¿Por qué evadió mi pregunta? Quizá la respuesta era demasiado cruel y no quiso decirmela, aunque eso es lo que menos le importa a él, es como si tuviera el poder de insultar sin sentirse culpable después.
Hablando de Nathan y 'su peculiar personalidad', todavía estoy algo sorprendida por su comportamiento hace unos minutos, ¡hasta tomó mi mano! Y eso no es todo, sino la reacción interna que tuve. A veces pienso que soy demasiado tonta.Dejé de pensar tanto en Nathan y recordé a mis amigos. Madeleine, Sydney, y Chase, los extraño mucho. Lo bueno es que podré regresar el lunes al instituto y los podré ver y abrazar hasta dejarlos sin aire. Ok, así no.
Nathan regresó, le sonreí pero éste no me regresó la sonrisa.
—Duerme ya—me dijo mientras se sentaba en el pequeño sofá—es tarde.
Él tenía razón, era tarde y debía dormir. El problema era que no tenía sueño. Su móvil sonó, parecía ser un mensaje. Tecleó algo rápidamente y se levantó del sofá.—¿A dónde vas?—cuestioné al ver que se ponía su chaqueta y metía el celular en su bolsillo.
—Odio que hagas tantas preguntas—me respondió cortante y se fue. Genial.
En cierto la actitud de Nathan me desanimaba, ¿qué le he hecho para que me trate así?. Sí, lo sé, a veces pregunto mucho, pero lo hago con buena intención, no para que a éste chico le den ganas de golpearme.
¿A dónde se habrá ido?Nathan.
Recibí el mensaje de Brooke y no pude evitar ir. Éstos días no he tenido nada de sexo, por razones que ni yo mismo entiendo, he intentado con Olivia pero, además de que ella no quiere, hay algo en mi que me detiene.
Y pues... ¿Para qué más está Brooke?—¿Dónde estabas, mi amor?—me besó—ya te empezaba a extrañar.
—Pensé que Arnold te había contado que ya tengo a Olivia—me aparté de su beso. El aliento a cigarros de las mujeres me da asco.
—¿Olivia?—preguntó inclinando una ceja—¿La niña esa?—comenzó a reírse, lo cual me molestó un poco.—¿Has tenido sexo con ella?
—¿Por qué mierdas quieres saber?—encendí mi cigarro.
—De seguro ni la has besado todavía—intentó besarme pero la evadí sutilmente—conociéndote, me sorprende que hayas escogido a esa niña ¿es que no la ves? Blusas finas color rosado, brillo labial, piernas perfectas.
—¡Ya! —ya me estaba sacando de quicio su crítica—quítate la ropa—le ordené.
Siendo sincero conmigo mismo, nisiquiera sabía por qué me acostaba con Brooke, me da asco ¿quién sabe con cuántos más tira?.
Olivia.
Habían pasado más de tres horas, casi cuatro, y Nathan no había llegado. Sólo pude dormir una hora gracias a una pesadilla.
La enfermera ya me había descanilazado, y la piel superior de mis manos quedó terriblemente hinchada.
Justo cuando iba a cerrar mis ojos de nuevo, los pasos se hicieron presentes. Nathan había llegado.—¡Tus manos se ven refeas!—exclamó con cara de susto. Asentí en respuesta, me sentía algo cansada por no poder dormir.
Noté algo en su cuello. Afiné mi vista. Eran marcas de besos, chupones. Ay, Dios.—¿Dónde estabas, Nathan?—cerré los ojos y relajé mi cuerpo.
Bufón. Odia mis preguntas.—¿Te sucede algo?
—¿En qué sentido?—pregunté con pesadez.
—Normalmente no eres así.
—¿Cómo quieres que esté si no he dormido nada? Tu no me entiendes por que te fuiste a follar y me dejaste sola.—No puedo creer que dije eso. No creo que se atreva a golpearme en el hospital.
—Busco en otro lado lo que no consigo contigo—sonrío sin gracia, mostrando sus perfectos dientes—o más bien, lo que no puedes darme.
Ouch, eso dolió un poco. No es que yo quiera tener sexo con él, es sólo que soy mujer, y como mujer eso me hace sentir mal.
Opté por no responderle nada. Me cambié de posición, de costado, dándole la espalda. Así no tendré que verle la cara y esos bonitos ojos que tiene.
Cerré los ojos en busca de poder dormir. Me cubrí más con la chaqueta.—Olivia—escuché mi nombre ser mencionado por su voz. Se escuchó lindo el tono que usó.
No respondí—Sé que no estás dormida... Como sea, haré que te den de alta temprano.¿Qué más temprano? Ya son casi las 5 de la mañana y no he dormido nada. Él tampoco, la diferencia es que él estaba cogiendo con alguna puta y yo estaba aquí dando vueltas en esta jodida incómoda camilla.
Pasaron alrededor de dos horas, ya había amanecido. Las enfermeras que estuvieron durante la noche se fueron y llegaron unas nuevas.
El doctor le dijo algo a Nathan sobre mi desayuno y él salió a comprar algo.
Cuando regresó, me trajo un sándwich y un pequeño bote de yogurt griego.—¿Ya desayunaste?—quise saber. Negó con la cabeza.
—Ten—le ofrecí de mi sándwich. Se lo pensó unos segundos pero lo recibió.
Terminé el yogurt griego y le di las gracias.El doctor entró con una planilla y otros papeles más. Nos sonrió amablemente y se acercó a mí.
—A ver, Olivia, levanta tu blusa, por favor.—miró mis costillas y mi panza—¿te duele?—preguntó y Nathan me miró rápidamente.
—Un poco.
—Bien, todo parece estar estable. Lo único notorio son los moretones y el golpe en la mejilla. Pero desaparecerá con los días—asentí.
—¿Es usted mayor de edad?—se dirigió a Nathan. Él asintió levemente.—Debe firmar la de alta.
Nathan y el doctor salieron de la habitación.
Por fin saldría de éste lugar. Acomodé mi ropa y peiné mi cabello con los dedos. Me puse la chaqueta de Nathan (la cual es tan suave) y recogí las cosas de Nathan, ya que yo no traje nada.
Vi a Nathan firmando los papeles y recibiendo indicaciones del doctor.
Se despidió del doctor y me indicó que saliera.
Le entregué sus cosas y salimos del area de hospitalización. Cruzamos un largo pasillo que condujo a la puerta, pude ver el Ford Edge color negro estacionado. No puedo negar que Nathan tiene un bonito auto.—¿Puedo dormir cuando lleguemos?—traté de sonar lo más dulce posible, así quizá no se enoja.
—¿Qué te hace pensar que voy a aceptar?—rodeó el auto y entró. Abrí la puerta del asiento del copiloto y me senté con algo de frustración.
—No dormí casi nada anoche—ni voz salió quebrada, mis ojos se habían llenado de lágrimas, ya no soportaba más seguir así.
—Ay, joder, ya estás lloriqueando de nuevo—emprendimos el camino a casa o como sea que se llame esa vivienda en un bosque.
—¡Tú provocas que yo esté así!
—Sabes que tu actitud me fastidia y no respondo si te doy un golpe en la teta—susurró mirando el escote de mi pijama. Inmediatamente subí mi blusa.
—¡Adelante, hazlo!—grité.
La vena en du cuello se marcaba, su respiración y latidos estaban agitados. Me llené de miedo.————————————
Les dejé 2 fotos de Olivia y 2 fotos de Nathan en multimedia.
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Nathan: Un Mundo Sin Color
Teen FictionOlivia Clark, una chica de 16 años. Inocente y medio tonta, ignorante de lo perverso. Bonita, lista, graciosa y extrovertida. Su rostro reflejaba ternura. Él, con la sangre fría, ojos carnales y sentimientos congelados. Con mil oscuros secretos que...