bien como pensé que lo haría. Estuve semanas practicando, y entrenando distintas formas de defensa. Sé cómo usar la mayoría de tipos de armas, lo aprendí en dos o tres meses, se usar una espada o una catana, sé cómo desactivar una bomba, sé cómo armar una, sé cómo actuar en distintas situaciones. Todo cortesía del entrenador número uno de la prisión de Charlotte.

Lander se posicionó delante de mí con los puños en alto. Es bastante alto, no tanto como yo, pero lo es, tiene brazos fuertes, una postura tal de un boxeador profesional; su cabello es corto y de color marrón claro. Ojos verdes, casi como eran los míos antes de prenderlos fuego con mis poderes. Somos bastante parecidos, excepto por la altura y el peso, yo soy más un fideo con un poco de músculos. No me di cuenta tanto la importancia de saber pelear, ya que ahora que no tengo mis poderes... necesito saber defenderme, saber cosas que antes no las creía tan necesarias.

-A ver Apolo-Dijo, con su voz firme, incluso parece un poco más grande que yo, pero ya me dijo que tiene dieciocho-peleemos a ver cómo te va en esta categoría.

Nos estamos llevando muy bien. Creo que es el único que salvaría de este lugar si alguna vez se prendiera fuego.

Levanté los puños igual que él, y me atacó de sorpresa, pegándome en mi mejilla izquierda.

-Bestia uno, bicho cero.

Dijo con una sonrisa de confianza.

-Cállate.

Dije, avanzando sin ninguna duda, logrando tirarlo y pegarle un puñetazo en la panza.

-Wow, el bicho sabe jugar en el box.

-Tuve bastante práctica con una persona que es bastante...especial.

Lander levantó sus cejas junto con sus puños.

-Tal vez algún día cuando salgamos de aquí puedas presentármela.

-Ya está tomada amigo, además...-bajé mis brazos-como supiste que era una ella.

Se congeló por un momento, pero se recuperó casi pasando desapercibido.

-Por tu carita. Lo dice todo Apolo. Cada vez que hablas de algún pasado, se nota que todavía estás atado. Extrañas.

Me saqué un guante.

-¿Tú no extrañas a nadie? No creo ser el único que está aquí sin quererlo.

Lander bajó sus brazos y se sacó los dos guantes.

-No tengo permitido hablar de mí.

Tomamos agua y volvimos a pelear. Lander es una de las personas misteriosas que conoces en tu vida. Pero al final no fue tan misteriosa como pensé. Todo es un maldito juego para Charlotte. Aunque sean personas.

AHORA.

Agua helada me golpeó la cara, haciendo que despertara. Miré a todos lados, tratando de sacarme las gotas de agua de mis pestañas. Todavía tengo el pasa montañas, lo siento pegado y mojado en mi cara.

-Pero si despertó.

-¿Como sabemos que no es una chica?

-Tuvo fuerza para amarrar a Will.

Freya soltó una risita.

-Ya no estás tan molesta porque pudo atarte.

Miré, todavía atontando por el agua y el sueño profundo. Hoy es... hoy es jueves... suspiré tranquilo.

Ojos Color Tormenta IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora