Capítulo 24

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   El aire se podía cortar con un cuchillo. Estábamos en la camioneta, esperando. Tal vez a tomar más coraje, o simplemente largando más las horas para que nuestra posible muerte no sea tan dolorosa.

Eric me había colocado el chip de rastreo hace unas horas atrás, la pequeña cicatriz que ha dejado ni siquiera se nota, y probamos que no pueda ser detectada tan fácilmente. Ahora solo quedaba esperar a que el mismo auto y la misma gente me vinieran a buscar.

-Yo creo que Apolo se tiene que bajar antes de que lo vean.

Max habló, y su voz estaba tranquila, no como su cuerpo lo indicaba.

-Es verdad-dije mientras tomaba la manija de la puerta- nos veremos en el otro lado.

Miré a todos lentamente, asentí y salí. En el rostro de Thea había un atisbo de querer frenarme, pero los dos sabíamos y teníamos fe de que todo saldría bien. Porque así será.

Grace decidió quedarse con su hermano... y lo tomamos como algo bueno. Esta no era su batalla. Tal vez su padre tenga algo que ver, pero era su hermano. Y yo sé, ahora, qué cosas podemos llegar a hacer por aquellos que amamos.

Me quedé en la puerta del hotel. Pasaron diez minutos, hasta que el auto negro frenó justo delante de mí. La puerta se abrió y entré.

Al llegar todo fue igual, todo. Pareciera que fuera otro viernes, normal, tranquilo. Usé de todo mi autocontrol para no estar más nervioso de lo que estaba. Al pasar por el detector exhalé todo el aire que estaba reteniendo en mis pulmones, y eso hizo que fuera menos trágico. Pasé sin problemas, ni observaciones raras de los colegas que estaban rodeándome. Pasé al siguiente nivel, y ahí estaba Charlotte, tan perfecta como siempre. Una vibración en mi brazo izquierdo hizo que me diera cuenta que estaban siguiendo el chip, todo estaba andando como era de esperarse. Charlotte me sonrió, y tomó del hombro para guiarme a mi asiento.

-Veo que estás mejor otros días... Veo que pudiste hacer un esfuerzo y lograste que Thea callera.

Asentí.

-Así es. No hay duda de eso. Ahora... quiero saber cuándo podré sacar a Lander de aquí.

Charlotte sonrió.

-Si todo sale como lo esperado, y Thea... aparece, mañana mismo puedes estar con tu hermano en una playa muy lejos de aquí.

-Quiero verlo.

Charlotte me miró por unos segundos, luego alzo su dedo índice para llamar a unos de los guardias detrás de ella, y le pidió que me llevaran a la habitación de Lander. Al llegar la puerta se abrió y Lander salió con una sonrisa.

-¡Apolo!

Nos abrazamos, y el de seguridad se fue.

-¿Estás listo para entrenar?

Entré a su cuarto, y cerramos la puerta.

-Claro.

No podía decirle lo que en dentro de diez minutos pasaría, se enterarían. Estamos vigilados 24\7.

Mientras caminábamos por el pasillo lleno de puertas con personas dentro de las cuales nunca habíamos visto, me di cuenta que el solo pensar que íbamos a poder sacar a todos, era una locura.

-Sabes... ya quiero conocer a Thea.

Miré a Lander.

-No falta tanto.

-Eso espero hermano...

Miré nervioso mi reloj y dejé escapar un suspiro.

-Lander...-dije mientras veía como se ponía las gasas en las manos-¿Sabes que se esconden detrás de todas estas puertas?

Ojos Color Tormenta IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora